La lucha por el cetro súper naked se expande tanto y tanto en el mercado que tan sólo encuentra lo exótico como límite. Tetracilíndricos transversales en línea, dos cilindros en ele, bicilíndricas en uve, cuatro pistones también en la misma configuración, abriendo incluso el ángulo para formar una doble ele.
Y en este amplio abanico que extiende la arquitectura mecánica, Triumph a la manera más inglesa; es decir: contracorriente con el resto del Planeta, coloca justo en el punto medio un tricilíndrico, que ni siquiera cubica de un litro exacto. Ciertamente, esta baza británica puede jugar en el término medio, haciendo equilibrio en esa ardua batalla súper naked, plantando como apuesta la armonía de su conjunto.
Y es que después de probar ya varias ediciones de esta tricilíndrica, resulta evidente que la marca de Hinkcley ha buscado la mejor sincronización entre una parte ciclo monolítica, una frenada superlativa y unas prestaciones que, situándose justo por debajo del escalón máximo, transmiten una sensación de plenitud que difícilmente alcanza la competencia.
Pero analicemos punto por punto, en parado y sobre todo en marcha, lo que da de sí esta soberbia naked británica, con un nombre que ya ha cumplido el cuarto de siglo en el mercado internacional.
Posición de la Speed Triple 1050 RS
Desde hace varios lustros, Triumph no exhibe en sus escaparates ninguna súper deportiva de mil, y con la línea que traza su estrategia comercial, no parece que vaya a exhibirla; sin embargo esta naked, de corte eminentemente deportivo toma una buena parte de la representación británica sport. Es algo que ya se intuye al observarla en la distancia, y que descubriremos nada más plantar las posaderas sobre la recia ergonomía de su asiento, situado a 825 mm del suelo.
Efectivamente, si buscamos en esta Speed Triple su nueva pantalla TFT de 5”, que contiene toda información, tendremos que bajar y bajar la mirada hasta encontrarla…, pues exactamente donde se sitúa la de cualquier súper deportiva actual dentro de su araña.
Siguiendo esa misma línea deportiva, el manillar, muy plano, se ancla prácticamente a ras de la tija superior, colocando nuestras manos en un ángulo muy abierto y abajo, dejando los brazos y el tronco en una posición próxima a la de una doble erre de hoy día.
En cuanto a los pies, suben hasta una línea notablemente elevada y retrasada, aunque, en este caso, no tanto como las cotas que alcanzan en una super bike matriculada. Con todo ello, el motorista queda en una posición dispuesta para una conducción muy deportiva, particularmente en los tramos más lentos de un circuito, si es que alguna vez sigue el impulso natural al que invita este modelo, y se aventura a inscribirse en una rodada, o en un curso.
Sin embargo, en los parciales más rápidos de ese circuito, o en la autopista, tendríamos que irnos al segmento de las neoclásicas, para encontrar una naked que deje nuestro tren superior más expuesto al viento que esta batalladora inglesa, ya que esa posición deportiva tan marcada, junto con la ausencia total de un semicarenado, o siquiera de una breve cúpula, así la definen.
Haciendo curvas con la Speed Triple
Si un servidor se viera en la tesitura de buscar un solo calificativo para definir, de la forma más global posible, esta magnífica naked en un escenario revirado, sin duda, escogería el de “compacta”.
En el momento de arrancar y hacer en marcha el más mínimo movimiento del cuerpo, sientes esta british contigo, mucho más allá de lo que es sincronizar y entender las órdenes que le transmites. Verdaderamente, la sientes como una prolongación de ti mismo.
Efectivamente, la Speed Triple se percibe sólida con tu físico, como un bloque compacto, y no como la unión de un sinfín de elementos que, en definitiva, representa una moto. Con estos mimbres, ya se podrá hacer una idea el lector de cuál es el cesto resultante: Un comportamiento absolutamente irreprochable, tanto en la carretera más revirada, como en la más rápida y serpenteante.
En los cambios de dirección, indistintamente si son radicales para las curvas lentas o más progresivos a alta velocidad, sencillamente te la llevas puesta como un prenda hecha a tu medida. La Speed Triple va contigo como un sólido bloque en cada movimiento, por contundente que resulte, y se pega al asfalto como si la trayectoria que le marcamos fuera un profundo raíl grabado sobre el pavimento.
