Mirando la cifra de 900, cabría pensar en un mero avance cuantitativo de esta nueva Shiver 2018 sobre su predecesora de 750. Lo cierto es que, si fuera así, caeríamos en un error, puesto que, después de probarla, el aumento de cilindrada es casi lo que menos llama la atención de esta nueva Aprilia, en la que un motor dócil y una conducción de lo más sencilla representan un adelanto cualitativo que la hacen sentir, prácticamente, como una moto completamente diferente de la siete y medio.
https://youtu.be/DXExGKlLE2M
Posición sobre la moto
La sensación que transmite resulta verdaderamente deportiva desde el momento en el que te agarras a un manillar colocado muy adelante y con sus puños apuntando ligeramente hacia arriaba. El trasero se posa a 810 mm del suelo sobre un asiento triangulado, que resulta verdaderamente amplio, con espacio suficiente para desplazarlo hacia atrás en el momento de colocar el cuerpo con una posición atenta para atacar, por ejemplo, cualquier serie enlazada de virajes. Los pies quedan también retrasados, lo mismo que en un punto elevados para garantizar una buena distancia libre al suelo.
¿cómo tumba?
A la entrada de cualquier viraje, el giro se desarrolla de una forma un tanto peculiar. La primera vez que intentas ejecutar esta maniobra con la Aprilia Shiver 900 recibes una sensación inmediata de que la moto se resiste, algo así como si mostrara cierta torpeza para llevarla a cabo. Sin embargo, no es así en absoluto, y se le debe de dar un margen de dos o tres rotondas –no hace falta más- para empezar a entenderla, para sintonizar con sus maneras y hacer, finalmente, un giro tan rápido y preciso como el de la super naked más competitiva. Todo es cuestión de habituarse a sus particulares cotas, tanto a su longitud total de 2.130 mm como la de su ángulo de dirección, de 25,9º, para terminar girando con una eficacia tan resolutiva como la de cualquier naked de su estilo y categoría.
Paso por curva
La rigidez del chasis triangular se percibe prácticamente en la primera rotonda, y no es broma, palabra; porque haciendo conjunto con las suspensiones y las carcasas de los Dunlop Sportmax Qualifer, nos transmite la clara sensación de que esta moto pasa por los virajes literalmente como una tabla. Sí, realmente la Aprilia Shiver 900 encaja en el molde de ese tópico tan manido, en especial, al ejecutar los cambios de dirección, donde pone de manifiesto su rotunda solidez para llevárnosla con nosotros de una dirección a la otra ejerciendo una leve presión, con un simple gesto de cualquier parte de nuestro cuerpo.
La horquilla invertida, con barras de 41 mm, es regulable en extensión y precarga sobre su botella derecha y sirve de comparsa a la rigidez del entramado de tubos redondos que compone la arquitectura del bastidor.
El amortiguador, por su parte, va colocado en la ya clásica posición cantilever lateral, ofreciendo un comportamiento de lo más efectivo; y a pesar de que no cuenta con el sistema de bieletas, se siente trabajar con una compresión progresiva a lo largo de todo su recorrido.
Los 899 cc de potencia de la nueva Shiver
El motor se siente lleno, rebosante desde el primer milímetro que giramos el puño. Esa rotundidad que transmite en bajos se prolonga a lo largo del cuenta revoluciones, ofreciendo la entrega que dibuja con una gráfica tan ascendente como rectilínea hasta el final de una escala más bien breve del cuenta revoluciones. Lo cierto es que resulta fácil despistarse y meter en el corte este bicilíndrico en uve a 60º de la Shiver 900. Su empuje, pleno y poderoso desde el ralentí, no ofrece ningún cambio, ningún pico ni tampoco ninguna depresión, cuando nos acercamos a su régimen máximo, próximo al de muchos coches de la actualidad con pretensiones deportivas, en el que rinde sus 95 CV de potencia.
El sonido del escape
En cualquier caso, esta curva más bien plana de sus 90 Nm de par a 6.500 rpm no debe de interpretarse como el comportamiento de una moto sosa, de un bicilíndrico sin emociones. Nada más lejos de la realidad. El motor de esta Aprilia transmite un sinfín de sensaciones al conducirlo, que empiezan por el sonido, absolutamente embaucador, que emerge de ambos escapes, con un remate en los silenciosos que sugiere algo así como un ecualizador musical.
