Resulta francamente difícil resistirse a hacer un comentario, siquiera a dejar caer un calificativo sobre la estética de este modelo. No obstante, lo vamos a intentar, atendiendo a nuestra norma general, dejando que sea el propio lector quien, con su criterio particular, juzgue observando las instantáneas que ilustran nuestro texto. Veremos si lo conseguimos de aquí al final del reportaje.
A pesar de lo dicho, sí creemos necesario hacer dos apuntes sobre la plasticidad de esta Tuono Factory MY19. El primero, es que gana notablemente contemplándola en vivo. Y el segundo, es que exhibe uno de esos cromatismos mágicos, tan actuales, que va cambiando con la luz y con el momento del día, o de la noche, hasta el punto de parecer varias motos distintas, de tonalidades diferentes.
Segunda Edición de la Tuono 1100
Estamos ante la reedición de la primera Tuono V4 1100, que en el caso de la unidad cedida por el grupo Piaggio para nuestra prueba, se trata de la versión Factory MY19.
El V4 a 65º ha afinado su tono y el conjunto completo recibe ahora el surtido electrónico más completo y vanguardista que puede montar hoy día una moto de calle, además firmado por Bosch.
Bien. Pero pasemos ya a repasar, punto por punto, todo lo que transmite esta rotunda súper naked, concebida en la factoría de Noale.
Posición de la Tuono V4 1100 Factory MY19
De una forma general, podemos decir que se trata de una posición eminentemente deportiva, como no podía ser de otra manera. Veamos:
El manillar, de una pieza, tal y como obliga el segmento naked, no es completamente horizontal, sino que inclina sus puños hacia abajo. Al sentarnos, las posaderas nos quedan plantadas sobre una posición bastante retrasada, mientras que los pies se sitúan elevados y atrás, como es natural, aunque sin exageraciones.
El resultado es una postura que carga sobre el tren delantero, pero que aprovecha el espacio ofrecido la ergonomía del conjunto, ciertamente generoso para tratarse de una naked súper deportiva. Al final, nuestro físico queda colocado de una forma muy natural, que más allá de hacerse llevadera, puede resultar bastante confortable para más de uno.
Cómo te sientes en la Tuno V4 1100 Factory MY19
Sus 185 kilos declarados y su esbelta ergonomía, gracias en parte a la arquitectura del V4, francamente estrecha, haría sentir esta bestia de manillar plano como una bici municipal de alquiler, si no fuera por la robusta estructura que nos queda entre las piernas.
Es tan fácil mover esta Tuono con la cintura, o con la presión del pie sobre una estribera, que nos costará dar crédito a las cifras supersóincas que pone a nuestra disposición en su puño.
También cuesta creer con ese tanteo en parado, que la pisada de esta Tuono se siente en marcha absolutamente alineada, al milímetro, sobre la trayectoria que vas dibujando en tu cabeza mientras conduces. Cualquier variación en tu mente se corresponde de inmediato con una corrección, aunque resulte micrométrica, sobre la línea que pisa.
Una precisión que no se inmuta en las aceleraciones más galácticas ni en las frenadas más rotundas. Siempre mantiene la línea sin un solo meneo de la cabeza, sin el más mínimo titubeo. Con esa agilidad, ese aplomo y esa precisión, no nos va a quedar más remedio que pasar por el circuito de cuando en cuando, para disfrutar al completo de las prestaciones que es capaz de desarrollar esta soberbia italiana. No hacerlo representaría un verdadero desperdicio.
El V4 1100 a 65º
1.077 cc de cilindrada, 175 CV de potencia, 121 Nm de par máximo… Cifras espectaculares, sí, pero solo cifras al fin y al cabo, con la frialdad matemática que transmiten, por mucho que uno sea capaz de hacerse una idea de lo que son capaces de desarrollar.
Hablemos pues de sensaciones, de emociones, e incluso de los sentimientos, con los que esta súper naked es capaz de traspasar el cuerpo del motorista, un ser desde luego pasional donde los haya.
El Arranque
Después de girar la llave y escuchar, delante y detrás, cómo una serie de procesos eléctricos nos hacen sentir el despertar de un ser vivo, tocamos el botón, y la ignición del V4 se produce de una manera instantánea. A continuación se escucha un rumor grave y profundo que tiene su toque metálico, armonizado con el suave siseo de los gases escapando al ralentí de la severidad Euro4.
Si la estética es…, bueno, tal y como puede contemplar el lector, la banda sonora resulta sencillamente embaucadora, y hay que tomar precauciones, tratando de aislarse, para no quedar embriagado con el sonido ronco y gutural que emerge debajo de nosotros.
