Al observar la elevación de los semimanillares y la posición de las estriberas, a uno le surge de inmediato la impresión de que Ducati ha querido sacar al mercado un modelo dentro de la escasa gama que despliega en la actualidad el segmento de las sport-turismo. Pero con una recatada distancia entre ejes, la estrechez y ligereza de una deportiva pequeña y la agilidad de un felino, parece no tener mucho sentido colocar a esta SS frente a los pesos pesados, mucho más largos y grandes, de las Sport-turismo.
Tampoco muestra esta Super Sport ni la ferocidad de una RR, ni sus geometrías sin concesiones, ni mucho menos su postura tan radical, que hay ocasiones en las que llevan a la sensación de ir agarrados al eje delantero.
¿Qué pretende entonces Ducati con esta criatura elegida en Milán como la moto más bella del pasado salón Eicma?
Pues bien. Después de que las deportivas de los últimos tiempos hayan radicalizado su postura y extremado sus prestaciones, después de haber restringido su uso más y más, apartándose paulatinamente de las calles, de las autopistas y de las carreteras, ciñéndose al circuito y después de haber sido exiliadas, criminalizadas e incluso demonizadas, Ducati nos trae ahora esta fantástica Super Sport 950 para recuperar un concepto, al fin y al cabo perdido: ¡La Deportiva de Calle!
A la Acción
Dado que la moto es un mundo pasional –y si hablamos de Ducati, ha de serlo un punto más-, y dado que antes de recoger esta Super Sport, apenas si pude o más bien no quise documentarme sobre ella, para llegar con la mente limpia tras sus semimanillares, hablemos de ella sin referencias y directamente a través del prisma de las sensaciones, para que luego, al final del reportaje vayamos abundando más en sus datos, en sus detalles y en sus características técnicas, si le parece bien al lector.
El ducatista es un motorista pasional por definición, ¿no?, ¡pues vayamos a ello!
Posición
La primera sensación al colocar los pies sobre las estriberas, puede llegar a confundirnos, haciéndonos pensar que nos hemos sentado en una naked, más aun al echar el tronco en busca de los puños, con una inclinación muy parecida a la de cualquier moto desnuda de las que ahora llenan el mercado. Sin embargo, el ángulo de los semimanillares que nos invita a replegar los codos, y la presencia de un carenado completo, evidente como el sol diurno, nos deja bien a las claras que nos hemos colocado sobre una deportiva muy particular.
En Curvas con la Ducati SS
Las cotas y la capacidad de giro de esta Super Sport la convierten en un verdadero juguete a la hora de entrar en el viraje. Cambiar de dirección en la antesala de la curva para poner esta deportiva de siempre frente a su ápice resulta tan fácil que realmente sorprende. A ello contribuye también esa altura de varios mm sobre la tija superior que faculta a los semimanillares con un brazo de palanca extra sobre cualquier deportiva mucho más extrema y agachada.
Paso por Curva
El aplomo que ofrece el conocido chasis multitubular de la marca, con el complemento del basculante monobrazo, es tan firme y sólido que hace pensar en una Super Bike, por lo que con esta Super Sport, resulta muy fácil soñar con sentirse Xavi Forés en las inclinadas, verdaderamente excitantes, que se pueden alcanzar.
La SS, además, se deja guiar muy bien en los pasos por curva más largos, no sólo con esa fuerza paranormal que posee la mirada del motorista, sino llevándola también con la presión de la pierna exterior, empujando sobre el depósito.
En la salida del viraje
Al abrir gas, encarando el final de la curva, el Testaestretta 2 de 937 cc catapulta la Super Sport con el impulso contundente y robusto, un verdadero placer, que empuja la moto de una forma dosificable y no por ello menos efectiva, un empuje que emerge con músculo desde las tres mil rpm y que se prolonga sin una sola inflexión hasta agotar la franja media del cuentarrevoluciones. Y es que, al fin y al cabo, todos terminamos huyendo de una moto que se vuelva loca arriba, ¿no es así?