Ciertamente, nuestro corazón de motorista palpitará sin más remedio al son que marca la percusión que deja en el aire estos dos silenciosos montados bajo el asiento. Su magia vibrante y cavernosa nos envolverá el espíritu mientras enroscamos el acelerador, después de percibirla desde el primer instante en el que se deja sentir al ralentí. Una partitura musical que interpretan los voluminosos cilindros, con el sello de la homologación Euro4, que retumban también en las retenciones, por suaves que resulten, con su sonoro petardeo de cocción.
Sin embargo, nuestra imaginación musical pudo caer de un golpe al suelo cuando conocimos la verdadera función de esas salidas en el extremo de los escapes. No fue así, en cualquier caso. Pero lo cierto es que tienen ese diseño para evitar que algunas partículas calientes nos manchen la espalda –y más aun la del pasajero- al salir despedidas en algunas retenciones.
Sección electrónica de la Shiver 900
Esta nueva 900, no necesita de una manera apremiante los controles que sujetan la bestia naked de Aprilia; aun así, ofrece tres modos de conducción, que se sienten sobre todo en la inmediatez de la respuesta al acelerador que ofrece el motor, dejando su entrega en un plano más bien secundario
Estos tres modos de conducción son titulados por Aprilia como Sport, Touring y Rain, rebajando la potencia en este último a sólo 70 caballos para facilitar nuestra conducción sobre las superficies más deslizantes que podamos encontrar en la ruta.
En cuanto al control de tracción, se puede seleccionar también en tres modos de intervención, ofreciendo aparte la posibilidad de desconectarlo totalmente. En el modo menos intrusivo, el DTC deja derrapar, por ejemplo y para darnos una idea, sobre un paso de peatones mojado. Y lo hace simplemente para recordarte que una superficie tan infame en esas condiciones admite pocas bromas.
¿Cómo frena la shiver 900?
Para valorar este aspecto, casi basta con fijar la atención sobre las pinzas Brembo monoblock. Seguro que el lector sacará con ello más conclusiones inmediatas, no sólo sobre su eficacia, también sobre su innegable potencia y la progresividad con la que la pone de relieve sobre el asfalto.
Sí, contundente y mordaz, sin dejar de regularse con una dosificación tan equilibrada como micrométrica. Así se siente el tacto en la maneta que transmiten las pinzas radiales Aprilia que muerden los dos discos flotantes de 320 mm montados sobre el tren delantero de la Shiver 900.
En la cola, un disco lobulado de 240 mm, junto con una pinza de simple pistón, se encargan de regular el equilibrio de la frenada. Y finalmente, el ABS Continental de dos canales se encarga de evitar el bloqueo de ambas ruedas durante las retenciones más exigentes.
Circulando en ciudad
Con un peso de 218 kg, no se hablamos de una moto particularmente ligera, sin embargo su proverbial estrechez -más aun recordando que hablamos de una 900- la posiciona como una de las candidatas al campeonato urbano de motos desnudas. El brazo de palanca que ofrece su manillar y la propia altura a la que se sitúa el mismo, para pasar por encima de los espejos que llevan anclados los turismos, mejoran aun esa candidatura. Sin embargo, el llamativo radio de giro que necesita para dar media vuelta la penaliza seriamente a la hora de sortear los coches atrapados en ese atasco cotidiano al que muchos se enfrentan cada mañana. Es el tributo, sin duda, que esta Shiver 900 debe de pagar por la soberbia solidez que muestra el diagrama que configura su pipa de dirección.
Aun así y calculando con un mínimo de anticipación la distancia para cada giro en parado, después de habernos habituado a esta medida, la Shiver 900 se ofrece en el catálogo de Aprilia como una de las naked más ciudadanas del mercado.
Ergonomía
Cada vez subrayamos en una naked la mínima protección que pueda ofrecer, por exigua que resulte, sin duda la apreciaremos como el oro a lo largo de una tediosa travesía por la autopista.
