¡Cuántas veces hemos escuchado a los harlystas pronunciar la palabra “hierro”!
“Estamos orgullosos de nuestros hierros”, cuando hablan en ocasiones como colectivo motorista; “salí de aquella curva y metí dos hierros”, al hablar de la caja de cambios y sus marchas; eso cuando no hacen referencia al valor de su moto en cuanto al hierro que lleva encima.
Y ahora, si tenemos que hablar de una primera impresión al tener cerca, e incluso al tantear en parado esta Iron 1200, es que nos vamos a subir exactamente a eso, a un auténtico hierro de Harley. Efectivamente, el más común y extendido de los metales protagoniza la esencia de esta Sportster, desde cualquiera de las perspectivas que tomemos para contemplarla, más incluso al sentirla bajo nuestras posaderas. Un auténtico hierro al que le van muchas de las chaquetas de moto mostradas en este reportaje.
Veamos pues qué es lo que nos transmite en marcha este hierro 1200, con su look, su sound y su feel.
Posición de la Harley Iron 1200
El asiento, con el confort de lo que podríamos considerar un sofá sobre dos ruedas, se sitúa muy abajo, a 735 mm del suelo, algo que facilita el control de esta Iron prácticamente a todas las tallas. Por otro lado, esa elevación tan próxima al suelo coloca el centro de gravedad en un punto muy interesante para la conducción, como veremos a continuación.
A continuación, al coger el manillar por los puños, nos sentiremos más bien cerca de él, cuando seguramente lo esperaríamos más alejado. Pero como veremos al iniciar la marcha, la propia naturalidad de la conducción, nos llevará a apurar atrás toda la plaza del asiento, apoyando la rabadilla contra el resalte de su concavidad.
Hasta ahí, todo encaja más o menos en una conducción custom pura, por así llamarla, pero al subir los pies sobre las estriberas, es posible que a alguno le rechine su posición, que es exactamente la de una sportster.
Para definirlo mejor, diremos que si situásemos las estriberas de esta Iron apenas un par de centímetros más atrás, entraríamos en el espacio de una naked touring corriente y moliente.
Así pues, al colocarnos sobre la monotonía de la autopista, la primera tendencia, tal vez, sea la de echar los pies hacia adelante, posando los talones sobre las estriberas; es probable, por tanto, que su futuro propietario le monte unos mandos avanzados.
La cuestión es que al final, terminas dejando el cuerpo pendido de los hombros, mientras te coges al cuelgamonos para dar sentido a la primera parte de ese peculiar vocablo.
Un manillar cuelgamonos, por otra parte, justo en el límite de lo razonable para la mayoría en escenarios europeos. En definitiva, que puestos en marcha, tienes la total sensación de ir sobre esa caída de pastor alemán que muestra todo el conjunto, para que con ello te envuelva ese legendario espíritu de libertad, tan apreciado por unos y tan buscado por otros.
Cómo es el motor de la Iron 1200
Al arrancar, se siente una trepidación que hace temblar todo el conjunto, y a partir de ese momento, escucharemos esa cadencia irregular que marca el bicilíndrico en uve, como una de las improntas más carismáticas de Milwaukee. Lo cierto es que algún automovilista quedará absorto al ver temblando todo el bloque motor sobre los silent block, mientras aguardamos en paralelo con él, frente a la línea de un semáforo.
El embrague de accionamiento progresivo, ni fuerte ni flojo, nos lleva a clavar la primera sintiendo una llamativa suavidad, lo mismo que con las cuatro marchas siguientes. Efectivamente, un cambio con recorrido racional y un accionamiento suficientemente preciso que nos permite pasar de marcha sin tocar el embrague, a poco que sincronizáramos el puño de gas y el régimen del motor.
Al soltar la maneta en parado sentiremos ese empuje tan característico de Harley, el feel, aunque no sea éste, precisamente, su motor más grande. Se trata de una sensación, tan apreciada por los harlystas de pro, con la que pareces percibir el impulso de cada pistonada, con la particular forma de amortiguar los tirones que ofrece la correa dentada.
A partir de ahí, la aceleración de los 1.202 cc se percibe como la de una locomotora, es decir un trote poderoso que levantará como una pluma los 248 kilos que pesa este hierro a la salida de cada curva, y nos llevará con seguridad a la hora de hacer cualquier adelantamiento en una carretera de doble sentido.
Así pues, la velocidad de crucero no vendrá marcada, en absoluto, por los márgenes del motor, sino mucho más por la postura relajada, la posición casi abandonada de conducción en la que nos coloca esta Iron.
Vibraciones de la Iron 1200
Hablamos de una Harley, evidentemente, y este elemento se puede considerar, más que imprescindible, vital en cada adicto a la marca americana. El 1200 vibra, trepida, tiembla, dentro del clásico bastidor de simple cuna desdoblado bajo el cárter. Ahora bien, ¿hasta qué punto aísla de las vibraciones el sistema de soportes por silent blocks?