Por las calles
No nos cabe duda de que hemos despertado a una criatura feroz, que incluso sobrecoge; sin embargo, al recorrer los primeros metros, después de haber soltado un embrague de tacto suave y preciso, la percepción cambia notablemente al sentirnos sobre una moto liviana, fácil de conducir. Una moto extremadamente dócil, hasta el punto de vernos capaces de conducirla, sin ninguna dificultad, a una marcha tan parsimoniosa como la de una parada militar.
Una docilidad que nos facilita la tarea de transitar por las primeras calles y de negociar las siguientes rotondas plagadas de tráfico.
Acelerando
Pero las sensaciones se transforman por completo cuando giramos el puño, por ejemplo, sobre un carril de aceleración, para incorporarnos a la autovía que lleva una jauría de cuatro ruedas apremiando. En ese momento, brota un sonido ronco y salvaje de la admisión, mientras que sientes, sencillamente, el empuje del AVE cuando deja atrás la zona urbana. Un impulso lleno, rotundo, imparable… Resulta imposible aplicarle un único calificativo para contener las intensas sensaciones que provoca.
Al momento siguiente, todo se te echa encima: las señales, los coches, el límite… Y necesitas un espacio absolutamente despejado como el de una pista para sentir el desarrollo completo que da esa fuerza inaudita, con un impacto sobre el cuerpo que nos comprime las entrañas, mientras tenemos la impresión de vernos subidos a una lanzadera, con una aceleración que se antoja inagotable.
Sí, porque el V4 de esta Factory, sencillo y dócil a la conducción, se hace elástico hasta infinito, cuando aceleramos a fondo. Si además de ello, empalmamos una marcha con otra, apoyándonos en la perfecta sincronización del quick shifter, a buenas revoluciones, podremos creernos manejando un cambio seamless de MotoGP.
Vibraciones
Honestamente, para los que ya tenemos un buen callo hecho en el cuerpo, hay que poner a tope todos nuestros sensores para percibir algo parecido a las vibraciones, que no sabría decir muy bien si se les podría llamar así.
Por otro lado, para los más exquisitos y exigentes, amantes quizá de la tracción eléctrica, estoy seguro de que cualquier percepción en este aspecto les pasará inadvertida, porque quedará sin duda eclipsada por las intensas sensaciones que transmite este motor, lo mismo que la moto en general.
Electrónica de la Tuno 1100 Factory MY19
Si tuviéramos que describir todas las interioridades digitales que guarda esta Factory, con sus correspondientes interacciones, ocuparíamos este reportaje al completo, y quién sabe si además necesitásemos parte de un segundo. Así pues, dejaremos una lista a modo de inventario, con el sello y garantía que ofrece Bosch, independientemente de que comentemos al margen alguno de sus apartados, como por ejemplo el de las suspensiones.
Bien. El paquete APRC (Aprilia Performance Ride Control) de cuarta generación incluye los siguientes recursos:
Ride-by-Wire, ATC (Control de tracción) de 8 niveles, AWC (Antiweelie) de tres niveles, ALC (Launch control) también en 3 niveles, AQS (Quick Shifter 2 direcciones), pit limited y control cruiser.
En cuanto a los modos de conducción, son tres; a saber: Sport, Track y Race. A ello, hay que añadir el ABS, siendo el más evolucionado por Bosch, que ofrece tres niveles, con la posibilidad de desconectarlo, y que incluye tmabién la gestión de los frenos cuando la moto va inclinada –Multimap Cornering ABS-, contando como añadido, por si esto resultra poco, con el sistema RLM (antipicado).
Además de ello, sobre la pantalla multifunción, Aprilia nos muestra en forma de diagrama algunos de los datos que recoge la IMU (Plataforma inercial) central, tales como el grado de inclinación que llevamos en cada momento, así como las inercias, tanto de aceleración como de frenado.
Para navegar por este pequeño universo, contamos con dos levas, colocadas delante y detrás de la piña izquierda, con un pulsador de dos direcciones, anclado sobre la misma, y además con un joystick sencillo y accesible. Una ardua tarea de control para nuestro pulgar izquierdo, apoyado tan solo de forma ocasional por el índice.
Suspensiones
La gestión electrónica SmartEC 2.0, tanto de la horquilla como del amortiguador, tiene dos efectos, a nivel de sensaciones, sobre la conducción. Uno de carácter deportivo, que adapta en cada momento el tarado de los dos elementos en ambos trenes, ya sea la frenada, ya sea el paso por curva o ya sea la aceleración, más allá de la propia reacción natural, tanto de la horquilla como del amortiguador.
El otro efecto redunda en el confort, adaptándose a las pequeñas irregularidades del asfalto, de manera que pasan inadvertidas a las sensaciones del motorista, cuando, en otro caso, recibiría pequeños y continuos rebotes que no serían molestos en sí, uno a uno, pero que exigirían un trabajo mantenido a la larga, tanto de nuestra franja lumbar como de los cuádriceps, o de los antebrazos.
