La posición de conducción, su estatura y detalles como las estriberas finas, dentadas y desnudas, además de bien elevadas, apartan a esta Gran Turismo austriaca del enfrentamiento directo con modelos como la BMW R1200RT, la Kawasaki GTR 1400 o la misma Yamaha FJR 1300, y la disponen más bien frente al grupo de las maxitrail asfálticas, que algunas marcas denominan “Sport Turismo” por una cuestión de mera estrategia comercial; tales son la BMW S1000XR, la Ducati Multistrada S o la Honda VFR1200X Crosstourer, a juzgar por lo que hemos percibido y como recapitulación de este reportaje; aunque, si queremos afinar y buscar un rival propiamente dicho, no lo vamos a encontrar, porque esta 1290 Super Duke GT cubre un pequeño resquicio del mercado que, parece mentira, aún estaba libre.
Pero antes de pasar con esta particular GT por diferentes escenarios, entre ellos el circuito de FK1, demos primero una idea general de cómo se comporta esta propuesta Gran Turismo de KTM para hacernos una idea de qué es lo que ofrece y a qué tipo de motorista puede satisfacer.
Tal vez lo que más sorprenda de este modelo, al ponerse en marcha con él, es la facilidad de conducción que ofrece, con esa apariencia de auténtico pepino que proyecta, y que no es más que una realidad de la esencia que guarda exteriorizada en una estética agresiva, con todas sus líneas echadas adelante.
Esta particular senda, abierta por KTM con la primera versión de 2016, desde su R, la naked más deportiva, hacia un uso turismo de la tiene sus adeptos, qué duda cabe, con un espíritu sport que quiere extender el uso de la moto a los viajes, y también a un día a día lo más llevadero posible.
La Posición de la KTM 1290 Super Duke GT
Suaviza la agresividad de su hermana R, con una estriberas que bajan y se adelantan ligeramente, y un manillar que nos lleva los brazos y el tronco a una postura muy natural, ofreciendo además una regulación en cuatro posiciones, con 22 mm de diferencia entre ellas. El asiento, colocado a 835 mm del suelo, termina de configurar una posición del cuerpo inusual en una primera toma de contacto, pero que termina por convencer a medida que vas haciendo kilómetros. Una postura que desde luego se presta para la diversión de una conducción deportiva, pero que también confortable para afrontar una tirada de kilómetros por la autopista, más aun, si te equipas con cualquiera de las chaquetas que puedes encontrar en este artículo.
Motor 1290 de la Super Duke GT
En líneas generales, la marca austriaca siempre se ha distinguido por el carácter recio de sus motores, con una forma rotunda de empujar que ha enamorado a muchos, mientras que para otros de temperamento más aplacado podía resultarles un tanto estridente. Este 1290, que ya probé en la versión R, representa sin duda el propulsor con la entrega más suave jamás creado por la marca naranja, más aun, incluso, en esta versión GT.
Todo ello gracias al trabajo realizado en las culatas por la ingeniería de KTM, con un encendido RBW de doble bujía y el sofisticado diseño de la inyección electrónica EMS, firmada por Keihin. Lo cierto es que los austriacos consiguen hacer verdadera magia para que este auténtico pepino con maletas se deje llevar, dócilmente, a paso de desfile, sin mermar ni un ápice de su contundencia ni de su plenitud, con sus 175 CV y sus 141 Nm de par.
Además, el bramido ronco y profundo, característico de KTM, pone banda sonora a cada apretón del acelerador, dentro de la severidad que marca la normativa Euro-5.
Los Modos de conducción KTM
La opción “Sport” muestra buena parte de ese genio recio que se muestra como impronta de la marca austriaca. La entrega llena y musculosa del 1290, que se sugiere casi eterna, llega a provocar la intervención del anti weelie, incluso en tercera, si pasamos a fondo por una pequeña ondulación; más aun, claro está, si cortamos gas en seco y abrimos de golpe a continuación.
Aun así y para situar al lector, diremos que este modo “Sport” es más suave que el de la versión R (naked), estableciéndose una correspondencia casi con el modo “Street” de la moto desnuda.
Por su parte, la opción Road de esta GT, combina con su soberbia agilidad (208 kg en vacío) para hacer los trayectos que nos trasladan hasta nuestro trabajo y otras obligaciones cotidianas, cruzando la ciudad con la soltura de una moto mucho más pequeña., pero pudiendo llevar, además, todo lo necesario para el día a día dentro de sus maletas.
En el modo «Rain», se limita la potencia y se atenúa su entrega, para lo que también podemos completar el ajuste aflojando las suspensiones con selección de uno de los modos que veremos a continuación.
