KSR, con tecnología austriaca y fabricación asiática, es el grupo que acoge a esta marca emergente, Brixton, que crece ahora hasta nada menos que los 1.200 cc.
Su rancia línea vintage, con evidente aire británico, hace una llamativa puesta en escena de este modelo, al que ciertamente no podían haberle encontrado un nombre más épico y más inglés: Cromwell.
Pero esta imagen no se queda tan sólo en un aire general, sino que cala hasta los más mínimos detalles. Vamos a examinarla con detalle.
Postura Brixton Cronwell 1200
Si hacemos dos grupos de motos, separando las que conduces con parte del cuerpo acoplado a ellas y las que vas totalmente encima de ellas, esta Brixton pertenece a las segundas, totalmente.
Con los pies colocados más bien hacia adelante, dentro del mundo naked, se sitúan en un punto muy parecido, por ejemplo, al de la Sporster de Harley. En cuanto al manillar se refiere, muestra una envergadura razonable para ofrecer un buen brazo de palanca en los giros, quedando anclado sobre unas discretas torretas. De esa forma, la colocación de las manos sobre él, nos deja el tronco bastante erguido, con una ligera inclinación hacia adelante.
La imagen vintage cobra su tributo sobre toda la moto, claro está, y particularmente sobre el asiento, de espumado firme pero confortable, con su relieve absolutamente plano. Por lo que no ofrece ningún resalte para sujetar el trasero en las poderosas aceleraciones que puede desarrollar esta Brixton. Por tanto tendremos que contar con unos abductores bien tonificados, si queremos enroscar el gas con energía.
En cualquier caso, una postura naked un tanto a la antigua, con la que quedarás genial vistiendo cualquier chaqueta de las que puedes encontrar en este artículo.
Dos motores en uno para la Cronwell 1200
Tendría que hacer un repaso completo en mi memoria, de tantos y tantos modelos como he probado, ofreciendo distintos modos de conducción, para encontrar alguno que diferencie tanto uno de otro, como se da en esta Cronwell 1200.
El modo ECO se selecciona por defecto cada vez que arrancamos, con el velocímetro protagonizando la esfera del reloj digital. En esta versión, el bicilíndrico bien podría ir montado en una cruisser del Lado Oscuro de la moto. Efectivamente, los dos pistones de esta Brixton te pueden llevar a ese ritmo de cuentapinos, tan característico del mundo custom, desfilando por los parajes más espectaculares. Todo es suavidad y fluidez, con un músculo poderos de 108 Nm a tan sólo 3.100 rpm.
Y en realidad, no sientes ningún impulso dentro para pasar de ahí, ya que llevarás una marcha placentera, más que suficiente, para recorrer El Planeta entero, sin percibir más vibraciones que las justas para sentir una moto de siempre con la mecánica más actualizada.
Pero cuando apretamos el pulsador basculante, fijado sobre la piña izquierda para seleccionar el modo Sport, el reloj que preside nuestro frente cambia su formato como un presagio de la transformación que acaba de sufrir el bicilíndrico, como si de repente se hubiera expuesto a la luna más llena.
El cuantarrevoluciones toma ahora el protagonismo de ese reloj, rellenando todo el perímetro de su esfera, mientras que los dígitos de la velocidad se sitúan en el centro.
En el primer golpe de acelerador, con esta transformación seleccionada, la patada resulta instantánea, como si alguien hubiera conectado el puño del gas con un cable directo a la tracción sobre la rueda trasera. Si mantenemos el puño girado, el empuje se siente muy ascendente, con una fuerza llena que, a decir verdad, no te esperas, si has conducido todo el día en el modo ECO. La aceleración se estira sobre una gráfica empinada que nada tiene que ver con el avance pausado del modo ECO. En el tramo final del cuentarrevoluciones, los dos pistones esprintan para subirte a unas sensaciones que francamente dejan ridículas las 6.800 rpm que marca para rendir sus 84 CV. Una cifra que igualmente te resulta muy escueta, comparada con las sensaciones que te ha transmitido el desarrollo de esa aceleración.
En Curvas con esta Brixton 1200
El giro de esta Cronwell se ejecuta con firmeza y precisión. No la sentirás como una moto pesada, en absoluto, sino como una moto que hace su giro afianzándose en cada grado que inclina. Es decir con pausa y con seguridad, pero por supuesto con la suficiente rapidez para que no te comas la curva. Es decir, no hay que anticipar la maniobra, porque resulta bastante intuitiva, aunque no con la inmediatez, lógicamente, de una 125.
Igualmente, y como ya se intuye, los cambios de dirección se ejecutan con una sobrada solvencia, pero con la pisada asegurada en cada movimiento. El chasis, con el tradicional diseño de doble cuna y el basculante suspendido sobre un doble amortiguador, sin duda contribuye a este efecto de firmeza calculada cada vez que c cambias de trayectoria.
En el paso por curva, por rápido que sea, el firme aplomo que ya habrá supuesto el lector transmite una sólida confianza, realizando ese paso sin descomponer el tipo, ni siquiera a pasar sobre las ondulaciones de los virajes más rápidos.
A este valioso comportamiento contribuye, sin duda, la horquilla firmada por Kayaba, lo mismo que los dos amortiguadores con 5 posiciones para la regulación de la precarga.
Pirelli Phantom
El dibujo de estos neumáticos erizará el bello de los más veteranos, recordando cuando los calzaban motos muy especiales, motos de auténtica leyenda como la Laverda Montjuich o la Suzuki Katana 1100. Ya entonces representaban la garantía del mejor agarre que podía ofrecer una goma deportiva del momento; así es que ahora, con todo lo que ha evolucionado la tecnología del neumático, ya se puede figurar el lector las magníficas prestaciones que ofrece en estos años veinte.
Mejorable
Con el modo Sport seleccionado, el primer giro del acelerador, el primer milímetro tiene una respuesta algo abrupta de la tracción. Es ese punto inicial, on-off, que da un toque directo, sin llegar a resultar un tirón y que, sin duda, en cuanto esta Brixton lleve unos meses siendo tu moto, habrás asimilado y sabrás atenuar para que cada arrancada resulte absolutamente suave y placentera.
Lo cierto es que este punto, el del primer toque del acelerador, es difícil de afinar en los grandes bicilíndricos, aunque estamos seguros que en los próximos repasos que haga la marca austriaca sobre la inyección electrónica de esta Cronwell 1200 este matiz desaparecerá.
Precio
Es uno de los atributos más destacados, a la hora de elegir esta austriaca de aire británico y manufactura asiática.
Por 10.999 euros es para tenerla en cuenta.
Opinión sobre a Brixton Cromwell 1200
Un modelo que irrumpe con todo el desparpajo en el nutrido segmento de las motos vintage.
Una neoclásica con mucho carisma y un remate que llama la atención, particularmente teniendo en cuenta su precio. Toda una 1200, con los bajos de un tractor para conducirla en su modo ECO como cualquier custom y un empuje que se estira sorprendentemente en el modo Sport, para entrar de lleno en el reino de las naked café racer.
Pruebas relacionadas
Preguntas frecuentes
¿Cuánto consume la Brixton Cronwell 1200?
Durante nuestra prueba, quedó justo por debajo de los 5 litros a los cien. Con un depósito de 16 litros, tenemos una autonomía por encima de los 300. No está mal para una neoclásica, condicionada por la estética.
¿Cuánto corre la Brixton Cronwell 1200?
KSB declara 198 Km/h, y desde luego, en nuestra prueba no nos quedó duda, no sólo de que alcanza esa velocidad, sino que además queda frenada por la posición tan erguida y la protección cero que lleva el motorista.