La Triumph Tiger 800 XRT es una moto que ya ha sido probada sobradamente, además de resultar bastante conocida; sin embargo y a pesar de ello, según el parecer de un servidor, no se ve por la calle todo lo que debería, y lo cierto es que tengo la impresión de que es por puro desconocimiento del usuario en general, sí, de ese gran público que eleva algunos modelos al rango de súper ventas.
La Tiger 800 es una moto con un comportamiento sencillamente impresionante que debería de tener un conocimiento desde luego más extendido, ya que ofrece, prácticamente, las prestaciones de una moto mucho más grande, con el equilibrio que brindan los tres cilindros y sin desplazar el tonelaje de las grandes viajeras, ofreciendo la estrechez y la ligereza de motos más pequeñas que esta 800.
Triumph ha querido separar su Tiger “pequeña” en dos versiones, con las XC, más orientadas al off road, y con las XR, que muestran una implicación directa con la conducción de asfalto. Esta unidad que hoy traemos a nuestros lectores le añade una T, de turismo, ofreciendo la más completa equipación, propia de la mismísima categoría GT, aunque Triumph no oculta su raíz trail en esta versión de carretera, no sólo por la clásica postura erguida, también por el protector de cárter, por el modo “Off Road” en la selección electrónica, que incluye la desconexión del ABS trasero, y por unas estriberas colocadas en una posición algo más baja que cualquier naked para seguir haciendo natural la conducción puestos en pie sobre ellas.
Posición Triumph Tiger 800
Combinando las dos alturas de sus anclajes más los dos espesores del asiento corriente y el de gel (accesorio), esta Tiger 800 XRT transmite una primera impresión de “chica para todo”.
El manillar plano como el de una naked, pero con una anchura y, por tanto, con un brazo de palanca mucho más aprovechable en según qué terrenos. Las estriberas retrasadas lo justo para ejercer el mismo control sobre la moto que esa naked, pero algo más bajas para llevar las piernas con una posición más relajada en largos viajes y hacer más natural, también, la conducción puestos en pie sobre ellas.
Pero veamos mejor cómo se siente esa posición en marcha, a través del comportamiento de esta Tiger «pequeña» de Triumph.
En marcha con la Tiger 800 XRT
Gracias a esa posición, marcada por el manillar, y a la virtuosa estrechez de esta trail media-alta, se siente muy manejable desde el primer metro; a ello contribuye también la llamativa estrechez del neumático trasero, con sólo 150 de ancho, y, ajustando lo mejor posible la altura del asiento a cada piloto, una moto que se domina con facilidad incluso en las maniobras de garaje. En cuanto comienzas a evolucionar con ella, aprecias la suavidad y la precisión generales de los mandos; el cambio también se muestra muy preciso y el punto muerto se encuentra con facilidad. Al mismo tiempo sientes cómo los 197 kilos de esta 800 se balancean con exactitud a cada movimiento, incluso a cada gesto de nuestro cuerpo.
Utilizaré por una vez una frase que puede sonar como un tópico pedante, pero no queda más remedio, porque creo que define muy bien la impresión que transmite esta moto en los primeros kilómetros: La Tiger 800 XRT se siente como una moto muy Intuitiva. Pero veamos un poco más al detalle cuáles son los elementos que han llevado a Triumph a conseguir esta moto intuitiva en el camino de La Moto Lógica.
Motor: La Magia del tricilíndrico Triumph
Diríase que es el elemento que ha servido de referencia al resto del conjunto en esa búsqueda de la moto lógica abarcando la moto completa. El 800 tricilíndrico tiene para todos: En la versión XC cómo la fuerza de un par casi al ralentí consigue un punto de tracción valiosísimo en caminos intrincados, pedregales y pendientes de firme incierto. Tanto en esa XC como en esta versión de asfalto XRT, los medios son llenos, completos, amplios, incluso generosos, y se puede decir que con ellos podemos llevar a cabo el 95% de la conducción de esta Tiger 800. En cuanto al régimen alto… el hombre es ambicioso por naturaleza, ya se sabe -con resignación-, y cuando uno siente empujar con fuerza, precisión y apenas sin vibraciones este tres cilindros, se duerme con el acelerador enroscado hasta que alcanza el corte del encendido y despierta con una injusta decepción; quiero decir con esto que uno se quedaría ensimismado subiendo hasta las 16. 000 con esa misma fuerza lineal que esta Tiger 800 llega a su régimen máximo, las 9.300 rpm.
