La línea de leds encastrada sobre el frontal de la aleta le da un aire neoclásico, recordando en cierta medida, y si me lo permite el lector, a la figura de algo así como un cómic futurista publicado en los cincuenta. Vaya por delante ese detalle para los buenos conocedores de la marca; y para los que no lo son tanto, este modelo es el sueño que muchos harlystas mantienen vivo desde niño durante toda una vida, para conseguir hacerlo realidad, unas veces sí , y otras veces no. Así es la Harley Davidson Ultra Limited
Os presentamos a su majestad
Para quien no conozca el buque insignia de Harley, repetimos lo que ya hemos comentado en alguna ocasión, afirmando que probablemente represente la forma más cómoda, ultra cómoda, de viajar sobre dos ruedas. Una moto con un equipo estéreo sencillamente espectacular, que cuenta dos altavoces instalados en los costados del sofá posterior –lo mismo que el control duplicado del volumen y de la selección – para hacer juego con los delanteros, envolviendo tanto al motorista como al pasajero con su sonido de alta fidelidad. Control de crucero, puños calientes de seis niveles, con los que hay que tener cuidado de no quemarse en su temperatura más alta; además la clásica palanca puntera-tacón para el cambio, la ventana sobre el frontal de la tulipa para contrarrestar a voluntad las turbulencias del parabrisas.
En cuanto a los pies, va sobre plataformas tanto para el motorista como para el pasajero, el suministro eléctrico cuenta con cuatro tomas de corriente: bajo el parabrisas, sobre el depósito, en el interior del tour pack y sobre el lateral del sofá trasero. Cualidades viajeras, como una gran capacidad para el equipaje, con posibilidad de ampliarla encima de la parrilla montada sobre un tour pack que ofrece dos bolsas accesorias interiores; lo mismo que detalles de auténtico lujo, como una pintura que juega con las intensidades, imprimiendo el color más denso, hasta oscurecer el perímetro de cada pieza, y aclarándolo hasta hacerlo irreconocible, confundiéndolo con otro, en el centro; igualmente haciendo su juego de tonalidades al son que marca la luz que incide en cada momento sobre la Ultra Limited.
Tras el carenado, una pantalla táctil preside la consola de información, con un extenso menú, que cambia su intensidad automáticamente del día a la noche. Al abrigo del viento, el reverso del carenado ofrece una perspectiva que consigna el rancio sabor más clásico de unos relojes con marco cromado, con esa pantalla que ofrece, por ejemplo, el plano de un navegador con voz propia incluida.
Bien, y una vez presentada para los desconocidos, hablemos de las esencias que buscan los más conocedores, empezando por lo que no se ve y sólo se siente.
El Sound de la Ultra Limited
La verdadera esencia de ese sound Harley, tan atribuido por la marca y sus incondicionales, ha dejado en solitario al genuino sonido del metal crepitando por efecto de la contracción al enfriarse. Es realmente llamativo en esta gran moto, haciendo su característico chisporroteo de fritura con que apenas hayamos circulado un kilómetro y paremos, después de arrancarla por primera vez en la mañana. Pero a pesar del Euro4, queda incluso otro vestigio más de ese sound legendario que tanto aprecia el harlysta y que no se encuentra en los escapes. Veámoslo en el apartado motriz de esta cerda paquiderma.
El 107” de la Ultra Limited
El aumento de cilindrada representa la vanguardia particular de Harley en su lucha para sobrevivir a las restricciones en materia de medio ambiente. Este 107 sigue la tendencia marcada en la segunda generación del 103 anterior, estirando con un empuje digno hasta más allá, incluso, de las 5.000 rpm, al estilo de los 110 screaming eagle de las series CVO. La patada se siente igualmente musculosa y contundente, como no podía ser de otro modo, en cuanto el motor abandona el régimen del ralentí, con lo que el feel de Harley se percibe en una dimensión que sin duda satisfará a la mayoría.

En cuanto a las vibraciones, Harley ha mejorado y mejorado su sistema de elásticos sobre los que suspende la enormidad del bicilíndrico, y podemos decir que se perciben al ralentí como el lejano palpitar de un ser vivo, para sentir cómo en marcha llegan a los puños con una placentera suavidad, que incluso proporcionará a más de uno un placer extra para sentirlo como otro signo a añadir en la lista que define a una moto de siempre.
Y en cuanto al sound, aparte de la estereofonía, ciertamente queda una parte de su esencia en la admisión del motor, particularmente cuando giramos todo el puño y sentimos el motor subir de vueltas sin la pereza ancestral que mostraban la mayoría de las versiones hace una década. Un sonido gutural parece emerge desde las profundidades del 107, con un tono grave estremecedor.
