Los precedentes de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Acababa de pasar como una exhalación sobre el gran peralte de Daytona, perpendicular al mundo entero, cuando Marciano Roberts encaraba la recata de boxes sobre aquella criatura bestial dos tiempos y 750 cc, la Yamaha OW 31. Cuando alcanzaba la altura de su pizarra, Toberts comenzó a hacer gestos ostensibles, pura histrionía, hacia su equipo, quejándose de la falta de prestaciones de su Yamaha, cuando apenas unos metros después, la pistola de rádar le cazaba ¡a 320 por hora!
Esa misma temporada, Marciano Roberts vino a Europa, de la mano del Continental Circus, y sobrecogería a todos con sus derrapadas de ambas ruedas, importadas directamente del dirt track, y apoyadas en sus fantásticos neumáticos americanos de entonces, los Goodyear.
Ni que decir tiene que las líneas que dibujan la silueta de esta Yamaha XV 950 60 Aniversario, así como los complementos y el propio tono de sus pinturas proyectan una imagen radicalmente anclada en los setenta; montando, además, una llanta trasera, que por su parte, contribuye con sus 16 pulgadas a esa estética en descenso, como la silueta de un pastor alemán
Tanto clara llega esa imagen y se transmite esa sensación, que los lectores más entrado en años, o los más estudiosos de la evolución motociclista, habrán rememorado al repasarla aquella moto americana Cafe Racer del 78, que no ha terminado de reaparecer, por muchos rumores que se hayan dejado correr y por mucho que la reclamen algunos sectores del Lado Oscuro de la Moto.
Ahora, al contemplar este modelo conmemorativo de la marca de los diapasones, nos damos casi de bruces con la corona descomunal, sobre la que engrana la correa dentada de la transmisión secundaria, acaparando el protagonismo del lado izquierdo, mientras que la longitud del Akrapovic, en riguroso negro mate, lo hace por el derecho.
La Posición de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Con los semimanillares por debajo de la tija superior y los pies colocados a la forma adelantada de cualquier naked turística, y el trasero encajado en la pronunciada forma cóncava que hace el asiento, los lectores más jóvenes se encontrarían en una postura extraña, un tanto contradictoria incluso; sin embargo, si repasamos las fotos históricas de las competiciones anteriores a los setenta, veremos a los pilotos alargando el cuerpo sobre la moto en una posición muy parecida. Por tanto, podemos decir que sentados tras los semimanillares de esta XV 950 Racer 60 Aniversario, el cuerpo nos quedará colocado como si fuésemos a afrontar una carrera antigua.
El Motor 950 Yamaha de esta XV
En el propio ejercicio de soltar el embrague, lo sientes como un auténtico prodigio de suavidad, tratándose sobre todo de un bicilíndrico. Una suavidad que se extiende desde el rumor del ralentí hasta la punta del cuenta revoluciones, con una entrega, igualmente, que transmite una sensación de pura seda, y con un empuje lleno, repleto, que hacen de la conducción una verdadera delicia.
A pesar de esa posición, originariamente de carreras antigua, los 52 CV que rinde la XV 950 Racer 60 Aniversario no la presentan, lógicamente, como una moto que incite a correr, en absoluto; de hecho, es bicilíndrico con 83 mm de carrera no se siente cómodo, si lo llevas hasta el final del cuenta rpm, o si tratas de empalmar marchas, con la forma pausada de seleccionar piñones que tiene el cambio, como veremos a continuación.
Este motor, con 79.5 Nm de par, a lo que más bien nos invita es a dar un paseo rememorando los tiempos en los que la facción americana de Yamaha desembarcaba en Europa comandada por su implacable marciano para dar una verdadera lección a todos los europeos de cómo se derrapaba con un monstruo de 750 y 2T, con su chasis de tubos redondos y entrelazados, retorciéndose a unas velocidades inimaginables.
