Sobre el escalón de las 300 y el de las 800, Ducati ha extendido su catálogo neoclásico añadiendo las nuevas versiones de su máxima cilindrada. De esta manera, la línea heritage de Borgo Panigale crece hasta el extremo de que la palabra Scrambler ya no representa sólo a un modelo, ni siquiera a una gama, sino que va más allá hasta formar su propia marca independiente de Ducati.
Este nuevo escalón de 1100 presenta sus Scramblers en tres variantes: la básica, la 1100 Sport, que con sus suspensiones Ohlins se sitúa en el breve segmento de las muscle bikes, y la 1100 Special que protagoniza nuestro reportaje, orientada hacia el mundo custom.
Las nuevas 1100 constituyen tres variantes sobre una moto totalmente nueva, muy diferente en cotas y comportamiento a las Scrambler 800 y 400. De hecho y para empezar, la 1100 es bastante más grande en todas sus medidas, una moto espaciosa y cómoda para los motoristas de gran talla, que valdrá muy bien igualmente para los de una estatura más discreta. Pero presentándose esta sustancial diferencia de tamaño, las nuevas 1100 cumplen tres principios básicos, imprescindibles para integrarse en la denominación Scrambler. Éstos son:
Uno: Los neumáticos mixtos con un dibujo que recuerda a los de dirt track, dos: el asiento que describe un perfil de banana y tres:el inevitable depósito con forma de lágrima.
Pero, además de esas tres premisas fundamentales para entrar en el lado vintage italiano, las tres Scrambler 1100 se presentan en el mercado con un chasis completamente nuevo, forjado en acero, que forma una estructura de doble viga a base de tubos entramados y que incorpora, también, un sub chasis desmontable de aluminio, con un basculante totalmente nuevo elaborado en el mismo metal. El apartado electrónico representa también otra novedad, ahora más amplio y desde luego más completo.
Como apuntábamos al principio, la 1100 es más ancha, también más alta, y el depósito moldeado en acero cuenta con un litro y medio más de capacidad (15 en total) que sus hermanas. El asiento también es más ancho tanto para el conductor como para el pasajero, con lo que finalmente encontramos una moto realmente grande en todos los aspectos, en contraste con la saga 800, cuyos modelos resultan más bien pequeños se miren como se miren.
Posición de la Scrambler 1100 Special
El motor Desmodue de 1.079 cc con refrigeración mixta toma su base de la Monster 1100 y, curiosamente, la postura en la que nos acomoda la posición de esta Scrambler 1100 Special también deriva en este mismo modelo naked de Ducati. Vamos a verlo:
Situamos las manos cogidas a un manillar de conicidad variable llamativamente amplio, un manillar que proyecta la impresión de situarse bastante elevado sobre la moto, al observarla en parado; sin embargo, cuando estamos subidos a ella, nos encontramos con las manos bastante separadas y agarradas sobre una línea un tanto baja.
Bien. Con las posaderas situadas en una franja retrasada sobre el asiento (altura de 810 mm), el tronco queda levemente inclinado hacia el tanque de gasolina (altura del probador 1,91 m), mientras que los pies se posan ligeramente por detrás de la que resultaría una posición óptima para, por ejemplo, la práctica del off road.
Y así nos queda como resultado una postura que ni es trail, ni tampoco es naked al cien por cien; es, tal y como apuntábamos, una postura de Monster 1100.
El Desmo Scrambler 1100
Esta nueva versión del Monster 1100 repasada y renovada, no sólo para actualizarlo, sino también para pasar por las restricciones de la normativa Euro4, se pone en marcha de una forma tan instantánea que llama la atención en una Ducati actual, y es que no hay tiempo como para que llegue a escucharse el giro del motor de arranque.
Bien. La maneta izquierda actúa ahora mediante la novedad del circuito hidráulico, y al soltarla despacio, como si fuéramos a desfilar, sentimos un avance suave y pausado, sin llegar a parecer eléctrico porque, hablamos siempre de una Ducati, claro está, pero sin una sola duda y sin siquiera el asomo de un traqueteo.
