Un modelo muy completo y bien equipado, para todo aquel que vaya a empezar a cultivar su pasión por La Moto, que puede, además, prolongar su recorrido ofreciendo más satisfacciones a medida que evoluciona en su conducción y sus salidas van siendo cada vez más ambiciosas.
La Posición en la Kawasaki Ninja 300
La postura sport-turismo, envuelta por las líneas Ninja de su carenado, marca la propuesta completa de la moto y define claramente la actitud y las necesidades de su posible comprador. Monta semimanillares, desde luego, pero arrancan por encima de la tija superior para elevar los puños -además, con una prolongación en cada pieza- lo que deja las manos en una altura y una situación sobre la ergonomía de la pequeña Kawa que colocan el tronco inclinado hacia adelante de una forma digamos moderada, que invita a hacer kilómetros a buen ritmo, dentro de las más que dignas prestaciones ofrece el bicilíndrico de 300.
Nuestras posaderas encajan dentro de la plaza, amplia y confortable, que ofrece el asiento con formas deportivas, permiténdonos desplazarlas hacia atrás, hasta encontrar el tope trasero y de esa manera acoplarnos a la aerodinámica de esta Ninja 300 para sacarle el mejor partido a sus prestaciones. También nos sentiremos de un modo natural al juntarnos contra el depósito, buscando un control mayor sobre la moto en las distancias cortas para los recorridos urbanos, donde, como fácilmente imaginará el lector, la pequeña Ninja se mueve como pez en el agua, aunque no sea su medio natural.
En cuanto a los pies, van colocados sobre unas estriberas de diseño deportivo, como muestra de que kawa tradicionalmente ha sido la marca con el talante más cañero de las cuatro japonesas; sin embargo y a pesar de esa nota un tanto racing, su situación sobre el chasis no es radical, en absoluto, terminando de rematar esa posición sport-turismo que representa la principal esencia de la moto.
Motor de la kawa 300
El bicilíndrico, con arquitectura transversal en paralelo, ofrece un rendimiento muy interesante, dentro de esta categoría, con una suavidad que ya es característica de la última hornada Kawasaki, desde su hermana mayor, la ER-6 F, hasta inclusive la Versys grande, pasando por el lado oscuro de la moto, con el motor 900 en V de la Vulcan. Efectivamente, una suavidad que ya se siente con su ralentí, con unas vibraciones que apenas harán cosquillas al motorista principiante, de la misma forma que resultarán imperceptibles para unas manos curtidas a lo largo de miles de kilómetros agarradas a los puños de una moto.
La entrega se siente absolutamente plana, y por tanto perfectamente asimilable para las manos del motorista novel, Una curva plana que, desde luego, no deja de sentirse llena, con una aceleración suficiente para escapar de los coches en el primer rango del cuenta revoluciones y con un empuje divertido, en la segunda parte y cuando parece estirarse como un molinillo hasta las 13.000 rpm, un régimen en el que este bicilíndrico parece sentirse cómodo, lo que nos animará a una conducción divertida a lo largo de una carretera de curvas.
El Cambio de la kawasaki
Con una progresión muy escalonada, contribuye de una forma trascendental a que el 300 mantenga su empuje arriba, puesto que apenas si cae 1.100 o 1.200 vueltas en cada paso a la marcha siguiente, algo a lo que ayuda el corto recorrido de la palanca y su notable precisión al engranar cada piñón.
El Embrague
Ofrece, por un lado, la suavidad en consonancia con todo el conjunto, y por otro la precisión milémetrica para combinar con el cambio, pudiendo graduar la salida para movernos al paso de un desfile fúnebre, lo mismo que apretarlo parcialmente y sólo con dos dedos para pasar a la marcha siguiente, o incluso para hacer una reducción rápida con varias relaciones de cambio implicadas en ella.
Consumo
Señalando que el régimen medio de la prueba ha sido más bien exigente, estirando cada marcha y con los 107 kilos del probador a cuestas, hemos registrado un consumo de 5,28 litros a los 100.
Parte Ciclo de la Kawasaki Ninja 300
La agilidad es casi exagerada, lo que te permite circular entre el tráfico colapsado como si llevaras una de esas bicis urbanas con motor.
En general, este apartado es el que marca de forma más clara la oferta sport-turismo que presenta esta Ninja 300. Todos sus elementos siguen el mismo patrón turístico, que otorga un confort poco común en una moto de estas características.