Vibraciones de la Yamaha XV 950 Racer
Podemos decir que las vibraciones de estos 942 cc en uve se sienten igualmente en consonancia con la entrega de potencia y con el rumor al ralentí, y que llegan a manifestarse con algo más de intensidad en los regímenes más altos; aunque en todo momento transmiten una sensación compacta del motor, con todo en orden, y sin ningún sonajero, ni ningún grillo en la carrocería, que rompa con su estridencia la armonía que transmite todo el conjunto. Es más las vibraciones de la XV 950 60 Aniversario resultan casi placenteras, lejos de los hormigueos en las manos y a un abismo de la trepidación que se siente sobre otros bicilíndricos custom.
El sonido de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Es largo y grave, como lo es el Akrapovic que recorre el lateral derecho con su negro mate, que junto con la corona, como ya hemos señalado al principio, constituyen dos elementos muy personales que da un particular carisma a la estética de esta bicilíndrica conmemorativa.
El cambio de marcha del XV 950
Es lento, pausado y con un recorrido de la palanca que parece marcado a propósito como signo de la época que evoca esta XV 950. De este modo, sincroniza con todo el conjunto, tanto en la estética como en las sensaciones que transmite el motor. En cualquier caso, tanto esa forma pausada de accionarse como el recorrido necesario para pasar a la siguiente marcha, ni te dejan con la sensación de que este cambio resulte torpe, ni mucho menos violento.
Comportamiento dinámico de la XV 950 Racer 60 Aniversario
La moto se siente con un comportamiento muy noble en general, trasnmitiéndonos una gran confianza desde la primera curva, yendo bien tranquilos con el convencimiento de que en ningún momento nos va a colocar en ningún aprieto, puesto que tanto el motor el chasis, así como los frenos y las suspensiones se comportan en una sintonía casi perfecta, interpretando todos la misma partitura.
El momento de giro
La llanta delantera de 19” se cobra su tributo estético a la hora de girar la XV, como es lógico, haciéndola más perezosa en el momento de entrar en el viraje y obligándonos a tirar de hombro para hacer el contra manillar, si es que nos hemos animado demasiado con el gas.
Paso por curva de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Lo hace con precisión, como si fuera guiada sobre raíles, tal y como se comportaban los grandes bicilíndricos de los setenta; con un excelente apoyo, además, a pesar de que el tarado de las suspensiones, como veremos a continuación, no es tan deportivo como sugiere esa decoración amarillo denso con sus líneas negras rotuladas.
Cambios de dirección
A pesar de ralentizarse debido a las 19 pulgadas de esa llanta delante, la estrechez y el bajo centro de gravedad de todo el conjunto consiguen que esta XV 950 Aniversario se mueva más soltura, a un lado y a otro, de la que nos pueda parecer después de abordar la primera esquina, la primera rotonda.
Suspensiones de la XV 950 Racer 60 Aniversario
A pesar del aspecto Cafe Racer que muestra, el tarado de sus suspensiones es totalmente turístico, frenando cualquier ímpetu de quemado que nos impulse a enchufar el gas para galopar a fondo en busca de la siguiente curva.
La horquilla de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Es de tipo convencional, con las barras cubiertas por unos guardapolvos propios de la época que evoca, se siente un tanto blanda, si hacemos una apurada de frenada. De otro modo, resulta de lo más confortable en la conducción, al unísono con esa suavidad que transmite el motor en todo régimen, lo que nos sigue invitando a ese paseo retrospectivo que hemos mencionado.
Amortiguadores traseros Yamaha
Con su espectacular botella dorada para el gas, en contraste con el negro opaco que luce su muelle de doble efecto, no tienen, tampoco, un comportamiento tan racing ni tan deportivo como aparentan; ofreciendo el mismo confort que la horquilla para fluir placenteramente por la carretera. De hecho, hicieron tope, aunque sólo en la posición 2 de la precarga, con mis 107 kilos encima, al pasar con el gas abierto y sin contemplaciones, sobre algunos de esos vigilantes, de los más pronunciados, que ponen para sujetar la velocidad de los vehículos en barriadas y urbanizaciones.