Resumiendo el capítulo de curvas con la Super Sport
Una moto que gira con la facilidad de un juguete (210 kg con llenos), que ofrece un aplomo de Super Bike y que sale de la curva con el empuje de un motor vigoroso, pero graduable y racional, y que se presenta, en un principio, como una moto ideal para cualquier quemado que se ha resistido hasta ahora a comprar una deportiva que al final le obligara a convertirla en una moto de circuito, o para cualquier otro motorista que sienta deseos de asomarse al mundo sport sin renunciar a un uso más polivalente..
Pero hay más. Bastante más.
La Frenada
Bastaría sólo con decir que estamos hablando de una Ducati, marca que desde siempre se ha distinguido por el carácter que imprime a sus motores y proyecta con su estética, y que también transmite esa misma esencia a la hora de frenar. En cualquier caso, las pinzas Brembo monoblock M4-32 y la bomba radial firmada con el mismo sello, efectivamente, dan ese carácter rotundo a la frenada, pero, además, en la SS, ofrece un tacto muy progresivo en los primeros milímetros del recorrido, con un apoyo, una estabilidad que transmite toda la confianza durante las retenciones más exigentes.
Suspensiones
Son regulables manualmente y contribuyen a hacer conjunto con el magnífico comportamiento en general de la moto, sin que conviertan a la SS en un cuerpo rígido e incómodo al transitar sobre un firme rizado o pasar por encima de otras irregularidades algo más pronunciadas.
Por la Ciudad con la Ducati SS
Obviamente, el uso de esta Super Sport en este medio no va a compararse nunca, ni en lo más remoto, con la practicidad de un scooter; sin embargo, sí que se deja llevar frente a cualquier deportiva actual, que se ve sometida, enjaulada, como una fiera selvática entre calles y esquinas.
La corta distancia entre ejes y su recogimiento general facilitan sus movimientos dentro del tráfico; y el radio de giro, más reducido que el de cualquier RR del momento, y como el de muchas naked, permite una soltura aceptable a la hora de manejarse entre las masas de coches parados.
En la Autopista con la Super Sport
El escenario del doble carril ha resultado un verdadero descubrimiento con esta SS y no precisamente porque su carenado representase una protección significativa para un servidor, con 1,91 m de estatura. Lo cierto es que la posición sobre esta Super Sport nos hace de una forma tan llevadera el paso por los kilómetros, que sorprende a lo largo de una travesía por autopista, un espacio tan aburrido para cualquier motorista en general, no digamos ya particularmente para el ducatista.
El asunto es que la posición y la ergonomía de la SS permiten un acoplamiento de lo más natural para hacer frente durante mucho tiempo al flujo del viento; y si ajustamos la cúpula en sus 50 mm de recorrido, y además adaptamos una práctica bolsa sobre depósito, el conjunto aerodinámico quedará totalmente cerrado para viajar, con un complemento que nos invitará, más allá de la salida dominguera, a la escapada de fin de semana.
Además de ello, Ducati ofrece un conjunto de maletas laterales a medida de la Super Sport, para completar mucho más ese aspecto touring.
En el Circuito con la SS
No es el escenario para el que la marca ha diseñado esta Super Sport, pero a nadie se le escapa que esta Ducati, esta deportiva de siempre, se ofrece como un modelo factible para hacer de cuando en cuando unas tandas libres en el circuito. Por ello, incluimos este apartado en el reportaje más bien como un añadido, en lugar de haber representado su cuerpo central, si estuviésemos hablando, por ejemplo, de una Panigale.
Pero para conocer su comportamiento en este medio tan exigente, hemos recurrido, como en otras ocasiones, a la colaboración de Santi Mangas, antes piloto del CEV y este año representante español en el Mundial de Super Motard. Éstas son sus impresiones:
Me ha sorprendido mucho el empuje, no sólo saliendo de las curvas más lentas, también cuando se estira el motor. Al mismo tiempo, transmite una gran estabilidad y confianza al acelerar, sintiendo cómo tracciona en cada momento.
Me ha resultado súper ágil a la hora de girar, como si fuese una moto mucho más pequeña y aún más ligera. En la frenada también la he sentido súper estable, sin moverse de atrás; la verdad es que la puedes llevar hasta donde quieras para pararla, y la potencia de la frenada es increíble.
Ahora, lo que creo que más me ha impresionado ha sido el agarre en las tumbadas más fuertes, con un neumático y ¡con las presiones de calle! (Pirelli Diablo Rosso III). No lo parece. Por último, apuntar que me ha resultado muy cómoda en la recta, acoplándome muy bien con mi 1,80 m de altura.
