Cada día son más los automovilistas, y personas en general, que, atraídos por la fascinación que cada día magnetiza a más motoristas, deciden asomarse al mundo de las dos ruedas.
Desde que se facilitó la posibilidad de conducir una 125 a todos los usuarios del coche con más de tres años de carné B, el segmento del octavo de litro ha ido creciendo exponencialmente en su número de ventas, ampliando además el abanico de modelos que ofrece su mercado, y con ello cada vez son más los usuarios de la calzada que conducen una moto de 125.
Sin embargo, antes siquiera de pasarse por el concesionario, a la persona mínimamente responsable, o al padre que le toca tomar la doble responsabilidad, la suya y la del hijo que le pone delante la presión de comprar una 125, se le abren delante algunas incógnitas como abismos debido a su desconocimiento. Intentaremos darles respuesta, de un modo u otro, a lo largo de este artículo.
Cambio/Acelerador
Ante la duda del scooter con su cambio automático y la moto propiamente dicha con sus seis marchas, la elección, a bote pronto, es bien sencilla, más aun si tenemos en cuenta que un scooter representa el lado más práctico, en general, del universo de las dos ruedas. Sin embargo hay otros valores a tener en cuenta que probablemente no se vean desde fuera. En primer lugar, el automovilista no le va a costar mucho trabajo trasladar el juego embrague/acelerador en la arrancada que en la mayoría de los automovilistas maneja para conducir su coche de cambio manual, y será un intercambio sicotécnico sencillo de la combinación con los pedales: aprieto-aflojo por la de un puño que gira y una mano que suelta la maneta del embrague. Todo esto, además manejando una potencia exigua, por debajo de los 15 CV, exigua al lado de la mueve cualquier coche. Por otro lado es posible, por pura naturalidad, que el automovilista se coloque sobre el asiento de una motocicleta percibiendo una novedosa seguridad extra al sentirse fundido con el fuselaje, teniéndola sencillamente entre las piernas.
Bien. Supongamos que tomamos la elección de la moto, y a partir de ahí, analicemos las sensaciones y los diferentes escenarios que podemos atravesar con esa Octavo de litro. Y para seguir el análisis sobre un plano lo más real posible, tomaremos como referencia, por ejemplo, la Malaguti Drakon 125 que aparece en algunas fotos ilustrativas de este artículo, un modelo que hemos probado exhaustivamente y cuyo vídeo puedes ver a continuación.
La Arrancada con 125 cc
Representa la primera barrera con la que se encontrará el automovilista a la hora de subirse a una moto con cambio. Sin embargo, no debe tomarla como una muralla, ni mucho menos, puesto que no representa tanto, ya que en el proceso sicomotriz de cambiar la basculación de los pedales de freno y acelerador por la de un puño que enrosca y una maneta que va soltando progresivamente resultará mucho más natural de lo que puede aparentar en un principio, y en cualquier caso los errores que puedan cometer, con sus brusquedades incluidas, difícilmente van a poner en compromiso la verticalidad del conjunto moto-nuevo motorista y mucho menos su integridad, con una potencia por debajo de los 15 CV.
Una vez que arranque el incipiente motero, comenzará a sentir las magníficas bondades que transmite la magia del equilibrio dinámico. Inmediatamente se verá integrado con la pequeña moto, una integración que facilita el bajo peso de cualquier 125 (144 kilos, por ejemplo, en el caso de la Malaguti) mencionada, además de su estrechez y también las formas ergonómicas que ofrezca la carrocería, también como en el ejemplo.
A partir de ahí, si se mueve por su barriada, o por su pueblo o urbanización en el amanecer solitario de un domingo, todo será facilidad, sincronía e incluso la facilidad de descubrir un universo fascinante, el de La Moto.
Dónde conducir una 125
Las prestaciones de un motor tan escueto, para lo que se mueve comúnmente por la vía pública, condicionan notoriamente su uso a diferentes escenarios, discriminando prácticamente en su totalidad algunos de ellos, por lo menos en sus condiciones habituales. Vayamos por partes y analicemos uno a uno todos ellos.