Y hablando del paso por curva propiamente dicho, inclinas e inclinas mientras puedes acostarte literalmente encima de la moto, en curvas con el peralte a favor o a la contra, con una pisada que se siente tan firme como el carro de la montaña rusa, agarrado por debajo al camino de hierro por el que hace su recorrido de vértigo.
Llega la salida del viraje, y allí puedes afianzarte con firmeza sobre la estribera exterior para controlar cualquier posible sacudida del tren trasero. Sí, porque podemos decir que la Speed Triple 1050 RS es una de las súper nakeds más capacitadas para sujetar, para impedir un breve derrape, haciendo solidario una vez más nuestro físico con la moto. Así tuvimos ocasión de comprobarlo, tal y como lo describimos más adelante.
Motor Triumph 3
Al pulsar el botón de arranque, llega desde los escapes Arrow (sólo en la versión RS) a nuestros oídos un ronroneo grave, como el de un gran felino acechando, que poco después se convierte en un rugido tan sobrecogedor como excitante. Es la perfecta banda sonora para la esencia deportiva que guarda esta inglesa y que pone de relieve desde el mismo momento en el que nos movemos.
Ahora, en este caso, si tuviéramos que elegir nuevamente un calificativo para englobar las sensaciones que transmite este tricilíndrico de 1.050 cc exactos, el más indicado es sin duda el de “Enorme”; tanto es así que en más de un momento tienes la sensación llevar bajo el trasero un cubicaje bastante superior.
El propulsor británico rinde un par máximo de 117 Nm a 7.150 rpm, pero lo cierto es que se siente lleno desde que maniobras por el garaje comunitario hasta que alcanzas el mismo corte del encendido. Igualmente, los 150 CV que desarrolla esta última versión (10 más que la anterior) se muestran predecibles mientras el régimen va subiendo, sin vibraciones, con un tirón progresivo y continuo que contribuye aun más a transmitir esa sensación compacta que percibes conduciendo esta Speed Triple en cualquier circunstancia.
Tuvimos ocasión de comprobar dos o tres veces cómo el empuje de estos tres cilindros resulta tan noble que, al abrir gas sobre el asfalto mojado de un firme desigual, la rueda perdía tracción de una forma natural, con el consiguiente deslizamiento lateral del tren trasero, pero que en ningún momento se dejaba sentir como un latigazo seco, sino más bien como un barrido corto y paulatino del neumático, sin pedir que cerrásemos el gas, continuando con un empuje mantenido, que no comprometía, al menos seriamente la estabilidad.
La Frenada de la Speed Triple 1050 RS
Los dos discos flotantes de 320 mm y las pinzas radiales monoblock, firmadas por Brembo, constituye por sí solo un conjunto con la máxima garantía que se puede encontrar hoy día, no sólo para ejecutar la frenada más potente, sino también para graduar la más dosificable, con un tacto muy preciso en cualquier circunstancia.
Pero más allá de ello, la horquilla invertida Ohlins, con barras de 43 mm y ajuste de los tres parámetros, se encarga de absorber la inercia que generan las retenciones más severas, durante las que la parte ciclo al completo vuelve a poner de relieve esa compacidad de la que hace gala desde el primer metro que recorremos con esta Speed Triple 1050 RS.
En definitiva, al tirar con decisión de la maneta, yendo a una buena marcha, la última sensación que puedes percibir es la de que esta moto pueda descomponer su cuadratura sobre el asfalto.
En Mojado
Más de la mitad de nuestra prueba se desarrolló bajo la lluvia o al menos con el asfalto húmedo; y en alguna que otra ocasión, sentimos la sacudida del tren trasero, como hemos descrito, cuando la rueda perdía tracción y la moto tendía a cruzarse con el modo Sport seleccionado.
Lo cierto es que la electrónica no nos permitía ir más allá, pero independientemente de esa sujeción digital, la Speed se sentía dócil y muy controlable, en un movimiento tan comprometido, con la sensación de que el tren delantero pisaba firmemente sobre la humedad, gobernando sin titubeos la dirección de la moto.
Experimentos aparte, como éste que hicimos, lo preceptivo es seleccionar el modo Rain en esas circunstancias, y de esa manera todo queda bajo la supervisión y el control electrónico para nuestra tranquilidad, incluyendo el software del ABS.