Sensaciones del Motor 1290 KTM de la GT
En cuanto al primer golpe del gas, ese paso de cero a uno, o a ½, siempre ha sido un punto delicado en las KTM de dos cilindros. En las anteriores versiones, todavía quedaba un leve residuo que nos obligaba a tirar levemente del embrague para contrarrestarlo al doblar las esquinas más lentas. En esta versión 2022, se puede decir que ha desaparecido por completo. Otra muestra más clara de esa docilidad a la que antes hacíamos referencia.
Por otro lado, llama la atención lo discretas que resultan las vibraciones de un bicilíndrico tan grande, pasando totalmente inadvertidas en el régimen lícito de autovías y autopistas, para hacer nuestros trayectos más largos un punto más confortables.
Las Suspensiones electrónicas de la 1290 Super Duke GT
WP también representa, qué duda cabe, una seña de identidad para KTM, con la alianza que mantienen desde hace años. La suspensión semiactiva del fabricante neerlandés ofrece en esta GT los modos “Confort”, “Street” y “Sport”, con los que la centralita SCU adapta en tiempo real la forma de trabajar, tanto del amortiguador como de la horquilla invertida con barras de 48 mm, a la superficie sobre la que vamos pasando, ajustándose sobre la marcha según la información que le llega a través de un juego de sensores de carrera y unos acelerómetros instalados en ambos ejes. Además capta la tara de la 1290 Super Duke GT, adaptando la precarga de las suspensiones a los diferentes pesos que soporta en cada viaje que hagamos; es decir: sólo con el conductor, conductor más equipaje, con pasajero, con pasajero y equipaje…
La 1290 Super Duke GT en Curva
En cualquier caso, entendemos que en las condiciones en las que se ponen verdaderamente a prueba la efectividad de las suspensiones es en una conducción deportiva, sobre todo, tratándose de una KTM, a pesar de que su supuesto segmento sea el de las Gran Turismo. Nosotros hemos puesto esta GT en un escenario de todo punto imprevisto para un modelo de esta categoría, como es la pista de FK-1, para que, una vez seleccionado el modo Sport, evolucionáramos con el buque insignia de KTM por el revirado trazado vallisoletano.
En el giro, se aprecia el movimiento de las llantas, que comparte con su hermana R, y que pesan un kilo menos que en la versión anterior. Se deja notar un menor efecto giroscópico, como es lógico, sobre todo en los cambios de dirección a alta velocidad; pero también en el cotidiano giro para abordar una rotonda.
En cuanto al aplomo, esta GT me recordó, guardando la lógica distancia, a mi RC8 Track, porque lo cierto es que la he sentido, tal y como se suele decir, «como una tabla». El apoyo en el paso por curva es como el carril de una montaña rusa, con una sólida sensación que no sólo transmite toda la confianza, contando contando además con una ergonomía que ayuda a sujetarla con la pierna exterior.
Al abrir todo el gas en la salida de los virajes, la 1290 Super Duke GT se coge al asfalto sobre los Pirelli Angelo GT como una garra, con la presión y la precarga del amortiguador adaptándose de forma digital, lo mismo que la horquilla, extendiéndose acompasadamente, bit a bit, para dar la mayor sujeción posible al tren delantero. Además de ello, la vigilancia del TCS, tan discreta como la del buen árbitro, garantiza un verdadero disfrute de una soberbia tracción todavía en plena inclinada.
La precisión en el paso por los virajes más rápidos, incluso acelerando con un firme ondulado queda rematada por un amortiguador de dirección, firmado también por WP. Y en cuanto a la actuación del MCS y C-ABS yendo inclinados, probamos a clavar el freno en curva. La intervención de esta parte electrónica resulta sencillamente mágica, y más que detener la moto, que la para, digamos que sientes cómo la recoloca en el viraje como si sufriera una suave contorsión.
Por otro lado y fuera ya del circuito, en una carretera de montaña, el soberbio par que ofrece el bicilíndrico invita a fluir por el serpiente de asfalto entre laderas y colinas, más allá de una mera salida dominical. El modo “Street” de las suspensiones, continúa transmitiendo con una valiosa precisión todo lo que va ocurriendo, lo mismo que la rugosidad del asfalto que vamos pisando, mientras que las suspensiones ofrecen también un grado de confort que sin duda anima a la gran travesía, con los 23 litros de capacidad que ofrece el depósito, y un consumo medio que se sitúa sobre los 7 l/100 en ritmos moderados, pudiendo bajar bajar dentro de la autopista.
La Frenada de la 1290 Super Duke GT
Contundente, como siempre en KTM, pero esta vez un punto más suave y dosificable que en otros modelos, con el apoyo, además, del sistema antirrobote del embrague en las reducciones más exigentes.