La suavidad de este motor se percibe desde el mismo momento de arrancar, a través de su característico sonido de sirena; y se prolonga también a lo largo de toda la aceleración, incluso cuando cambia la voz, alrededor de las 7.000 rpm, emergiendo un bramido bronco y gutural desde la caja del filtro, que anuncia la franja más excitante del cuenta rpm.
Por otro lado, el empuje se siente muy uniforme, incluso en el mapa “Sport” de la inyección, que deja escapar un discreto tirón extra a partir, precisamente, de esas siete mil rpm. Un tirón que se aplana en el mapa “Road”, pensado obviamente para el viaje sobre el asfalto en seco, y más aun en el “Rain”, con el que el motor empuja de una forma incluso más suave y uniforme. Además, la electrónica reserva un cuarto moto “Off Road” con el que el motor tracciona de una manera llena y uniforme desde muy abajo.
Estos tres mapas son programables dentro de tres modos de conducción, Road, Off Road y Rider, para programar no sólo esos mapas de inyección, sino también la intervención del control de Tracción TTC, mucho más permisivo en el modo para tierra, con el ABS delantero interviniendo en menor medida, mientras que el trasero queda desconectado, y donde el último modo, Rider, es programable, permitiendo elegir la intervención del ABS, del TTC, así como el mapa de inyección que desee.
Temperatura del tricilíndrico 800
Había escuchado decir, y también había leído, que este tricilíndrico se calienta en exceso en la densidad del tráfico. Tan sólo puedo decir al respecto que no se observó, en absoluto, una temperatura llamativa en los trayectos urbanos, con atascos incluidos; aunque sí debemos de señalar que la temperatura ambiente en estos trayectos no superó los 20º.
Control de tracción Triumph tiger 800
El TTC (Triumph Traction Control) está diseñado con un software básico, actuando principalmente en un caso de emergencia, que nos ayudará en la conducción, sobre todo si circulamos con mucha frecuencia por carreteras rotas o en condiciones meteorológicas adversas, aportándonos una seguridad para viajar en estos escenarios y bajo esas condiciones con una mayor confianza.
Como ya hemos comentado, su grado de intervención es ajustable según los modos de conducción elegidos.
El Consumo de la Tiger 800 XRT
También me había llegado el comentario, eso sí, un tanto difuso de que estos tres cilindros de Triumph resultan un tanto glotones. Bien. Con una prueba que ha llevado la Tiger 800 XRT de una forma repartida por la ciudad, por la autovía y por la carretera de montaña, a un ritmo más bien exigente, nuestro registro del consumo ha arrojado una media de 6,3 l/100km.
La Frenada de la Tiger 800 XRT
Antes de atacar este apartado, quisiera recordar al lector el artículo de nuestra revista dedicado a la Frenada Óptima.
Esta versión XRT de asfalto, a diferencia de la off road, muestra una mordiente más potente y de cualquier manera sobrada para la carretera, incluso con los 107 kilos de un servidor a cuestas, que ha sido, prácticamente y como suelo decir, tal y como si esta Tiger llevara el conductor más el pasajero encima. Pero no sólo la potencia es importante en una buena frenada: también cabe destacar en esta Tiger 800 XRT que la maneta ofrece un tacto preciso para graduar con exactitud el grado de esa potencia que queremos aplicar en la tenaza que hacen las pastillas sobre los discos.
En cuanto al freno trasero, se muestra dosificable y efectivo, y no lo clavas, prácticamente, a menos que ése sea tu deseo.
