Precisamente, en la semana siguiente a la primera victoria en MotoGP conseguida por Alex Espargaró para la marca de Noale, con pole y liderazgo en el campeonato incluidos, probamos esta soberbia híper deportiva en todos sus escenarios posibles.
Video de la rsv4 factory 1100
La Posición de la RSV4 Factory
Los semimanillares arrancan en una línea oblicua, hacia el suelo, por debajo de la tija superior, haciendo descender nuestras manos hacia el asfalto, si bien es verdad que otros modelos deportivos de la competencia apuntan incluso más hacia abajo. Y cuando nos subimos a esta RSV4, y nos sentamos apurando la plaza atrás, para hacer una mayor palanca con las piernas en los giros, las posaderas nos quedan muy arriba.
De esa manera, la posición queda lanzada hacia adelante como ninguna. Los pies, en cambio, no quedan tan retrasados, dejando las piernas en una postura presta para sujetarte en las aceleraciones estratosféricas que desarrolla esta MotoGP civilizada, lo mismo que para sujetar la propia moto con la pierna exterior en las posibles derrapadas a la hora de abrir gas, todavía dentro del viraje.
Sobre el motor de la RSV4
Más que encaje de bolillos, lo que Aprilia ha hecho es pura magia para conseguir que el V4 a 65º no pierda ni un solo caballo, después de pasar la severidad impuesta por la Euro5. Todo ha sido a base de retocar los algoritmos de la electrónica, ayudándose también de un pequeño aumento (22 cc) en la cilindrada, hasta alcanzar los 1.099 actuales. Este aumento ha traído consigo una propina, subiendo la cifra del par máximo hasta los 125 Nm a 10.500 rpm.
Bien. Al pulsar el botón de arranque, tal vez nos sintamos algo intimidados por la brutal potencia que hemos consultado en su ficha técnica. Sin embargo, esa inquietud quedará disipada al instante, porque esta RSV4 se muestra sorprendentemente dócil desde el ralentí, arrancando con una progresión que sencillamente se antoja infinita hasta el mismo corte, en las 13.200 rpm.
El sonido
Merece un capítulo aparte porque resulta absolutamente embaucador. ¡Cómo describirlo, no ya para el motorista, sino para el público en general!
Pues podríamos decir que, cuando abres todo el gas, emerge de la admisión una banda sonora semejante al bramido de esos coches súper deportivos de la actualidad: Lamborghini, Ferrari, Masserati, llevado al mundo de la moto. Sí, algo así de excitante puede resultar el sonido de esta RSV4.
Parte Ciclo de la RSV4
Más allá de la soberbia solidez que ofrece su aplomo, tal vez lo que nos ha sorprendido es su capacidad para girar. Sí, ciertamente esta 1.100 gira, con sus 208 kg en orden de marcha, como una súper sport 600, incluso con mayor facilidad que algunas de ellas. Lo cierto es que la RSV4 se tira a por el viraje con una naturalidad que parece responder como si fuera un brazo o una pierna nuestra.
Además lo hace con la precisión de un compás para navegantes, inclinándose en el ángulo exacto, en los grados precisos que le dicte nuestro instinto.
El chasis de esta versión 2021 mantiene la estructura de doble viga, pero incorpora un nuevo basculante, con el tirante de refuerzo por abajo. La estructura consigue el difícil compromiso entre la rigidez para el máximo aplomo en las curvas más rápidas, y una cierta flexibilidad para amoldarse a las derrapadas que se pueden marcar con la soberbia tracción del V4 a 65º.
Suspensiones
La principal virtud que podemos atribuir a de este elemento, semiactivo y firmado por Ohlins en la versión Factory, es su discreción. Lo desarrollaremos un poco más:
Quiero decir que su efectividad se fija en que el comportamiento de la RSV4 es siempre el mismo, sientes la moto igual, la misma, sea cual sea el trance de la carretera o de la pista por el que estás pasando.
En definitiva, el telemétrico liliputiense empelado por la electrónica hace su trabajo pasando totalmente inadvertido. Tanto en las frenadas más extremas, a final de recta, como en el paso inocente por una rotonda; tanto en la curva más rápida del circuito, pasando inclinados con el gas a fondo, como en el discreto tránsito por una avenida, llamando sólo la atención con su estética, la RSV4 ofrece siempre el mismo comportamiento, con un paso firme y exacto, al milímetro, por la línea que le marcamos simplemente con el pensamiento.