Electrónica británica
Toda la información que captan los sensores es recogida por una IMU desarrollada en colaboración con Continental. Los cinco modos de conducción que ofrece ahora la Speed Triple 1050 RS son configurables al gusto y estilo del motorista.
Road, Sport, Rain y Rider son los cuatro incluidos en la versión S, la más económica, mientras que la RS de nuestra prueba ofrecía, además, el modo Track, cuyo nombre ya nos indica las claras aptitudes de esta super naked para dejarnos caer, de vez en cuando por el circuito para hacer algunas tandas libres.
Como complemento a este diverso paquete electrónico, la versión RS añade, además, la llave de proximidad, con arranque y bloqueo de la dirección, sin necesidad de sacarla de nuestro bolsillo. Un sistema que, por otro lado, se puede desconectar a voluntad tan sólo con oprimir un botón.
Detalles Triumph
La luz diurna, que conmuta de forma manual con la nocturna, el control de crucero, más la pantalla TFT con seis formatos posibles y su ángulo ajustable a la estatura del motorista representan detalles propios de otras categorías más ruteras, o más GT, si se prefiere, que la esencia deportiva que caracteriza a esta Speed Triple, y que sin embargo la equipan, para comodidad y disfrute de su futuro propietario.
En la piña izquierda se sitúa un joystick con movimiento a cinco posiciones, idéntico al de la Scrambler 1200 XE. De esa manera, podremos controlar con el pulgar el paso por todos los posibles menús que ofrece la electrónica. Un último detalle que delata el esmero de Triumph por bordar el remate de esta súper naked es el de que todos los mandos son retroiluminados, para facilitar en lo posible la conducción nocturna.
Los retrovisores
Los espejos colocados al estilo café racer representa un acierto en una moto más bien estrecha, ofreciendo una buena panorámica de lo que vamos dejando a nuestras espaldas, a pesar de su colocación tan baja.
Por otro lado, la anchura extra que añade al conjunto resulta aun admisible, y no penaliza demasiado a la hora de pasar entre los coches atrapados en el tráfico urbano. Sí lo hace, en cambio, el radio de giro limitado de la moto.
Cuánto cuesta la Speed Triple 1050
La versión RS que probamos en este reportaje tiene un precio de 16.400 euros; mientras que la versión S sale por 14.150.
La RS se ofrece en los colores Crystal White y Matt Black; mientras que la S se vende también en Crystal White y además en Jet Blck.
Mejorable
En un modelo de este nivel, y en los tiempos que corren, sí es verdad que hemos echado en falta una iluminación full led, aunque éste no represente un equipamiento trascendental en el uso al que va destinada esta moto desnuda.
Opinión de la Triumph Speed Triple 1050 RS
Una súper naked de corte e intención eminentemente deportivos, que ofrece un comportamiento sólido e intachable en cualquier circunstancia, tanto con una conducción exigente como buscando el mejor tiempo personal en un circuito.
Una inglesa que se sitúa en el término medio de un segmento que toma buena parte del relevo dejado en la calle, tras la persecución sufrida por las doble erre, y que se presenta como una moto ideal para todas esas salidas dominicales que más allá de una costumbre, representa una tradición y casi una liturgia para la comunidad motera.
Una naked, por otro lado, que por su docilidad y nobleza, resulta fácil de conducir para los que se asoman por primera vez a la categoría, con el carné A reluciendo en el bolsillo, y que por supuesto tengan una cabeza tan bien asentada sobre los hombros como para no olvidar que el puño de esta inglesa gobierna nada menos que 150 CV, con tan sólo 189 kilos en seco.
Buena prueba Tomás, coincido en la mayoría de las impresiones que transmites. Es una moto noble, «compacta», y en mi opinión con una potencia bastante más usable que el resto de competidoras de su categoría.
Sólo un apunte si me lo permites, y es que la horquilla de esta RS es una Öhlins de 43mm. La versión S es la que equipa horquilla Showa.
Un saludo.
Hola, Antonio.
Muchas gracias por dejarnos tu comentario, y sobre todo el apunte de tu corrección. Palabra que tenía presenta, en el momento de redactar el texto, que monta una horquilla Ohlins, y además con barras de esa medida. No sé por qué en el último momento se me cruzó la otra.
Ya está corregido.
Un saludo.