Öhlins
El hecho de recurrir a la marca sueca, pata negra del segmento, para montar tanto la horquilla NIX con barras de 43 mm como el amortiguador con piggy-back y 130 mm de recorrido, trae consigo, como es lógico, el mejor rendimiento del mercado para esta Factory MY19 a nivel de suspensiones.
Pero en cualquier caso, esas prestaciones se ofrecen también montando elementos de otras marcas. Así pues, en el apartado en el que verdaderamente ofrece un plus la firma nórdica es en su resistencia numantina a la fatiga. Tanto la horquilla como el amortiguador Öhlins garantizan sus extraordinarias prestaciones desde el primer minuto hasta el doscientos, por exigente que sea el trabajo al que les sometamos en la pista, siempre va a ser el mismo.
La Frenada de la Tuno Factory
Con el equipo de freno firmado por Brembo, a base de un doble disco flotante (330 mm) y pinzas M50 de anclaje radial, prácticamente no hace falta explicar al lector la capacidad de la que dispone esta super naked para detenerse. Si a ello le añadimos el apoyo sobre la horquilla Ohlins, capaz de absorber la retención de un caza, aterrizando en una portaviones, dispondremos de un conjunto propio del mundo de las carreras con sólo tirar de la maneta.
Pero la electrónica lleva más allá esta capacidad de frenado para el motorista de calle, permitiéndole hacer verdaderas apuradas de frenada, sin necesidad de ser lo más próximo a un piloto. Tanto el software del ABS desconectable, fino y sofisticado hasta el punto de no apreciar en muchas ocasiones su intervención, así como el sistema antipicado, que mantendrá la moto siempre horizontal, por muy extrema que resulte la detención, nos permitirán frenar con una confianza absoluta en prácticamente cualquier circunstancia, llevando a cabo, a veces, unas deceleraciones que nunca nos habríamos creído capaces de ejecutar.
Frenar en corner
Merece una mención aparte el ABS en curva; un recurso que abarca una teoría técnica un tanto compleja, aunque se puede comprender con cierta facilidad. En cambio lo que cuesta más trabajo es imaginar cuál es su verdadero efecto en la práctica, a nivel de sensaciones en la conducción.
Con la Tuno V4 Factory, como en la mayoría de las motos que lo equipan, se aprecia de una forma casi mágica. Ya hemos hecho la prueba en otras ocasiones, y lo volvimos a hacer con esta italiana. Fue así:
Pasados de frenada
Llegué a una curva para hacer su entrada un tanto pasado, en una de esas situaciones en las que, normalmente, no te queda más remedio que mantener la moto vertical para poder pararla, porque no ves te ves capaz de hacerla girar. De esa manera, paras y giras para trazar la curva muy mal, o incluso fatal.
Bien. Con la Tuono, frené como si fuera en la buena trayectoria, aunque en realidad entrase pasado, e intenté girar. Cuando pensaba que nos íbamos a ir rectos, la Aprilia hizo un gesto insólito, transmitiendo la sensación de que se doblaba por la mitad, como si tuviera en medio una bisagra, y en una especie de contracción entró perfecta a por la curva.
Estoy seguro de que a medida que se extienda la implantación de este sistema, salvará muchas vidas en el futuro.
Mejorable en la Tuono V4 Factory MY19
Se puede decir que la iluminación que ofrece esta naked es bastante válida, sobre todo teniendo en cuenta que no se trata precisamente de una moto viajera, para la que haya que preparar largas travesías nocturnas.
Sin embargo, en un modelo de estas prestaciones, y sobre todo cargado de tanta sofisticación técnica, cabría esperar una iluminación de tecnología led, que no lleva instalada.
Precios de la Tuno 1100
La V4 1100 RR tiene un precio de 15.199 €
Mientras que la V4 1100 Factory MY19 de nuestra prueba cuesta 16.599 €
Opinión sobre la Aprilia Tuono V4 1100 Factory MY19
Una de las naked más completas y repletas que ofrece hoy día el mercado. Un modelo tan ligero que no da la impresión, al tantearla en parado, de la gran moto que se desarrolla en marcha.
Una súper naked dócil para el día a día urbano, que además se mueve con un radio de giro que deja bastante margen de maniobra en las retículas ciudadanas. Una súper deportiva perfecta para hacer tandas libres de vez en cuando, que ofrece un confort suficiente para encarar largas salidas de domingo, gracias a una posición natural, con un espacio generoso para el piloto, en una moto de medidas tan contenidas.
En definitiva, una de las súper naked más efectivas, más polivalentes y más equipadas, a un precio francamente interesante.
Un modelo de una estética arrebatadora, que… ¡Vaya, al final lo hice! Lo siento. Fue inevitable.
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