La Ciudad
Y dentro de la urbe, la barriada o la urbanización. Como ya hemos adelantado, es sin duda el primer escenario en el que el neófito motorista debe iniciar su coqueteo con la 125, el tanteo y la evolución hasta una sincronización básica, que alcanzará muchísimo antes de lo que intuye antes de subirse por primera vez.
La ciudad propiamente dicha, con sus avenidas y rotondas, pero sobre todo con su tráfico, representa el escenario más frecuentado por este tipo de motos, hasta el punto casi de resultar su escenario natural, por así llamarlo; ya que en él muestra además su mayor resolución como vehículo de traslado cotidiano. ¿Pero qué debemos tener en cuenta a la hora de conducir una 125 por la ciudad?
Salida del Semáforo
La arrancada con el semáforo verde es un momento crucial cuando nos hemos puesto, por supuesto, en la primera línea o en la franja dispuesta por los ayuntamientos para motoristas y ciclistas. Debemos permanecer atentos a la luz del semáforo, y engranar la primera marcha en cuanto veamos rojo el indicador para los peatones. En el momento en el que el semáforo grande, el nuestro, se ponga verde, enroscar y soltar el embrague para hacer una arrancada con decisión, inmediata, que deje atrás a la jauría de cuatro ruedas perseguidora de nuestros pasos. Bastará con prolongar esa arrancada decidida hasta los veinte o treinta por hora, más o menos, para poder a partir de ese momento circular con una soltura de la que no forzaríamos saliendo con parsimonia, engullidos por el pelotón de coches.
La conducción de una 125 a partir de ese momento representará un auténtico placer urbano. Ni que decir tiene que con el tráfico más denso, o directamente atrapado en un atasco, nuestra moto será la campeona de la urbe, resolviendo cada trampa con una soltura imponente, y aparcando además, legalmente en el punto más céntrico para ocupar el mínimo espacio.
En las Amplias Avenidas
En este escenario, el límite de velocidad para todos los vehículos continúa siendo de 50 por hora, aun así, la realidad que vamos a encontrar puede ser bastante diferente en cuanto fluye el tráfico o esa amplia avenida se ve totalmente despejada, particularmente durante la noche o la madrugada. El resultado es que este segundo escenario ya tenemos que aumentar nuestra vigilancia por los retrovisores el panorama de lo que se nos aproxima por detrás.
Circunvalaciones más Céntricas sobre 125 cc
En España, tenemos el ejemplo de Madrid, en cuanto a jerarquía de circunvalaciones se refiere, con tramos de 70, de 90, de 100 y de 120 por hora. Cada uno de estos ejemplos se puede trasladar otras circunvalaciones o variantes que bordean distintas ciudades de nuestra geografía.
M-30 Parte 1
Este apartado lo dedicamos al tramo subterráneo de esta circunvalación, con 11 kilómetros, más o menos. A lo largo de él, el límite vigilado por los radares es de 70. Una velocidad de crucero en la que nuestra 125 se sentirá cómoda, con la que no debemos tomar precauciones especiales, más allá de las que adoptamos al salir de casa. Es más, el túnel es un escenario con menos riesgo a priori del que podríamos tomar en la amplia avenida, ya que a lo largo del túnel los conductores respetan casi de forma unánime al límite y es muy raro ver a alguno que adelantar a más de 100, aunque sea de madrugada.
M-30 Parte 2
El tramo descubierto de esta misma circunvalación, que es la mayoría de su recorrido, está limitado a 90, pero además cuanta con bastantes trechos en los que la calzada se dobla con amplias vías de servicio de hasta tres carriles, en las que se circula a la misma velocidad. En este escenario, cuando encontramos un tráfico fluido, hay que tomar precaución en varios aspectos.
-Primero: No debemos circular en paralelo con ningún coche. Contamos con muchas papeletas, más de al mitad, para que su conductor no sea consciente de nuestra presencia. Mientras vamos encajonados en el tetris que forman los coches circulando en manada, hay que vigilar al que llevamos detrás, porque no nos va a tomar como referencia para guardar la distancia de seguridad, sino que de forma instintiva tomará al coche que llevamos delante de nosotros. Hay que salir de esa situación en cuanto nos sea posible.