ABS Tirumph de la Tiger 800 XRT
Es de los más efectivos que se encuentran en el mercado, dejando al margen los más sofisticados de tipo “race” que montan las deportivas más vanguardistas. Lo cierto es que es bastante permisivo, acortando mucho la frenada hasta que no hay más remedio que entre en acción. Y es que, en cualquier caso, esta Tiger 800 XRT tiene una de las frenadas más efectivas del mercado trail, sobresaliendo, particularmente, con el asfalto mojado.
La Tiger 800 XRT en el Banco de Potencia
Aprovechamos los datos de este motor recogidos en un trabajo anterior sobre el magnífico banco de Castro Maroto Racing Work Shop, un banco de ensayo, que es decir mucho más que un banco de potencia inercial, con un rodillo de 450 kilos, controlado por un freno eléctrico que resta su influencia sobre los datos obtenidos. Veamos pues cuáles son las cifras que ha registrado la Tiger 800 XRT en esta sofisticada prueba.
Potencia del tricilíndrico
Triumph declara 95 CV a 9.300 rpm, en el banco de ensayo ha registrado 87,09 CV a la rueda, y en cuanto a la potencia motor en el extremo del cigüeñal, vemos en la gráfica que alcanza nada menos que 109.91 CV a 9.862 rpm.
Par Motor
La marca de Hinckley declara 79 Nm a 7.850 rpm, y en el banco de ensayo de Castro Marot0 ha arrojado una cifra de par a la rueda de 74.82 Nm.
Velocidad Máxima de la Triumph Tiger 800 XRT
El banco de ensayo de Castro Maroto es capaz también de calcular velocidades introduciendo unos coeficientes aerodinámicos (CX) incluidos en una tabla. En este caso, la Tiger 800 alcanzó 211,5 km/h en sexta marcha. Pudimos observar en este apartado cómo el velocímetro digital de la Triumph marcaba constantemente 8 km/h más que la velocidad registrada en el banco, una diferencia que se mantiene constante desde los 100 por hora hasta la velocidad máxima.
Propiedades de la Tiger 800 XRT
Protección frente al viento
En esta moto se reduce a la pantalla transparente, por carecer de fibras con alguna forma de carrocería o carenado, prácticamente se trata de una naked con manillar ancho.
Dicho esto, la cúpula se regula en altura, ganando su protección algunos centímetros de amplitud en su posición más elevada. Por otro lado, las formas del depósito, con dos salientes sobre la parte superior que modelan algo así como dos pequeñas alas, protegen las rodillas y los muslos al completo; y en cuanto a las manos se refiere, son dignos de mención sus protectores, de una calidad y una robustez sobre salientes; así como de una efectividad, por su extensión, destacada dentro del mundo trail, para nuestras extremidades más sensibles.
La Triumph Tiger 800 XRT con Pasajero
Muy cómoda en general, quiero decir que más cómoda de lo que pueda insinuar su tamaño, y con una suspensión que absorbe los baches eludiendo el golpe. Resulta notable la amplitud del asiento, que permite sobradamente ir cambiando de postura durante los viajes, aunque el conductor sea un servidor, con todo lo que ocupa. Las piernas quedan en una posición muy natural desde el momento en el que te sientas, suficientemente estiradas y -algo muy interesante por lo común que es en otras motos- sin tropezar con los talones del piloto, aunque éste calce un 46. En los pies, por otro lado, no se percibe ni una vibración y también se sienten muy cómodos sobre la mullida goma de las estriberas.
Para las aceleraciones imprevistas, cuenta con dos asas en un aluminio facturado con una calidad prémium, como el resto de la moto.
La Luz
El haz de la luz de cruce se despliega sobre la carretera con una generosa extensión, que se amplía con los faros auxiliares hasta ofrecer una amplitud y un intensidad dignas de una berlina de representación. En cuanto a la luz de carretera, baste dar como referencia un detalle: Al llegar a cualquier cambio de rasante, todos los coches que se acercan en el sentido opuesto te piden el cambio antes de te encuentres cara a cara con ellos.