Modos electrónicos de la Super Sport
Seleccionando la opción “Touring” en la autopista, además de suavizar la entrega, contribuiremos a optimizar el consumo. Nosotros llegamos a obtener un registro de 5,8 litros a los cien en un tramo largo de curvas, a un ritmo ligero pero dejando tan sólo fluir el motor y sin exprimir cada marcha antes del siguiente viraje, ya sabe sobradamente el lector que las cifras se disparan casi geométricamente, si empezamos a enroscar. Para eso siempre hay tiempo. Pero es bueno saber que se pueden obtener consumos muy contenidos con toda una Ducati, como es esta Super Sport, y además alargar la autonomía hasta los 275 kms, algo que nos permitirá explorar carreteras poco transitadas con escasas gasolineras. Todo un lujo con una deportiva, ¿no?
El paso de “Sport a Route” nos es más que un cambio en la desmultiplicación del sistema Ride-by-wire que regula el acelerador, y en realidad se siente suavizando la sensación que transmite ese empujón de salida, digamos que lo hace más progresivo, pero en ningún caso pierde ese carácter Ducati que la SS guarda no sólo en su estética, sino también en su esencia, tanto es así que la potencia no se ve mermada ni en uno sólo de los 113 CV, que, con ese modo de entregarse tan efectivo en carretera, que parecen ser bastantes más. Y es que se siente tan lleno y robusto con los 9,86 kgm de par máximo, por tan sólo a 3.000 rpm ya disponemos de más de 7.
Estos cambios de modo, también afectan al nivel seleccionado tanto en la intervención del DTC como del ABS con módulo Bosch 9MP.
En el modo “Urban”, sí que se rebaja la potencia a 75 CV y la desmultiplicación del puño se alarga hasta crearnos la sensación de que la potencia aplana su curva hasta dejar la entrega y la tracción en un impulso continuo y absolutamente regular, algo que facilita como nada la conducción en mojado y que viene a sumarse al soberbio aplomo que brinda la Super Sport.
Con Pasajero en la Super Sport
Otro aspecto en el que también llama la atención esta deportiva de calle, dentro del panorama Doble erre actual. Con la Super Sport, el pasajero puede olvidarse de esas plazas meramente testimoniales que perfilan todas las deportivas de la actualidad, colocando al sufrido acompañante en lo alto de un minúsculo palomar.
En la SS, la plaza trasera es racionalmente espaciosa y las estriberas del pasajero se sitúan en un punto que deja sus piernas en un ángulo igualmente racional. Tanto es así que esa escapada de fin de semana en pareja, queda apartado ese contorsionismo al que obligan, a unas y a otros, el resto de las deportivas actuales.
De Noche con la Ducati SS
La luz de cruce ilumina la carretera con suficiente intensidad para viajar por autovía a un ritmo adecuado a los límites, haciéndolo con relajación por una carretera de montaña; y lo hace con suficiente longitud, también, para el caso de la carretera (larga).
Mejorable
Los topes del chasis se clavan en las piernas, en según qué posiciones y para tallas medias o por encima de la media, sobre todo al querer guiar la moto con la rodilla exterior.
Extras Versión S de la Super Sport
Suspensiones delantera y trasera Ohlins
Luz DRL (leds) diurna
Quickshifter en el cambio de marcha hacia arriba
Tapa del colín
Dos colores
Precios
Un argumento contundente de esta deportiva de siempre, probablemente inesperado en muchos, tratándose de toda una señora Ducati
Versión standar: 13.290 euros
Versión S
En Rojo: 14.190
En Blanco: 14.990 euros
Conclusión
Un modelo que deberá hacer subir las ventas, no sólo de Ducati, sino del sector Sport. Una moto que seguramente estarán esperando muchos, después de haber renunciado, sin más remedio, a mantener en el garaje una deportiva de uso un tanto forzado, en cierta medida demonizado e incluso absurdo en la carretera.
A partir de ahora, la peregrinación anual a Cheste, a Jerez, a Motorland o a Montmeló va a tener un nuevo sentido para muchos con esta nueva Ducati Super Sport.