Paso por curva de la Harley Ultra Limited
Volví a la curva particular de pruebas que emplea un servidor, ésa que pasa sobre una pequeña depresión, formando una especie de bañera; un trance que en este caso se mostró aun más revelador que en otras ocasiones. Llegué a la curva con la Ultra Limited a un buen ritmo, para comprobar cómo la moto siguió la trayectoria marcada fácilmente y pasó por los cambios de nivel con una digna solidez, sin retorcerse; si bien es verdad que las inercias que crea un tonelaje como el suyo al paso rápido por el subibaja exigen una concentración mínima para controlarlas.
Pero ya no se siente el tercio trasero flexando, como ocurría por ejemplo con la 103”, y todo ello es de agradecer a dos novedades. Por un lado desaparece el silent block sobre el que se soportaba la unión del basculante con el chasis, para adoptar ahora una fórmula más convencional. Y por otro, la suspensión delantera, bajo su aspecto FLH, ahora es una robusta horquilla con el sistema usual de cualquier moto; es decir: con sus barras, sus botellas y con sus muelles interiores.
Por lo demás, la Ultra Limited consigue un ángulo de inclinación llamativo, para tratarse de una custom con plataformas, lo que permite una conducción despreocupada, en una carretera de curvas y al ritmo con el que suelen conducir los motoristas del Lado Oscuro, sin estar pendiente, en cualquier caso, de rozar alguna parte valiosa de esta cerda en la que, prácticamente, todas los son.
La Ultra Limited en parado
Realmente resulta una moto delicada en las maniobras por debajo de los diez por hora, diría que la más delicada del mercado. Se deben de tomar dos precauciones, principalmente, con ella:
Por un lado, debemos de mirar bien el suelo sobre el que vamos a posar cada pie, y sobre todo asegurarnos de que no resvala a la hora de apoyarnos para remar, aunque sólo vayamos a hacerlo para unos centímetros. Un resbalón remando resulta realmente comprometido; si bien es verdad que el asiento del motorista se estrecha delante, descendiendo, además, por los laterales en ese extremos, facilitando así la tarea de remar.
Otro trance delicado llega en el momento de girar. Mientras mantengamos el manillar doblado hasta unos 15/20 grados, todo funciona de una manera previsible con un tonelaje como el de la Ultra Limited; pero cuando giramos la dirección más allá de ese punto, ojo con la reacción de la moto, que tiende ligeramente a caerse hacia el interior por mero efecto de su peculiar geometría. Se trata de un efecto muy leve, que en una moto con 200 kilos menos resultaría prácticamente imperceptible, pero sosteniendo los 398 kilos declarados de esta Electra, nos retiene la respiración por un momento.
Este efecto de caída nos lleva por un lado a admirar con un punto extra, si cabe, la destreza de los policías americanos que realizan esas exhibiciones sobre sus Electras, haciendo un eslalon increíble sobre una fila de conos; y por otro, lo mismo que las demás situaciones de compromiso que pueden aparecer con el manejo en parado, a justificar las sólidas barras antivuelco que añaden otro punto de esplendor con sus destellos tanto delante como detrás de la Ultra Limited.
La Ultra Limited bajo la lluvia
¿Relatamos cómo se vive un atasco mientras se cruza la ciudad entera sobre la Ultra Limited, soportando un buen chaparrón?
No. Mejor nos dedicamos simplemente a extraer sus conclusiones, junto con otras experiencias en la autopista bajo la lluvia invernal.

El caso es que tras una larga prueba mojada, que en algún momento llegó a convertirse casi en submarina, aprovechamos para indicar que la entrega del 107” llega al suelo traccionando con ese poder ya supuesto en un motor descomunal, pero de una forma que se dosifica al milímetro con el acelerador, controlando a voluntad el deslizamiento de la rueda trasera sobre un piso tan infame como, por ejemplo, puede ser la franja empapada de un paso de peatones. No estaría de más, por cierto y hablando estrictamente desde el punto de vista de la conducción, contar con un control de tracción, al estilo de los más sencillos y extendidos en la actualidad, que actúan únicamente en caso de emergencia y no toman ni el más mínimo protagonismo en la conducción ordinaria.
Por otra parte, apuntamos que la frenada de la Ultra Limited sobre el suelo mojado resulta mucho más eficaz, segura y estable de lo que cabría presumir, con el excelente aplomo que le da la nueva horquilla y la efectividad traída desde otras versiones por el doble disco delantero. En cuanto al trasero viene a sumarse a la tarea con una buena dosis de retención, terminando por parar esta nave en un espacio que sencillamente no nos podemos imaginar, ya que el ABS interviene de una forma tan permisiva que llega a dejar derrapar brevemente, siquiera por un par de centímetros, el neumático delantero.
Si pudimos comprobar esta efectividad en mojado, le resultará muy fácil al lector hacer la traslación al mundo seco y calcular la escasa distancia que necesita la Ultra Limited para detenerse por completo en una frenada verdaderamente exigente.