Así nos movimos durante nuestra prueba, atravesando el paddock del Jarama, para participar en la jornada del Racer Explosión, saliendo a pista unos minutos después, lógicamente, para abrir allí el gas sin contemplaciones.
El acelerador electrónico se siente cuando enroscamos como si tirase con un cable del motor. Es absolutamente directo, y no se percibe ni el más mínimo retardo cuando estrujamos el 1100 a la salida de los virajes peraltados y particularmente al encarar la rampa Pegaso, tirando con los 88,4 Nm de par en una cota tan baja como las 4.750 rpm, desarrollando una tracción que es puro músculo y que catapulta a la Ducati Scrambler 1100 desde un viraje hasta el siguiente.
Luego, en la parte alta del cuentarrevoluciones, este 1100 empuja con una lograda efectividad hasta las 7.500 vueltas, para entregarnos sus 86 CV bien cargados, de una forma noble que difícilmente puede meternos en situaciones comprometidas. Con esta potencia situada dentro del rango limitable para el A-2, y sobre todo con su manera rotunda de entregarla, resulta más que suficiente para fluir por una carretera de curvas a un ritmo por encima de lo que busca la inmensa mayoría de los amantes de la conducción deportiva.
Por curvas con la Scrambler 1100 Special
A lo largo de nuestra prueba exhaustiva sobre la pista del Jarama, pudimos apreciar cómo el giro de esta Ducati Scrambler grande se ejecuta, si así lo deseamos, con una progresividad que sin duda apreciarán los más principiantes, pero que permite también entrar en el viraje de una forma tan rápida como le exijamos, aprovechando el magnífico brazo de palanca que nos ofrece su manillar. Por otro lado, las estriberas sin avisadores, con contorno dentado y relleno de goma, se sitúan a una buena altura, que evidentemente se nos quedó corta de inmediato sobre los virajes más lentos del Jarama y, para que nos ocurriera lo mismo apenas dos vueltas después sobre los más rápidos.
En el apartado de los neumáticos, merece una mención sobresaliente los Pirelli MT60 RS, y es que verdaderamente su comportamiento en un escenario tan extremo como el de una pista de carreras resulta increíble: Ofrecen un agarre que no nos creeremos al observarlos en parado; tanto es así que el límite para ir verdaderamente a fuego en El Jarama lo ponían más bien las suspensiones. Ni que decir tiene que su agarre se prolonga a los asfaltos públicos de la carretera o incluso de la ciudad, resultando una garantía extra de seguridad a la que ya aporta todo el conjunto de la Scrambler 1100.
Por otro lado, la llanta delantera de 18” le proporciona un pequeño añadido para desplazarse con dignidad a lo largo de algunas pistas de tierra, siempre que mantengamos un ritmo contenido, con el que esa misma rueda no lance los guijarros del camino contra una preciosidad escultórica como la que moldea el conjunto del doble escape.
Electrónica en la Ducati Scrambler 1100
El nuevo apartado digital que monta de serie la Scrambler Special queda protagonizado por una IMU firmada por Bosch que controla la frenada en curva lo mismo que la frenada vertical, no sólo cuando prevé el bloqueo de cualquier rueda, sino interviniendo también sobre el freno delantero cuando detecta que la rueda trasera puede perder contacto con el suelo en el inicio de lo que sería un invertido.
En cuanto al motor, la Ducati Scrambler 1100 Special despliega un menú con los modos de conducción Active, Jouney y City. En el caso de los dos primeros, se ofrece tanto dos niveles del control de tracción, como dos entregas de potencia, más dos desmultiplicaciones posibles del acelerador electrónico.
Con el modo Active, el gran bicilíndrico nos mostrará su forma más pura y deportiva, mientras que con el modo City, lo percibiremos de la manera más suave y progresiva, además de llegar con una pequeña merma en la potencia que la rebaja hasta los 75 CV.
