La Baja Mil, un mítico rally de los sesenta que se desarrollaba a lo largo del desierto extendido sobre la península Baja California. Su arrancada resultaba más que espectacular, ya que, vista desde el aire, se antojaba como un inmenso frente de hormigas, avanzando a toda velocidad mientras dejaba su rastro sobre la arena. Mil millas a recorrer por cientos de motos en aquella aventura, que tomaban la salida en batería, sobre una inmensa línea que abarcaba la puerta de entrada al mismísimo desierto.
La Baja Mil, una prueba de leyenda que dio origen durante los sesenta, en una buena medida, al mundo de los raids, y en la que muchos de sus participantes se presentaban en la salida con su moto de carretera modificada en el garaje de casa. Unas ruedas de tacos, con un manillar ancho y su barra intermedia soldada, además de un guardabarros alto y por supuesto con la característica rejilla delante del faro. A veces bastaba sólo con eso, más el ajuste de la precarga llevado hasta el tope de su tarado.
Una soberbia puesta en escena
Ahora, la marca Hanway ofrece en el mercado una forma de revivir aquella mítica carrera por tan sólo 2.195 euros.
Efectivamente, esta Scrambler 125 es una auténtica réplica de aquellas motos que competían en la Baja Mil. Su perspectiva trasera, con la moto puesta en tres cuartos por su derecha, nos deja ver en el fondo el depósito de 11,5 litros con la obligada forma de lágrima, mientras que exhibe en primer término los gruesos tacos del neumático montados sobre la rueda de 17 pulgadas, destacando también el final del escape, que forma el cono de un megáfono cumplidor de la Euro4, para ofrecer una imagen de puro músculo, aunque estemos hablando de una sencilla 125, con motor monocilíndrico de dos válvulas y unos discretos 10,2 CV de potencia; pero que empujan muy bien desde abajo con sus 10 Nm de par a 6.500 rpm.
En cualquier caso, la puesta en escena que hace la marca asiática no puede estar más lograda, tanto es así que resultará particularmente irresistible a los modernos amantes de lo vintage, o a los que se sienten atraídos por las formas neoclásicas sobre dos ruedas.
Efectivamente, todo incipiente motorista, o todo aquel conductor de coche que sienta cierta curiosidad, o el efecto magnético que provoca en muchos el mundo de la moto, podrá asomarse al mundo del motociclismo con su propio carné a través de esta sencilla Scrambler de 125 cc que proyecta la imagen de aquellas preparaciones sobre base inglesa, construidas o simplemente recortadas en muchos cobertizos de los sesenta.
La invitación al paseo más placentero
Al colocarnos a horcajadas sobre la Hanway Scrambler 125, percibimos su asiento a una altura asequible (720 mm) prácticamente para todas las tallas, a pesar de que hablamos de un modelo al estilo off road más antiguo. Su manillar queda más bien elevado, y, aunque no monta una barra superior que lo cruce, nuestra perspectiva detrás de él no deja de evocarnos la época y el estilo que inspira el diseño de toda la moto. Los pies, por su parte, caen sobre el centro de esta scrambler a una altura que deja las piernas en una cómoda posición, con las rodillas flexionadas en una postura natural.
Al poner en marcha el sencillo monocilíndrico, el rumor de su ralentí nos trasladará en el tiempo y en la distancia, a través de la imaginación, hasta ese desierto americano, de la misma forma que lo hace todo sonido musical o cualquier intensa fragancia.
Y al soltar el embrague, la suave sensación de un sólido empuje con cada pistonada nos invitará al deleite que nos brinda todo buen paseo en moto. Conviene pasar más pronto que tarde a la marcha siguiente, hasta las cinco con las que trabajan estos 125 cc exactos, y no apurar, ni mucho menos, las 8.000 rpm a las que gira su cigüeñal, porque nos mostrará de inmediato que donde realmente se siente a gusto funcionando sobre los regímenes más bajos.
Tanto las suspensiones como los frenos de esta Scrambler están dimensionados acorde con sus discretas prestaciones y con su recortado precio, no así su confort, que se sitúa un punto por encima, haciendo de su conducción a lo largo de cualquier urbanización, o por las calles de una barriada, un auténtico placer que sin duda adentrará a más de un profano en la pasión por la moto que vivimos los más devotos.
Por otro lado, llama la atención el equipamiento de esta Hanway Scrambler con detalles como los protectores para la horquilla invertida, un piloto trasero de leds o un aparente reloj digital, que cambia de tonalidad con la noche, y nada menos que un caballete central, todo un lujo, hoy día, en una moto de casi cualquier categoría.
En definitiva, con un precio de 2.195 euros, la Hanway Scrambler 125 representa una puerta tan económica como aparente para entrar en el mundo del motociclismo, un modelo de reducido precio, con una estética y un sonido arrebatadores, que a más de uno embaucará para meterle de lleno en la pasión por la moto que viven la inmensa mayoría de los lectores asiduos de moriwoki.com
Una pinta Bárbara!!!y un precio estupendo.