No hay dudas, no tienen cabida otras imprecisiones que no sean las que nosotros mismos provoquemos por algún despiste, propiciado, seguramente, por el exceso de confianza que nos tomaremos por nuestra cuenta, ante la rotunda confianza que nos inspirará esta soberbia deportiva.
La RSV4 Factoy en el circuito
Pues ya lo hemos adelantado: tendrás que ser, prácticamente, un piloto del campeonato de España para encontrar algún punto en su comportamiento que esté por debajo del 10, y normalmente comparándola en carrera con otra rival en la pista.
Así es que si nuestro lector, por ejemplo, es un incipiente aficionado a las tandas libres, se nos antoja que lo más apropiado es acudir a la pista con la RSV4 tal y como viene de serie para hacer la primera rodada, con un seting elecrtónico en el término medio de todos sus parámetros, y con los excelentes Dunlop de calle que calza.
Para la segunda rodada, o tal vez para el final de la primera, le representarán imprescindibles los Stomp grip para sujetarse en las brutales deceleraciones que puede desarrollar el conjunto Brembo pata negra, Cinco jotas, asistido por la intervención del freno-motor, programable electrónicamente en varios niveles, con el aporte que hace, además, el sistema antirrebote del embrague. Un mecanismo que se ha desarrollado de tal manera que sólo sientes la bajada de marcha por un aumento progresivo en la declaración y de las revoluciones.
Este segundo día, dependiendo de su forma de abrir gas, tendrá que vigilar el grip del neumático, con la presión baja, por supuesto, centrándose más en afinar la trazada, retrasar más el momento de girar y de buscar esa inclinada al estilo MotoGP; porque la tracción del V4 pondrá contras las cuerdas una goma que, inevitablemente, tiene que guardar unas especificaciones para la calle que limitan su rendimiento en la pista, cuando empecemos a buscar los tiempos.
Y para la tercera jornada, y sucesivas, pues necesitará calzar esta SBK matriculada con unos neumáticos para la pista, y sus calentadores. En cuanto a la electrónica, seguramente aun será pronto para programar un modo personal, dentro de sus distintos niveles. De intentarlo, podría meterse en un jardín que representaría un auténtico laberinto, si no se tiene cerca un técnico o un telemétrico que le pueda orientar.
Y dejamos para el final el desarrollo, aunque sería lo primero que tocarían muchos. Lo cierto es que resulta llamativamente largo, comparado incluso con el universo de las motos de calle, a menos que tengas en mente correr en la Isla de Man.
Pero teniendo en cuenta la tracción brutal que desarrolla cuando abres a fondo, mejor no provocar a la bestia en las primeras rodadas, para irle cogiendo la medida, aunque no lleguemos a tocar la sexta, e incluso la quinta, dependiendo del trazado.
Para cerrar este apartado, permítenos recomendarte cualquiera de las deslizaderas que puedes encontrar este artículo, equipando tu mono apropiadamente para disfrutar de este soberbio pepino en la pista.
La Electrónica
Esta RSV4 ofrece seis modos de conducción, tres de ellos especificaciones para el circuito, en los que el cronómetro toma el mayor protagonismo de la pantalla TFT, que ha crecido para esta versión.
La IMU envía información para que la centralita administre el control de tracción, el ABS, el freno-motor, el ABS en curva, el anti weely…, en fin, una ardua tarea para la plataforma, dado, además el extenso reparto de niveles que ofrece cada recurso. Además, en la versión Factory de nuestra prueba, se le añade el control de las electroválvulas montadas sobre las suspensiones semiactivas.
Aerodinámica de la RSV4 Factory
Las dos alas que llaman nuestra atención en el frontal, constituyen otra interesante novedad de la última versión, extendiendo su forma hacia abajo, con el aspecto de dos branquias añadidas. Todo ello forma un bloque de tres estratos, de manera que desde el lateral parecen simplemente un abultamiento del propio carenado. Y por supuesto que este conjunto aerodinámico ha sido concienzudamente estudiado en el túnel de viento, para integrarlo en el carenado de doble pared.
La pregunta que uno se hace siempre ante estos elementos tan vanguardistas es la de hasta qué punto resultan útiles en la vía pública, más allá de su impacto estético.
Lo cierto es que sólo muestran su verdadera labor sobre la pista, añadiendo un aplomo extra al tren delantero en las curvas más rápidas, por si fuera poco el ya que ofrece esta RSV4. Pero sobre todo, cuando más aprecia su efecto es al mantener la rueda abajo, durante las aceleraciones estratosféricas que son capaces de desarrollar los 217 CV desde los cien hasta los trescientos por hora.