Frenada de la Scrambler 1100
Si la parte ciclo, en general, de esta Ducati neoclásica se eleva por encima de sus 86 CV y de las prestaciones que desarrollan, al hablar de sus frenos, debemos de subirmos un punto más incluso.
Hablando de la versión Special de nuestra Ducati, explicar que monta una horquilla invertida Kayaba con regulación en sus tres parámetros, que al igual que el sólido amortiguador, logra una relativa intersección entre un llevadero confort con una deportividad lo suficientemente firme; y que sus barras de 45 mm soportan las contundentes frenadas que pueden desarrollar los dos discos de 320 mm con sus pinzas monoblock M 4.32 B de Brembo. Basta presionar con un solo dedo sobre la maneta, por muy exigente que sea la frenada; más aun si no sólo contamos con la supervisión del ABS en vertical, sino además con el ABS en curva.
En cuanto al freno trasero, con un disco de 245 mm, decir que entra en juego durante las retenciones con la función antirrebote del embrague asistida por servo.
En definitiva, todo un equipo de seguridad a la hora de detener esta Scrambler 1100 Special.
El pasajero en la Ducati Scrambler 1100 Special
Su plaza se aprecia lo suficientemente cómoda y amplia como para una escapada de fin de semana. Igual que sus estriberas, montadas sobre un punto que deja las piernas del acompañante en una postura relajada por un lado, pero también dispuesta para los cambios de dirección tan habituales en la conducción deportiva mientras fluye por una carretera de montaña.
El remate de la Scrambler 1100 Special
El equipamiento y el acabado de esta nueva neoclásica italiana la sitúan, como no cabía esperar otra cosa de una marca como Ducati, en un nivel sencillamente prémium, donde la iluminación full led, con cambio automático día/noche, resulta obligatorio; lo mismo que los intermitentes, también de leds, con cancelación automática en cuanto la moto recupera su verticalidad.
Pero más allá de ello, apreciaremos detalles como, por ejemplo, que resulta muy difícil descubrir algún elemento de plástico: Son muy escasos y muy pequeños. Todo es metal, todo es aluminio y acero, con una particular proliferación de los cromados.
En cuanto al escape de diseño 2-1-2 es, tan sólo nos cabe decir, simplemente, que se trata de una obra escultórica destacada en el mercado de las dos ruedas, magnetizando la atención del motorista lo mismo que la de todo transeúnte que pase cerca de la Ducati Scrambler 1100 Special expuesta en cualquier calle.
La Scrambler 1100 Special al detalle
Los retrovisores ofrecen una panorámica excelente de nuestra retaguardia, tanto por su tamaño como por su situación sobre el amplio manillar. Además de ello, se perfilan con un diseño en sintonía con la imagen heritage que proyecta toda la moto.
Las cifras y la información de esta Ducati Scrambler 1100 se ofrecen en dos displays, uno redondo y de aspecto clásico, y otro ovalado más pequeño. Temperatura ambiente, autonomía o nivel del DTC son algunas de las cifras que se añaden a las obligatorias y habituales. Además de ello, también aparece la información del Ducati Multimedia System, que se conecta mediante bluetooth de forma opcional.
Precios de la Ducati Scrambler 1100
- Ducati Scrambler 1100 13.190 euros
- Ducati Scrambler Special 14.190
- Ducati Scrambler Sport 15.190€
Las tres versiones se benefician, en cualquier situación de compra, de una promoción con 500 euros de descuento.
En cuanto a la financiación, Ducati ofrece un interesante abanico de posibilidades, que merece la pena consultar en su web.
Conclusión
La Ducati es una moto de rotunda personalidad, tanto en lo que se ve como en lo que transmite al conducirla, con un motor lleno de músculo que desarrolla una entrega predecible. Una moto que hace fácil la conducción, tanto para que el más veterano fluya por la carretera con deleite como para que el más principiante tome confianza para asomarse por la puerta grande al mundo de las dos ruedas. Todo ello asegurado con un extenso y detallado paquete electrónico, con la frenada propia de una deportiva.
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