Suspensiones de la Ninja 300
Del binomio sport-turismo que hemos mencionado, Kawa ha escogido la segunda palabra para reglar el tarado de sus suspensiones. Efectivamente, tanto la horquiella como el monoamortiguador, ofrecen una suspensión turística a esta Ninja 300, un detalle que, en cualquier caso, no comprometerá la estabilidad del conjunto en ninguna circunstancia practicando una conducción deportiva, puesto que las prestaciones del pequeño bicilíndrico no pondrán contra las cuerdas, ni a la horquilla ni al amortiguador, porque en ningún caso llegarán a descomponer la moto durante la aceleración más exigente, aunque ésta incluya un violento cambio de dirección.
De todos modos, la invitación que hace esta Ninja 300 en una carretera de curvas, es la de fluir a lo largo de su trazado de una forma divertida, sin estridencias que encierren brusquedades con el gas ni en las retenciones más abruptas.
La Frenada en la Kawasaki Ninja 300
Efectivamente, los recursos para detener esta Kawa 300 están, también, en la línea de una frenada turística y progresiva, con un tacto que, no nos dejemos engañar, resulta tan contundente como el que más a la hora de parar la moto, pero que, al igual que ocurre con las suspensiones, ofrece un tacto más bien turístico en la maneta, mientras recorre sus primeros milímetros, para dejarse sentir de una forma compacta cuando empezamos a apurar todo su recorrido.
En cuanto al freno trasero, su potencial resulta sorprendente en una moto tan ligera, y mucho más la dosificación que ofrece su pedal bastante antes de bloquear la rueda; algo que facilitará la conducción de los más principiantes, disipando, además y en buena medida, su temor a clavar el freno.
La Ninja 300 en Mojado
Es una delicia. El tacto tan suave del gas, la firmeza con la que el conductor se afianza fácilmente a esta Kawa 300 para formar todo el conjunto y la sensibilidad con la que se percibe hasta el paso de la rueda sobre un lápiz te van transmitiendo una confianza que es tal y como todos los pilotos describen que hay que irse adaptando al asfalto mojado; unas sensaciones que finalmente permiten rodar con cierta tranquilidad, y fluir por la carretera bajo la lluvia, con un margen de seguridad muco más elevado del que pueda aparentar.
Detalles y Equipamiento de la Kawa Ninja 300
La luz
Es bastante más que suficiente para las velocidades que desarrollo el bicilíndrico de 300 cc; tanto que se puede disfrutar con esta pequeña Ninja de una escapada nocturna en verano. En cuanto a la parte trasera, la luz roja se encarga, para nuestra tranquilidad, de que seamos bien vistos por la retaguardia.
El cuadro de información
Guarda el diseño que Kawa implementa en sus modelos de los últimos tiempos, con un cuenta revoluciones amo y señor de su espacio, mostrando su escala de forma bien visible, de día y de noche, incluso para un presbicia de 2,5 dioptrías. En cuanto al resto de la información, es suficiente; aunque puestos a pedir, bien estaría en un modelo en el que el régimen del motor es tan determinante es conocer la marcha que llevamos insertada.
Los Espejos
Se sitúan en una posición tan abierta como distante; sin embargo no ofrecen el panorama completo que se podría suponer con un sujeto de mi tamaño (107 kg) colocado tras el manillar. Aun así, se ve lo suficiente, lo vital, de los que nos llega desde atrás.
Plaza trasera
Resulta bastante más que digna en una moto tan discreta, ofreciendo un espacio suficiente para ir acompañado más allá del trayecto urbano y llevar a los dos a cubrir esa salida dominical de las que tanto acostumbramos a disfrutar.
Además, cuando viajamos solos, la plaza del pasajero se ofrece como bandeja portaobjetos gracias a los ganchos que se encuentran bajo el subchasis.
Precio
5.300 €
Pegas
La línea ascendente del escape no deja espacio al pie derecho, cuando lo apoyamos sobre la estribera, para el mejor control de la moto, por la línea de los dedos del pie. El tacón se encuentra con el escape, forzando un punto su postura y, en todo caso, el apoyo de la goma del tacón sobre el protector.
Conclusiones de la Ninja 300
Sin duda una moto ideal para aprender por su ligereza, su agilidad, su facilidad de conducción, la suavidad de todos sus mandos y la entrega plana, muy digna y al mismo tiempo asimilable de su motor. Pero la Ninja 300 no sólo servirá a su futuro conductor novel para aprender simplemente a conducir una moto; sino que también le hará, gracias a su postura, ergonomía y aerodinámica una introducción suficiente en esa sensación tan atractiva que transmite el viaje con una moto de sport-turismo.