La primera versión de este modelo apareció en el mercado con el apellido “Tom Cat”, si bien es verdad que no fue ésta, sino una moto anterior la que apareció en la película protagonizada por los cazas americanos.
Con lo que sí se quedó esta Tom Cat como récord personal en la historia fue con el honor de ser la primera moto de serie en la que se podía ver sobre su marcador escrita la cifra de 300 km/h. Todo un hito.
La ZX-10R, una moto de 300
Sobre este personalísimo registro, se dio una anécdota muy curiosa, que si me permite el lector, le voy a relatar a continuación, porque pienso que merece la pena.
Corría el final de los años 80, por lo que aquel delito ya ha prescrito con creces. Era un tricampeón de España, nada menos, el que probaba el modelo para una prestigiosa publicación. El reto y la curiosidad de los 300 por hora estaba ahí, como un paso obligado, y si no, exigido por el lector de entonces para el reportaje.
Me contaba el laureado piloto cómo empezaba a exprimir la sexta marcha de aquella Kawa, con la aguja del marcador tumbando hacia esos 300. Qué duda cabe de que eran otros tiempos, en los que, como referencia, meses después apareció publicado el reportaje de una demencial carrera, Madrid-Barcelona, entre esta misma moto y un Porsche 928 S.
Bien. Cuenta nuestro admirado protagonista cómo cuando estaba a punto de alcanzar la mágica cifra del tres, sintió una terrible trepidación en el tren trasero, seguida de una tremenda sacudida en toda la moto, una sacudida alterna y continua, que agitaba violentamente la moto de un lado al otro.
Era como si una mano gigante hubiera empezado a abofetear moto y piloto de lado a lado. Absolutamente aterrador.
Sin embargo, los nervios de acero del tricampeón templaron su sangre para mantener una concentración absoluta, dejando oscilar con violencia los semimanillares, lo justo sin intentar bloquearlos, mientras que aquella primitiva ZX-10 fue aflojando la marcha, paulatinamente, hasta detenerse por completo en el margen.
¿Qué pasó realmente?
Pues que el neumático trasero de aquella época explotó por exceso de temperatura, y se destalonó de la llanta. No estaba diseñado para soportar una velocidad tan elevada durante un tiempo de más de diez o veinte segundos. Desde luego, eran otros tiempos.
La Kawsaki ZX10R 2021
Las motos doble erre han evolucionado desde aquellos tiempos como el emblema deportivo de cada marca, pero, en el caso de esta Kawasaki lo ha hecho para erigirse en una de las motos preferidas, si no la que más, entre los “tanderos” más asiduos y los pilotos de los campeonatos regionales.
Esta ZX-10R de 2021, al margen de superar la normativa Euro5, continúa presentándose como un lienzo en blanco sobre el que cada piloto, o cada equipo, pinta el cuadro de su preparación particular. Ahora, en 2021, vamos a ver cómo se presenta, teniendo en cuenta que Kawasaki ofrece además una versión RR.
La postura en la ZX-10R
Lo más representativo de que nos hemos subidos a la versión 2021 son tal vez sus semimanillares. Quedan muy abiertos, de forma que las manos van cogidas a la moto casi como si fueran sobre un manillar plano, como el de una naked, pero colocado muy abajo.
Las estriberas, por su parte, nos colocan los pies atrás, sin exageraciones, pero muy arriba, dejando las piernas particularmente replegadas, con el trasero también elevado, disponiendo de un espacio generoso en la plaza del piloto.
En general, se ha tomado la posición de la moto de Johnny Rea para traerla hasta la serie.
Ergonomía
Representa todo un avance. Se diría que son dos pasos más en la integración de piloto y moto. Efectivamente, cuando te acoplas al fuselaje de la ZX-10R, te sientes abrazando la robustez de su chasis, rodeando con tu cuerpo, con tus piernas, el músculo del motor.
Por arriba, la cúpula ceñida y recortada, nos va a cubrir lo justo para que el flujo del viento pase por encima del casco cuando vayamos acoplados, con la barbilla metida en el hueco del depósito y con los antebrazos encastrados en las cavidades que también abre para ellos.
Cómo va el motor de la Kawasaki ZX-10R
Su suavidad se siente sencillamente eléctrica en todo el rango del cuentarrevoluciones; desde el momento de arrancar hasta el mismo corte del encendido (13.200 rpm).