Protección de la Ultra Limited
En cuanto a la visión para la conducción se refiere, la mayoría tendrá que mirar a través de la pantalla, y si no les gusta hacer pasar la vista hasta por tres transparencias distintas, como por ejemplo la de un casco integral y su pinlock, deberán buscar la opción de una más recortada.
Y en cuanto a la protección propiamente dicha, aprovechamos la lluvia, constante de casi toda la prueba, para comprobar con precisión cómo el carenado cubre todo el pecho, dejando sólo al descubierto el extremo de los hombros, mientras que los pies quedan absolutamente el resguardo, incluyendo la planta. No ocurre lo mismo con las piernas, para las que se deja una franja expuesta, más o menos, por debajo de las rodillas. Las manos, por su parte y como no ocurre en casi ninguna moto del mercado, quedan totalmente protegidas, al abrigo del viento y también de la lluvia.
Y ya que estamos tras el manillar de la moto, subrayar la eficacia, en este caso, de los clásicos retrovisores de Harley, que ni molestas en los nudillos de la manos más grandes, como ocurre en otros modelos, y además ofrecen desde su perspectiva una buena visión de lo que vamos dejando detrás, lo mismo de lo que se nos acerca por la retaguardia.
La Ultra Limited de noche
El faro central proyecta un verdadero resplandor, al que se suma la luminosidad de los dos antinieblas, que vienen que ni pintados para actuar como luces “cuneteras”, y que dejan a la Ultra Limited a la altura de una competencia GT, que ya ofrece una fila de leds que se encienden a medida que la moto inclina, o el sistema de espejo patentado por BMW, que mantiene siempre el haz de luz horizontal por mucho que tumbe la moto.
En cuanto a la luz de carretera (la larga), alcanza poco más que la de cruce y no gana demasiado en intensidad respecto de ella. Decepciona un poco en el momento de conectarla por primera vez.
El pasajero en esta Harley
Si en lugar de hacerse sobre cuatro ruedas y en una limousine, como es preceptivo, protocolario y habitual, hubiera que trasladar sobre dos ruedas a una personalidad gubernamental, al cabeza visible de un país en un cónclave de nivel mundial, sin duda se señalaría a esta Ultra Limited para tratar de transmitir la misma pompa en versión motociclista. El pasajero en esta Harley viaja como un ministro.
El sofá, mullido y generoso en espacio, envuelve también la espalda del pasajero, no sólo ofreciéndole un confortable respaldo, sino resguardándole de las revueltas y turbulencias que forma el rebufo de la Ultra Limited.
Hasta dónde llega la Ultra Limited
La autonomía que ofrece el depósito de lágrima, con sus 22,7 litros, alcanza una cifra aceptable en la autopista, y transitando por carreteras secundarias al ritmo lógico de una conducción custom, con el que la Ultra Limited registra un consumo por debajo de los 6 litros a los cien. Además de ello, el navegador tiene la cortesía de ofrecernos las gasolineras más cercanas y el camino hasta alcanzarlas.
Mejorable en la Harley Ultralimited
Al ya mencionado detalle de la luz larga, también se echa de menos otra luz de cortesía en el interior del tour pack, más aun si hoy en día la ofrece incluso el scooter más modesto.
Por otro lado, la marcha atrás se va imponiendo en los modelos más pesados de otras marcas, por lo que parece que Harley, más aun con las particulares sensaciones que crea la Ultra Limited en parado, debería de ir planteándose la aplicación de este recurso.
Precio
32.350 euros
Harley Ultra Limited, una moto de fantasía
En cualquier caso y después de este frío análisis, incidir sólo en los aspectos prácticos y dinámicos de esta soberbia moto, como lo haríamos sobre la mayoría de los modelos del mercado, y no digamos ya sobre los scooters, no sólo representaría una irreverencia para la Ultra Limited, sino lo que es peor, estaríamos dejando al margen el efecto mágico que proyecta sobre la sensibilidad del motorista más pasional.
Y es que esta Harley invita más que ninguna otra a perderse por una carretera sin final, habiéndonos desprendido en cas del reloj, dejando sobre la mesa la agenda y llevando con nosotros, si acaso, el teléfono apagado, sólo para encenderlo como salvaguarda de verdadera emergencia.
Tras el amplio manillar de la Ultra Limited se siente el deseo de poner en marcha la versión más viva de nuestra imaginación para dejar que esa fantasía que retenemos desde los años más tiernos en nuestro fuero interno se desate y campe a sus anchas por una carretera que se pierde en el infinito, al son marcado por dos pistones legendarios.
Con la Ultra Limited, en definitiva, pierden su razón de ser el alcohol y las drogas, particularmente el LSD, porque el embrujo de la propia moto te envuelve para llevarte sobre la nube que forman tus sueños más libertarios, en un viaje sin un destino que lo coarte para vagar por el espacio infinito de una ruta espectral, como la del el motorista fantasma, o incluso a través del tiempo, alcanzando la rampa por la que se lanzaba el Regreso al Futuro.