Una bagger de libro, al estilo de su hermana con carenado fijo, la Road Glide, y dentro de la familia Electra, donde también se encuadra la última versión de la Road King, que ya probamos.
Eso sí, vaya por delante que, a pesar de esa barrera, Harley logra que se deje escapar algún que otro petardeo en las retenciones más exigentes, dejando en el aire el timbre grave y las notas cavernosas de siempre. En cualquier caso, habrá que poner la atención de nuestro oído sobre la admisión cuando giramos el puño para que nos llegue, aún en 2022, ese genuino sonido de Milwaakee.
Posición de la Harley Street Glide
La colocación del asiento a 690 mm del suelo, un auténtico sofá para nuestras posaderas, se sitúa en la longitud de la moto lejos de la dirección; sin embargo la amplitud del manillar y sobre todo el ángulo con el que se cierran sus puntas, nos llevan las manos a caer de una forma muy natural sobre los puños, y por ende a que dejemos colgar el tronco de los brazos, en una postura de conjunto que resulta, simplemente, el paradigma del confort para recorrer largas distancias, mejor aun si contienen rectas interminables.
En cuanto a los pies, no necesita comentario su asentamiento de lujo sobre la comodidad de las plataformas, dejando, además, las piernas replegadas en un ángulo que resulta de lo más natural, y sobre todo llevadero a lo largo de los kilómetros.
Video de la prueba de la harley davidson street glide
El 114” y su feel
Esa postura, tan cómoda, que resulta prácticamente una cruisser de libro, nos coloca el cuerpo en una disposición ideal para sentir la tremenda patada, el feel lleno y directo, que sacude este gigante, este bicilíndrico que cuenta con dos cacerolas por cilindros, y que dejándose sentir cada pistonada.
La sensación de músculo que transmite el par (164 Nm a 3.000 rpm) de los 1.868 cc resulta poderosa, muy poderosa, pero se desarrolla con una sobria progresión, que se estira hasta nada menos que las 5.020 rpm. Y decimos “nada menos” porque resulta un régimen francamente elevado en el mundo Harley, para ofrecernos unos 89 CV que se perciben llenos hasta el punto de desvirtuar esa cifra. Hay que recordar que los regímenes máximos de la marca hasta hace poco apenas rebasaban las tres mil.
La cuestión es que al final, y casi sin darnos cuenta, resulta que la Street Glide corre, corre mucho, acelerando como una gran locomotora diésel; y además, la caja de cambios con seis relaciones afina el consumo justo por encima de los 6 litros a los 100. De esa forma, el depósito de 22,7 litros estira su rendimiento para permitirnos superar trayectos de 350 km sin repostar.
Haciendo curvas con la Street Glide
Con el trasero aposentado tan abajo, tomamos una excelente posición de control en parado, que favorece el estrechamiento marcado delante, en el ensamblaje del depósito con el depósito.
A partir del momento en el que soltamos el embrague y rebasamos una velocidad peatonal, los 359 kilos (20 más en orden de marcha) que marca en su ficha técnica se quedan en un simple dato de referencia. Y veremos a continuación cómo el giro para entrar en la primera rotonda nos va a sorprender por su facilidad, si nos hemos subido con la mentalidad de que vamos a conducir una moto ultra pesada. La Street Glide vira con docilidad a nuestra orden del contramanillar o incluso más aun cuando pisamos presionando la plataforma interior.
De la misma manera, los cambios de dirección para pasar por unas eses enlazadas se resuelven con una naturalidad llamativa, sobro todo si nos olvidamos que esta cerda se ha engendrado, como muchas de sus hermanas, para navegar por las inacabables rectas de Arizona, y otros estados de los USA.
El grado de inclinación que permite en ambos lados, por encima de los 30º, es suficientemente holgado, dentro del mundo custom; y a la hora de ir tumbada en las curvas más rápidas, la Street Glide ofrece un aplomo suficiente para seguir disfrutando placenteramente de ese grado superior de confort que ofrece.
Flotando por la carretera
Las suspensiones qué duda cabe de que constituyen la piedra angular de esa comodidad prémium. La horquilla, con su formato clásico, cubre sobradamente su mitad de confort, y además ofrece un apoyo lo suficientemente sólido al conjunto, en el momento de pasar inclinado, y rápido, sobre algunos badenes.
En cuanto a los amortiguadores que se encargan del tren trasero, asumen con eficiencia su papel en el confort general del conjunto, eso sí, siempre que no pasemos alegremente por encima de esos vigilantes fabricados en goma dura, que se elevan sobre el asfalto para contener toscamente la velocidad de los vehículos. El efecto de rebote sorprende, y puede resultar incluso molesto.