La Frenada de la XV 950 Racer Aniversario
Al llegar a este apartado, un servidor se permite recordar al lector nuestro artículo de conducción dedicado a La Frenada
Ofrece un comportamiento idéntico al resto del conjunto, actuando con una suavidad que nos puede inquietar en la primera frenada realmente severa, al sentir cómo la maneta se hunde en un primer momento; sin embargo poco después tomará cuerpo bajo nuestros dedos para detener el conjunto con una efectividad suficiente; así pues, el disco delantero lobulado, de 298 mm, se basta para detener la XV 950 a los ritmos que propone, además de apoyarse sensiblemente en su compañero trasero y gemelo, igualmente lobulado y también de 298 mm, que tira de la moto en la frenada, desde el extremo de un basculante de sección redonda, al estilo de 1976, y de una llamativa longitud.
La Luz Yamaha
De un solo faro, redondo y de discreto diámetro, es suficiente para alumbrar la carretera, en corta y en larga, a los ritmos que propone esta Café Racer testimonial, con un corazón casi de custom.
El grupo de luces trasero merece una mención aparte, particularmente la roja, por erigirse casi como un signo de identidad, que está compuesta por un grupo de leds, que forman un hexágono interior, proyectando una luz muy visible que asegura la señalización nocturna de nuestra retaguardia.
Detalles de la XV 950 Racer 60 Aniversario
Todos guardan una sincronía retro aplicando la tecnología más actual para su correcto y fiable funcionamiento. Accesorios y detalles de remate parecen estar elaborados y colocados para celebrar esos sesenta años de historia con los que ya cuenta la fábrica de Iwata.
Los espejos Yamaha
Con un diseño acorde con todo el conjunto, cumplen su papel, mostrándonos un panorama posterior lo suficientemente amplio –incluso con la anchura de un servidor de por medio- como viajar tranquilos vigilando los se nos aproxime por detrás.
El Reloj de Yamaha
En un espacio esférico tan reducido, para mantener igualmente esa estética de la época que representa, nos muestra la suficiente información tanto para controlar el perfecto funcionamiento del bicilíndrico como los datos del paseo, nostálgico o simplemente placentero, que nos estemos dando sobre esta neoclásica nipona.
Los conmutadores
Con la calidad debida y característica de la marca de los diapasones, su diseño es discreto, pasando casi imperceptibles al recrear la vista con las líneas y los colores conmemorativos. Su funcionamento se siente suave y a la vez sólido bajo los pulgares, presagiando una durabilidad por encima de la propia vida de la moto.
Precio de la XV 950 Racer 60 Aniversario
El recomendado para nuestro país es de 10.049 €
Pegas de la Yamaha XV 950 Racer 60 Aniversario
-La maneta del freno no tiene regulación de la distancia con el puño, algo que viene muy bien para ajustar la frenada a manos grandes y pequeñas.
-El cupulino no ajusta con el faro, y muestra un espacio abierto con el foco.
-El botón de la bocina no es todo lo accesible que se necesita, ya que, en la mayoría de las ocasiones, lo necesitamos de una forma, más que instantánea, interiorizada.
Conclusión sobre la XV 950 Racer 60 Aniversario
Un modelo conmemorativo, con ese arrebatador atractivo que proyecta su decoración de Yamaha América, con un aspecto y una postura eminentemente Cafe Racer, que inspira a las carreras antiguas.
Una moto de cierto aire deportivo, qué duda cabe, con esos colores racing y su manillar en dos piezas, pero a la que Yamaha ha querido dotar de un motor sosegado, más bien custom, y equipar con unas suspensiones turísticas que, finalmente, dan como resultado un conjunto verdaderamente placentero que invita a disfrutar de la esencia de la moto en dos dimensiones diferentes, la evocación deportiva y el paseo sibarita, con una llamativa estética, casi exclusiva.