En la Shiver 900, además de la breve chepa que forma el depósito de 15 litros y de la generosidad con la que se extienden sus alas sobre los muslos, debemos de apreciar el mínimo abrigo que proporciona la prolongación en forma de minúscula carrocería que se adelanta por ambos lados a las botellas de la horquilla.
Estas formas dan finalmente como resultado una estimable facilidad para acoplarse a la esbelta silueta de esta italiana, favoreciendo así el paso por el flujo del viento más de lo que puede presumirse antes de subirse a ella.
Detalles de la Aprilia Shiver 900
Los retrovisores recortan una silueta ciertamente aerodinámica, que les da una forma práctica, con una extensión suficiente para divisar tanto lo que se nos avecina por la retaguardia como lo que dejamos atrás. Además de ello, se benefician de una situación elevada sobre el manillar, y abierta por los laterales, que permite aprovechar prácticamente toda la superficie de sus espejos, sin que nuestros brazos o nuestros hombros apenas le coman espacio.
La pantalla TFP nos monta un pequeño show al arrancar, desplegando de forma cinematográfica primero el escudo de Aprilia y después el nombre de Shiver con letras electrizantes sobre un fondo escarlata.
Además de ello y por supuesto, ofrece la lectura de toda su información con una nitidez más que suficiente, tanto de día como de noche, que se puede leer, para dar una idea, con una presbicia graduada en 1,75 dioptrías. Este beneficioso efecto se debe al contraste de las cifras sobre el fondo claro, a su tamaño y al orden, que con un selecto criterio, se han colocado sobre el rectángulo.
Sus luces diurnas, así como el encendido de la pantalla cambian automáticamente al modo nocturno.
¿se puede llevar acompañante?
Su plaza merece una mención especial dentro de este reportaje, porque si bien es verdad que en otros modelos de la competencia se ha tenido en cuenta como un apósito de obligado cumplimiento administrativo, y poco más, en esta Shiver 900, Aprilia le dedica una atención que merece subrayar, sin ofrecerle tampoco la prioridad de una GT.
La cuestión es que el espacio del asiento en sí, curiosamente y a diferencia de la plaza del conductor, forrado con un tapizado antideslizante, no resulta llamativamente generoso, aunque sí suficiente como para soportar sobre él una excursión dominical, que se puede prolongar algo más allá de la sobremesa.
Sin embargo y mientras que en otros modelos de la competencia directa se recorta justo en el entorno del espumado, en la Shiver 900 ofrece algo más, con un contorno delimitado por dos amplias asas, que aunque no compongan el espumado en sí, dan a esta plaza un confort con el que no se suele contar en motos del mismo tipo y categoría.
Opinión sobre la Aprilia Shiver 900
Este modelo 2018 podemos decir que es suave y cómoda, de pisada monolítica y de frenada segura, de conducción sencilla y equipamiento premium, con un sonido embaucador y un tirón progresivo por sólo 8.299 euros. Así se presenta esta Shiver 900, en un extremo opuesto al de la otra naked de Aprilia, la Tuono V4 1100.
Dócil y manejable, se presenta también como un modelo muy válido para aprender, más aun con la rebaja de su precio hasta los 7.999 euros en la versión limitada a 47 CV, que pasado ese periodo de cuarentena de dos años para el carné A-2, podrá liberarse hasta los 95 CV que ofrece en su versión full.
Precio del modelo 2018
Para una moto naked tan racional como esta nueva Aprilia, debemos de poner por delante un epígrafe que habitualmente aparece al final de nuestros reportajes. Sí, los 8.299 euros, con los que la marca de Noale pone precio a esta Aprilia Shiver 900, impactan antes siquiera de mirarla, representando un serio incentivo para su compra frente a sus competidoras, más aun después de examinarla y conocer todo lo que tiene que ofrecer.
En cuanto a la versión para el carnet de moto limitada a 47 CV de potencia, que ofrece Aprilia para conducir con el permiso A2, el precio se rebaja incluso más, hasta unos 7.999 euros, para animar de esta forma a los principiantes, después de haber hecho el considerable esfuerzo económico que representa, simplemente, sacarse el carné.