Pues las vibraciones que se perciben en marcha serán más que soportables, aceptables para cualquier motorista curtido, y qué duda cabe de que resultarán apreciables para un harlysta empedernido, como acabamos de apuntar.
Así pues, los amantes de la suavidad que transmite, por ejemplo, un tetracilíndrico o la seda de un motor eléctrico, deberán abstenerse, o bien hacer un serio ejercicio de introspección para mentalizarse, antes de subirse a este hierro.
Las curvas con la Iron 1200
La llanta de 19” delante para conjugar esa figura de pastor alemán, y el manillar cuelgamonos protagonizan el giro de esta cerda, por encima de su esencia
Sportster.
Lo cierto es que la maniobra del contramanillar sale empujando del puño interior, como explicamos en este artículo. En el caso de esta cerda, vira al instante, y se interna en el viraje con más sencillez de lo que su peso puede hacernos presumir. Además, en los cambios de dirección, su bajo centro de gravedad provoca el efecto de tentetieso, para pasar por este trance con una pasmosa facilidad, más aun si encima pisamos en cada giro la estribera interior correspondiente.
El apoyo en el paso por curva se siente firme, sin nada que reprochar a los clásicos Michelin que calza, con una seguridad al tumbar que nos llevará hasta rozar la estribera, en un ángulo más bien elevado para el mundo custom.
Sin embargo hay que advertir que en el paso por virajes verdaderamente rápidos es delicado moverse, colgarse del manillar, porque la pisada del tren delantero se aligera e inquieta, mostrando cierto nerviosismo. ¡Pero quién quiere este hierro para pisar rápido por cualquier curva!
La Frenada de la Iron 1200
La expresión “las Harleys no frenan”, que, como una sombra negra ha flotado sobre los modelos de la marca americana desde tiempos inmemoriales, carece totalmente de sentido al hablar de esta moto.
La Iron 1200, con su único disco de 300 mm, frena de una forma progresiva y graduable, incluso para un ajuste fino, y detiene el conjunto de una forma rotunda y contundente, si la situación lo exige.
En el tren trasero, el disco de 260 mm tira del conjunto, sobre la rueda de 16”, para contribuir notablemente a la frenada y mantener la moto más estable. Por otra parte, la retención del motor es un recurso a considerar, hasta el punto de no hacer necesario el freno cuando fluimos por una carretera de curvas continuas y más o menos uniformes.
Complementos de la Harley Iron 1200
Acerca del remate de Harley, sobra cualquier comentario, para una marca que ofrece, entre otras prestaciones y atributos, la distinción de sus clientes. En cuanto a la instrumentación, sencilla y minimalista en esta Sportster tan genuina, cuenta con el reloj habitual de Milwaukee, mostrando en su estrecha ventana digital diferentes datos como el régimen del motor, la marcha insertada y algunos más.
Otros elementos
Los retrovisores, también con la factura clásica de Harley, ofrecen una visión casi perfecta de nuestra retaguardia, más por su privilegiada colocación que por la extensión de sus espejos.
La luz del faro, con tecnología led, ilumina nuestro camino con suficiente nitidez para los ritmos de cuentapinos, y otros, que habitualmente llevaremos sobre este hierro.
Lo mismo vale para el resto; indicadores de dirección situados arriba en el frente y compartiendo la luz roja de situación atrás, una moda engendrada por Harley que han empezado a imitar otras marcas.
Entre el discreto equipamiento –tampoco necesita mucho más una moto así- se encuentra la llave de proximidad, además de la alarma, dos elementos acostumbrados en modelos más caros, que sin embargo llega de serie en este hierro.
Mejorable en la Iron 1200
El doble amortiguador de las Sportsters no es que sea un punto flojo de la moto en sí, pero efectivamente es un elemento que se puede mejorar montando unos de gas, u otro de mayor eficacia. Lo cierto es que con los que trae de serie resulta imposible la ecuación de comodidad en la suspensión, sin hacer tope sobre cualquier eventualidad relativamente significativa.
Cual es el Precio de la iron 1200
Dada la lista de precios que muestra el catálogo de Harley, este hierro americano se sitúa en la franja de los más asequibles, con 11.480 €
Nuestra opinión
Esta Iron 1200 es uno de los modelos que tanto en su estética como en su conducción, proyectan la esencia más pura de Harley.
Una cerda que, como pocas, recrea en el motorista ese espíritu de libertad, incluso de rebeldía, que muchos buscan y cultivan después, tanto en el mundo custom como en el Café Racer, e incluso de las series televisivas.
Otras pruebas relacionadas
Harley Davidson Sportster Roadster
Preguntas frecuentes
¿Es cómoda la posición de la Iron 1200?
Es muy cómoda a velocidades lógicas, dentro del mundo custom, siempre por debajo de 120, y mejor si es de 100.
¿Es muy cara la Harley Iron 1200?
Dentro de los precios que maneja Harley, no, en absoluto. Cuesta 11.480 €.