Los cuatro modos de conducción, que podemos seleccionar sobre la nueva pantalla de 4,3”, perfilan su carácter, pero no cambian su genética Kawasaki, que siempre se ha distinguido por ser la más cañera de las cuatro grandes niponas. De esa forma, si seleccionamos el modo Sport como muestra, iremos encontrando al acelerar tres comportamientos que se sienten diferenciados, aunque sin mediar un escalón entre ellos.
Desde el ralentí hasta las cinco mil rpm, más o menos, encontramos un tacto dócil y apacible, como el de una quinientos actual, que nos vendrá de perlas para los tramos urbanos entre coches, si nos toca bregar con ellos.
Entre las 5.000 y las 9.000, se muestra con un empuje contundente y poderoso, que no deja de resultar regulable en casi cada caballo de potencia, y que resulta perfecto para fluir con una marcha intermedia a lo largo de una carretera de curvas más bien abiertas.
En la última franja del cuentarrevoluciones, hasta el corte del encendido, el tetracilíndrico saca la bestia que lleva dentro y es únicamente en el circuito, particularmente en los más rápidos del país, donde podremos poner de relieve la brutal potencia que es capaz de desarrollar este soberbio modelo (203 CV). Todo dependerá del nivel que tenga el piloto que se suba a ella, hasta encontrar el límite de los Bridgestone RS11, que no será difícil si buscamos la tracción máxima, con el gas abierto a tope, saliendo en cada curva de las inclinaciones más pronunciadas.
La Frenada
Resulta ultrapotente, como no podía ser de otra manera: igual que todos los aspectos dinámicos de esta moto. Pero mucho más allá de eso, se siente igualmente tan poderosa que puedes modular su efecto con un ajuste de la presión sobre la maneta a la micra.
Con sus pinzas Brembo M-50, sus discos de 330 mm y su bomba radial, esta Kawa desarrolla una verdadera frenada de carreras, para poder apurar en cada final de recta, sobre la pista, hasta ajustarla encima del mismo límite del neumático delantero.
Para hacer la retención aun más controlable, la electrónica pone a nuestra disposición un freno-motor regulable en varios grados. Lo cierto es que la sólida estabilidad que transmite durante las frenadas más largas lleva a la ZX-10R sobre el trazo de un aunténtico tiralíneas. A esta pisada tan firme, durante las retenciones más extremas, hace su valioso aporte la horquilla Showa presurizada, que aparece montada en este modelo desde la versión de 2016.
Cómo va la ZX-10R en Ciudad
Este apartado guarda su sentido, lógicamente, para quien tendrá este modelo como única moto en su garaje, y se vea en la necesidad de cubrir más de un trayecto a través de este intrincado escenario.
En semejante situación, casi fuera de lugar, la ZX-10R se desenvuelve con menos torpeza de la que cabría esperar. Si nos sujetamos a las estriberas tensando los cuádriceps y los abdominales, la postura se hará bastante más llevadera que si cargamos todo el cuerpo sobre las manos, algo que puede representar una verdadera tortura llegando a cada semáforo.
En cuanto al radio de giro, evidentemente se alarga más que en cualquier otro tipo de moto, pero no tanto como el de otras deportivas, lo que nos permite dar media vuelta con apenas una maniobra. Y en cuanto a los ritmos lentos, de la ciudad, con una velocidad tan limitada, el empuje del motor abajo, todo un prodigio, saca a la ZX-10R a 60 por hora, en sexta marcha y con las dos plazas ocupadas, sin una sola tos, ni una protesta.
En Autovía con la ZX-10R
Tenemos que aprovechar el flujo del viento que nos llega por encima de la cúpula para que lo dejemos pasar por debajo de la cabeza y apoyemos el pecho sobre él, descansando los hombros, para hacer más llevadero el tedio que representa siempre la autopista en cualquier moto, y más aun conduciendo una deportiva.
Por otro lado, el control de crucero nos vendrá muy bien para mantener la velocidad dentro del límite y evitar sorpresas que, con este misil, pueden resultar bastante desagradables.
Las carreteras de Curvas
Un escenario fantástico para la ZX-10R, en el que muchos de sus propietarios harán sin duda buena parte de su uso. La facilidad del giro y la agilidad se dan por hecho en una medida superlativa; por supuesto el paso por curva transmite la sensación de ir abrazado al pilar de un puente, y la frenada se puede ajustar más que al milímetro, como hemos apuntado.