La RSV4 en la carretera
¡Qué decir de esta deportiva en una ruta de curvas! Pues ya lo puede intuir el lector. Un comportamiento tan soberbio en la pista no baja en tu carretera favorita. Todo es facilidad, incluso cuando el asfalto no está como una alfombra, ya que las suspensiones de la Factory adaptan la parte ciclo, en tiempo real, a cada metro de la calzada.
Eso sí, deberemos tomar la precaución de tener en cuenta que tanta facilidad, tanta efectividad, nos permite una velocidad de paso por curva realmente vertiginosa para la carretera, sin que nos demos cuenta. Independientemente de dónde sea, esto representa un alto riesgo en la vía pública, con las eventualidades que se nos puedan presentar.
La RSV4 en ciudad
Un escenario que se haya, exactamente, en el extremo opuesto para el que ha sido concebida esta MotoGP puesta en los concesionarios.
La postura, evidentemente, no ayuda a serpentear entre el tráfico, cuando te puedes ver atrapado en un atasco; sin embargo el radio de giro con el que se mueve esta híper deportiva es sorprendentemente recortado a pesar de la bestial robustez que muestra su chasis.
Y en cuanto a los tránsitos por las zonas urbanas con la velocidad limitada a 50, o menos, es cuestión, más todavía de controlar la postura, sujetando el tronco con nuestros abdominales y nuestros cuádriceps, para no cargar su peso sobre los semimanillares.
Complementos de la RSV4 Factory
A pesar de tratarse de una deportiva sin concesiones, esta Aprilia no hace ascos a recursos propios de la ruta, como por ejemplo el control de crucero o las luces laterales, adicionales, que se encienden cuando sobrepasas los 15º de inclinación.
La iluminación
Con tecnología led, aparece como novedad en esta versión 2021, mostrando nuestra visión nocturna de la carretera de una forma tan intensa que casi parece amanecer. Un verdadero lujo para una moto en la que raramente se plantearía una ruta por una carretera a oscuras, antes de comprarla, pero qué duda cabe de que, al tenerla en tu garaje, es mucho más posible que se te pase por la cabeza.
Los retrovisores
Aunque la efectividad de este elemento siempre se ve recortada en una deportiva, para esta RSV4, se colocan en una posición estratégica, que incluso con la corpulencia de un servidor (1,91 y 102 kg), se puede supervisar con suficiente perspectiva los carriles de ambos lados.
Mejorable en la RSV4 Factory
Por encontrar un detalle, y casi para justificarnos ante el lector, haciendo ver que hemos repasado a fondo esta deportiva casi casi perfecta, señalaremos que el pulsador de los intermitentes queda en una posición un tanto elevada, forzando en cierta medida la postura del pulgar, incluso con una mano grande, como la de un servidor, con una talla de 11,5 para el guante.
RSV4 y RSV4 Factory
El sobreprecio de la versión Factory, protagonista de nuestro reportaje, se justifica en las llantas de aluminio forjado, las pinzas Brembo, que pasan de las M-50 a las Stylema, y sobre todo el conjunto Öhlins Smart EC 2.0 para las suspensiones semiactivas.
Precios de la Aprilia RSV4
La versión Factory de nuestra prueba cuesta 27.999 euros.
Mientras que la versión estándar de la RSV4 sale por 20.999.
Opinión sobre la Aprilia RSV4 Factory
Una deportiva radical, directamente inspirada en la Aprilia de MotoGP, que puede ofrecer un digno rendimiento fuera de la pista, incluso para un trámite en la ciudad, siempre que seamos capaces de contener el tronco, sin que todo su peso recaiga sobre las manos, cogidas tan abajo.
Un modelo con una capacidad en la pista que se abrirá como una enorme extensión para el aficionado a las tandas libres, que ni siquiera será capaz de medir, por mucho que progrese su nivel. El límite en el circuito, a los mandos de la RSV4, lo va a poner tu capacidad de pilotaje y tu forma física.
Preguntas frecuentes
¿Cómo va la Aprilia RSV4 Factory en la autopista?
Pues el aburrimiento de este escenario, incluso crece en un modelo así. Pero la postura es más llevadera, dejando que el viento pase por debajo de nuestra cabeza para dejar el pecho, y la propia cabeza, acostado sobre él, y de esa manera llevar el cuerpo más relajado y más natural.
¿Cuánto cabe en el depósito de la la Aprilia RSV4 Factory ?
17 litros, una capacidad que la hace más útil fuera de la pista.