El conjunto monta unas pinzas Brembo radiales Monoblock M50, discos de 320 mm con una maneta regulable en su distancia al puño. Las excelencias de su sistema de ABS son dignas de resaltar, con el gobierno de una centralita 9ME de Bosch, que ofrece además un modo deportivo, así como uno Supermoto que desconecta la intervención electrónica sobre el freno trasero.
Protección de la KTM 1290 Super Duke GT
Si la comparamos con cualquier GT del mercado, no es desde luego la que más tiene que ofrecer en este aspecto. Con su cúpula de superficie discreta, KTM no quiere perder ese carácter deportivo; aun así, las 8 posiciones en las que se regula sobre un recorrido total del 140 mm, y la forma de cuña con la que se integra a la de la propia óptica, desvían el viento en marcha más de lo que se pueda presumir en parado; y finalmente, en el punto más alto y con esa posición echada hacia adelante que propone su ergonomía, un servidor quedaba a cubierto mucho más de lo que cabría pensar, con mi 1,91 m.
Abajo, las formas extendidas del depósito, que se ven cóncavas y con la falta de una pierna, sin el piloto encima, se encargan de cubrir los muslos, las rodillas y hasta una parte de las espinillas.
La 1290 Super Duke GT de Noche
Lo cierto es que cuando cambias la luz de cruce por la de carretera, realmente se superponen las dos, y el haz de la óptica central casi nos convierte la noche en día. Pero uno de los mayores atractivos de esta GT austriaca los constituyen sus luces auxiliares, que podríamos llamar “luces cuneteras”: Se encienden a la mínima inclinación de la moto para iluminar el suelo por el costado interior correspondiente; pero sobre todo prolonga un haz por el lateral y hacia delante, que apunta justo hacia ese punto sobre el que enfocamos la mirada para dirigir la trayectoria de la moto en medio de la noche. Es de los sistemas de luces adaptativas más efectivos, si no el que más, de cuantos hemos probado hasta el momento.
La KTM 1290 Super Duke GT con Pasajero
La plaza trasera se muestra suficientemente amplia y mullida como para plantearse un buen viaje, con el asa trasera para afianzarse mejor; aunque el pasajero tendrá que adoptar cierta postura deportiva, lo mismo que el conductor, a la hora de plantar los pies sobre el metal dentado de las estriberas.
Información a bordo
Aparece en una amplísima pantalla, de nuevo diseño, desde la que puedes controlar las diferentes opciones del menú: C-ABS, TCS, también el control de los puños y los dos asientos calefactados, la carga de la moto, e incluso la presión a la décima de ambos neumáticos. Además refleja algunas alertas que ocupan toda la pantalla de forma intermitente, a la que se suma el testigo luminoso del triángulo amarillo en el display de la derecha; tales son, por ejemplo, la temperatura por debajo de los 4º y la reserva del combustible.
Mejorable
–Las estriberas del pasajero resultan muy finas y además no ofrecen ningún revestimiento de goma donde nuestro acompañante planta sus pies, y hacer así el viaje algo más confortable.
–Vendría muy bien un caballete central, en una moto pensada para viajar, para cargarla con maletas y también con la necesidad de engrasar la cadena, en ocasiones, en pleno viaje. Si bien es verdad que su esencia eminentemente deportiva complica en cierta manera el montaje de este elemento. También los engrases de hoy día, permiten kilometradas que pasan de los mil sin preocuparse de la cadena.
Precio
De base cuesta 19.999 Euros
Conclusión sobre la 1290 Super Duke GT
En definitiva, que esta Sport Turismo a la que KTM llama “GT” se ofrece finalmente como una moto en diferentes versiones, otorgándole una polivalencia, especializándose en cada una de ellas, que el lector juzgará si finalmente justifica su precio, viendo si cubre al completo sus particulares necesidades.
Pruebas Relacionadas
Preguntas Frecuentes
¿Cuánto coge de máxima la KTM 1290 Super Duke GT?
Pues nos consta que en Alemania supera los 250 por hora; aunque éste no es un dato importante en una GT. Sí en cambio, el hecho de que puede mantener un crucero altísimo, por encima de los 200, en las autoban alemanas.
¿Cuáles son las rivales de la KTM 1290 Super Duke GT?
Es un modelo que tiene su propio cajón en el mercado, por lo que no es fácil encontrarle unas rivales directas con exactitud. En una onda parecida están, además de la que hemos indicado, la BMW R1250RS, la Honda NT 1100, Suzuki GSX-S1000 GT, Kawasaki Ninja 1000 SX