Otra vez el poder de este motor en cualquier régimen te permite hacer prácticamente en tercera, o incluso en cuarta, cualquiera de las carreteras más reviradas. Y por si fuera poco, el quick shifter facilita tanto el cambio de marchas que se convierte en un auténtico placer sincronizándolo con el balanceo de la moto en una serie de eses enlazadas.
El paso por curva, sólido como el de un tren monorraíl, te puede llevar a una velocidad inaudita sin esfuerzo alguno, lo cual, evidentemente, entraña un peligro al conducir por una vía pública, particularmente en las curvas ciegas. Así pues habrá que ir atentos a esta circunstancia, no relajarse y sobre todo no dejarse llevar.
La ZX-10R en Pista
Una súper prueba que pudimos realizar gracias a la colaboración del organizador de rodadas White Planet Bike.
El hábitat lógico para el que fue concebido este modelo, que sirve de base a la moto del campeonísimo Jonathan Rea. Un escenario al que podrás acudir equipándote con un sotomono como los que puedes ver en este artículo.
Aquí, en el circuito, esa postura tan radical, toma todo su sentido, encontrándote del modo más natural sobre todo al abordar los virajes más rápidos, ésos de pura decisión en los que te ponen contra la pared para ser o no ser. Ahí, el efecto de los nuevos alerones disimulados en el frontal de la carrocería hacen su aporte invisible a una pisada más firme aun.
También esta postura, que puede parecer extrema, se siente realmente efectiva al girar radicalmente en las curvas más lentas, dibujando la trazada en pico para encarar la salida desde lo lejos, abriendo gas a fondo lo antes posible.
En cuanto al motor, ni que decir tiene que en este escenario se siente como un tiburón en el océano, y nos pide que lo llevemos a las pistas más rápidas de nuestra geografía, y de al que no es nuestra, para desatar todo su potencial.
La última franja del cuentarrevoluciones, a partir de las 9.000 rpm, se desata como la entrega de una verdadera moto de carreras, catapultándonos al hiperespacio de la acelración, sobre todo, claro está, con el modo Sport seleccionado.
Por otro lado, su retención, suave y progresiva, pero eficaz, nos ayudará a entrar en el viraje por el milímetro exacto que queremos pisar, más aun con esa graduación electrónica, a voluntad, del freno-motor.
La ZX-10R en otros escenarios
Un ambiente en el que particularmente sorprende este modelo es el de la noche. Independientemente de su aspecto, y de su categoría, el frontal proyecta un haz de luz magnífico, semejante al de muchos coches actuales.
Y, en otro orden de cosas, llevar acompañante en la ZX-10R deberá ser de un modo más bien ocasional, como ocurre con cualquier modelo doble erre que encontramos hoy día en el mercado.
Precio de la ZX-10R
La unidad de nuestra prueba se presenta con la terminación Performance, que aporta como extra destacado el escape Akrapovic.
Kawasaki pone en el mercado este modelo, en esta versión, por 20.799 euros.
Mejorable
Tan sólo por poner un matiz, y aunque tan sólo sea para mostrar que hemos repasado la moto al detalle, el control de crucero resulta poco intuitivo a la hora de seleccionarlo. Bien es verdad que, una vez que la ZX-10R es tu moto, sin más, lo seleccionarás con un gesto automático.
Cómo es la Kawasaki ZX-10RR
Tan sólo se han fabricado 500 unidades de esta versión que se vende a un precio de 31.799 euros.
Su motor incluye piezas exclusivas de titanio y sube hasta las 14.000 rpm, para rendir un punto más de potencia, y sus suspensiones ofrecen un comportamiento activo con control electrónico. Por otro lado una lista de exquisiteces, entre las que destacan, a simple vista, las llantas Marchesini de siete radios.
Pruebas relacionadas
Aprilia Tuono V4 1100 Factory MY19
Preguntas frecuentes
¿Qué velocidad máxima alcanza la ZX-10R?
Pues está en torno a los 290 reales, en quinta. Esto, tal y como se vende de serie, con una sexta más bien larga, tipo over drive.
¿Qué potencia alcanza con el Ram-Air?
Según las especificaciones de Kawasaki, 10 CV más; es decir, 213.
¿Cuánto pesa la ZX-10R?
203 kilos
Con nuestro agradecimiento a Trackday Photo por sus fotografías de acción que ilustran este reportaje.