Detalles de la Thiumph Tiger 800 XRT
El Caballete central
Siempre escribo que este elemento constituye un auténtico lujo hoy en día, mucho más apreciable en una moto viajera; primero a la hora de cargar su equipaje sobre una posible bien estable y totalmente horizontal y segundo para facilitar el engrase de la cadena; por no hablar de un cambio de neumático en una taller de la Conchinchina.
Tomas de corriente
Aparte de la más visible junto a la cerradura de contacto, cuenta con otras dos más para tanto artilugio electrónico como compone nuestra vida de hoy día, más aun si viajamos a cualquiera de los parajes remotos hasta los que nos puede trasladar una eficiente trail de asfalto como ésta.
El Top Case
Opcional, que montaba en este caso la unidad de prensa, cuenta con un particular sistema de suspensión que se muestra, en apariencia, muy efectivo para que los objetos que transportamos en él no se sientan dentro de una auténtica batidora, corriendo el riesgo de desmontarse, como suele ocurrir con frecuencia con este recurso para transportarlos.
Asientos calefactables
Tanto para el conductor como para el pasajero. Un auténtico lujo en el mundo de las trail, incluso maxitrail, que antes era privativo de las motos más lujosas, auténticas limousines sobre dos ruedas, y que en los últimos tiempos se había extendido tan sólo hasta el planeta de las GTs.
Los Espejos de la Tiger 800 XRT
Van revestidos con una carcasa de apariencia aerodinámica y ofrecen un panorama suficientemente amplio de lo que llega por la retaguardia. Si bien es verdad que su óptica es completamente plana: Si estuvieran moldeados, como otros, con alguna curvatura, ofrecería una perspectiva aun más amplia, algo que siempre se agradece para vigilar todo lo que pueda llegarnos desde atrás.
Por otro lado, van colocados en una posición ideal, donde nuestros hombros no recortan ni un centímetro de la imagen trasera y donde la mayoría de los espejos de los coches pasan por debajo.
Pegas
El depósito muestra en su interior una gruesa espina contra la que choca el chorro de gasolina y resulta complicado evitar que salpique al repostar.
Triumph tiger 800 precio
12.800 €
Epílogo literario
Permítame el lector que este retazo, habitualmente lírico, tenga para este particular caso, un cariz épico.
En los tramos por carretera de montaña, con el balanceo de esta Tiger 800, inclinando y volviendo a elevarse para sentirme flotando sobre la gravedad por un instante, mi memoria evocaba permanentemente el recuerdo de un gran explorador, un gigante entre los expedicionarios sobre dos ruedas, que relata su increíble viaje con el exquisito estilo que dejaría la pluma de Vázquez Figueroa.
Estoy hablando del señor Ted Simon, alguien que ha representado para el que firma, desde su primera juventud, toda una referencia en lo que a viajes en moto se refiere.
Su obra literaria recoge las aventuras y peripecias, también las intensas vivencias tratadas desde un fondo existencial, de la expedición que emprendió en solitario para recorrer el mundo entre 1973 y 1977, subido en una Tiger íntimamente emparentada con la Bonneville T-130, que nada tiene que ver con la neoclásica T-100 que ahora, en nuestro tiempo, fabrica la marca inglesa. No. Nuestro hombre debió de sentirse como el doctor Livingston aventurándose por los rincones más ignotos de El Globo con aquella sudorosa, oleosa, incierta y caprichosa Triumph de los setenta.
Si el señor Ted Simon, que hace ya algún tiempo cumplió los ochenta y que, desde luego, sigue conduciendo una moto, hubiera dispuesto de la actual Tiger 800 XRT para su increíble aventura, seguro que no hubiera pasado por las complicadas vicisitudes que convirtieron su prolongada aventura en una auténtica hazaña del siglo XX…, claro, que de haber sido así, su libro no habría podido llevar un título extraterrestre.
Los Viajes de Júpiter.
Ediciones Interfolio