-Segundo: Con alguna frecuencia, veremos delante de nosotros cambios de carril, in extremis, para tomar una salida. Hay que estar atentos y mantener la concentración sobre los coches que tenemos delante para prevenir y evitar sobresaltos ante estas circunstancias.
M-40 en 125 cc
Una vía con mucho tráfico en la que el límite, 100, se acerca mucho al máximo que da de sí nuestra moto, por lo que hay que anticiparse más aun a las circunstancias, ya que la respuesta de nuestro motor será exigua, a largo plazo, o incluso nula, si estamos atacando una pendiente o nos sacude el viento de frente.
A menos que tengamos noticias de un atasco, la M-40 es una vía no recomendable para una 125, porque es frecuente encontrarla con un tráfico nutrido que circula a una buena velocidad, como un río muy caudaloso cuya corriente nos podría arrastrar.
M-50 conduciendo 125 cc
Nos encontramos en el mismo escenario que cualquier autovía de largo o corto recorrido, y con 120, su límite está por encima de las prestaciones que ofrece nuestra 125. Por tanto entraña un riesgo considerable porque todo peligro nos puede llegar por detrás en forma de conductores distraídos, por ejemplo, con el teléfono, el navegador o simplemente algo que se le ha caído sobre el asiento del acompañante.
En General
Por muy prudentes y respetuosos que seamos, circulando por el carril de la derecha, la situación y la actitud se resumen fácilmente:
Debemos conducir pensando que somos invisibles.
La Protección
Casi hay que pedir por favor la atención especial a este capítulo por parte de cualquier lector en cuyas manos caiga este artículo. Un capítulo a menudo descuidado por completo, en el caso del conductor de coche que se asoma a este mundo de las dos ruedas. Antes de subirse a la moto, debe plantearse un mínimo de protección como si se tratase de un axioma, algo indemostrable que se toma tal y como es, sin más.
Guantes, chaqueta de moto, por supuesto, y casco integral. Y en el tren inferior del incipiente motorista, al menos un pantalón largo, lo más recio que permitan las circunstancias, y un calzado que cierre el pie y lo proteja todo lo posible, dentro de una vestimenta de peatón. Una forma de equiparse en el garaje que debe plantearse como un axioma, es decir, sin la demostración tangible que nos expondría de forma tajante una caída.
La tendencia natural del desconocimiento es la de conducir, por encima de todo, lo más cómoda posible, particularmente en verano. Sobre el calor en moto y la forma de paliarlo en lo posible, te recomendamos la lectura de este artículo. Y sobre los riesgos de conducir sin un mínimo equipo, ofrecemos este otro.
Epílogo
La moto se percibe como un elemento atractivo, juvenil y vital, que muestras, además, las prestaciones más prácticas en la ciudad. Así es sin embargo existen apartados ocultos a ese atractivo escaparate, un lado oculto, por no llamarlo oscuro. , que hay que tener presente por parte del conductor con carné B que se asoma al mundo de las dos ruedas. No se trata ni mucho menos de alarmar ni intimidar, pero sí de mostrar una realidad cruda y tajante que le va a envolver desde el día que se coloque tras el manillar de esa 125. Para algunos puede resultar una realidad consciente desde el primer momento, pero en otros casos es posible que no sea así. Para ellos, específicamente, y para el resto de forma general, he escrito este artículo sin más.
“Las motos son muy peligrosas”, dicen. Y es posible que sea así, tomadas de una forma genérica. Bien. Pongamos, en ese caso, todo lo que esté de nuestra parte, antes de subirnos a esa moto tan peligrosa, y después sobre ella.
Preguntas Frecuentes
¿Cuáles son los precios de 125?
Pues te puedes gastar entre los 2.000 y los 6.000 euros aproximadamente. Moto o scooter nuevo, por supuesto.
¿Qué velocidad máxima se alcanza con 125?
Es posible que algún modelo, sólo alguno, sea capaz de rebasar los 130. Siempre hablando de los que se permite conducir en España con carné B, que hay motos de 125 por encima de los 15 CV permitidos para ese carné.
¿Qué es mejor: moto o scooter?
Podemos decir de una forma muy muy general que el scooter representa sobre todo el lado práctico de las dos ruedas y la moto el más pasional.