La Frenada
El conjunto firmado por Brembo resulta sencillamente contundente. La rotunda efectividad de la Street Glide en este apartado puede tirar por tierra definitivamente aquella leyenda negra de que “Las Harley no frenan”.
Esta llamativa capacidad de frenado queda asegurada por un ABS controlado y regulado, en el grado de inclinación, por una plataforma inercial (IMU) de cuatro direcciones. Todo funciona bajo la supervisión de lo que Harley llama “Reflex Defensive Rider”. Dicho sea de paso que este órgano también se encarga del control de tracción, igualmente teniendo en cuenta en cada momento lo inclinada que vaya la moto.
Además de todo ello, esta Electra cuenta con un práctico sistema de frenada combinada, que facilitará su uso en el día a día.
Equipamiento
¿Por dónde empezamos? Pues tal vez por el equipo de música, con un sonido de calidad espectacular, y una integración en el carenado tan lograda, que parece un elemento propio del mismo. Podríamos continuar el inventario digital con la pantalla TFT de llamativo tamaño y de control táctil, incluso con guantes, que sirve, entre otras cosas, para mostrarnos los recursos del sistema multimedia Boom! Box GTS.
Y la iluminación, y señalización, con tecnología led terminan de completar un equipamiento eléctrico-electrónica al nivel que exige un modelo prémium como éste.
Equipaje
Las maletas, alargadas y de líneas oblicuas, como no podía ser de otro modo para hacer un tributo a la estética bagger de esta Street Glide, ofrecen una generosa capacidad de 70 litros. Y su sistema de apertura y cierre, genuino en el mundo Harley, hace muy sencillo su acceso y su carga, que contribuye, , dada su posición tan cercana al suelo a bajar, a mejorar aun más la posición del centro de gravedad del conjunto.
Protección
La amplitud del carenado cogido al manillar cubre por completo a un tipo de 1,91, como el que firma este reportaje. Las manos también quedan cubiertas e incluso el extremo de los hombros. Además el deflector que se muestra practicado junto a su borde superior, lanza las turbulencias justo al centro de nuestro casco, y por encima de la recortada pantalla. De esta manera, los motoristas de otras tallas, distintas de esa XL, ni siquiera sentirán el flujo del viento de cintura para arriba, y podrán sentirse más cómodos aun, y más conjuntados con esta cerda, vistiendo una de estas chaquetas de cuero para motos.
Bien es cierto que a las rodillas y espinillas les llega todo el impacto de la intemperie, sintiendo un claro agravio con respecto al resto del cuerpo.
El Pasajero
La plaza trasera del asiento muestra un tamaño y un confort que la hacen meramente eventual. No resulta el espacio ideal para llevar a nuestro acompañante hasta los confines del Planeta, y lo más racional es que nos sirva poco más que para traslados interurbanos de corto recorrido.
La Retaguardia
Los retrovisores muestran un diseño de lo más vistoso, perfectamente integrado en la línea estética del conjunto. Su visión de lo que nos llega por detrás, o de lo que vamos dejando, es nítida, sin embargo nos queda un pequeño recorte del ángulo muerto, que dependiendo de la corpulencia del motorista necesitará, o no, de un repaso con el rabillo del ojo a un lado para cerciorarnos de que el carril al que nos queremos cambiar está totalmente libre.
Mejorable
Por apuntar un detalle, diríamos que se podría afinar el tacto del freno, haciéndolo un pelín más preciso de lo que ya lo es. Esto se podría conseguir en buena medida montando una bomba de anclaje radial en futuras versiones.
En cuanto a la respuesta, un tanto seca, que ofrecen los amortiguadores traseros, resulta admisible en alguna medida dado su corto recorrido, de sólo 54,6 mm, una circunstancia obligada para completar Algo que tal vez con tecnología de gas pudiera suavizarse casi por completo en nuevas versiones.
Opinión sobre la Harley Street Glide
Una touring de estilo bagger puro, que resulta la comodidad hecha placer para viajar por autopistas y carreteras de buen pavimento, y que ofrece un comportamiento honroso a la hora de desenvolverse por carreteras reviradas.
Una Harley equipada hasta las trancas, que aúna el estilo más clásico con las últimas tecnologías digitales para que su placentera conducción no sólo resulte más segura, sino también más fácil.
Pruebas relacionadas
Preguntas Frecuentes
¿Cuánto cuesta la Street Glide?
Dependiendo de la combinación de colores que se elija, el precio base es de 32.600 €,
¿Qué velocidad alcanza la Street Glide?
Evidentemente, la velocidad no es lo más importante en este modelo. Pero podemos calcular que, por nuestra prueba, alcanza los 180 km/h.
¿Qué anchura tiene la rueda trasera de la Street Glide?
Tiene una medida muy razonable, casi estrecha para su tamaño. Un 180 que desde luego facilita mucho el giro.