Todavía conservo intacto el recuerdo de aquella tarde en la que probé por primera vez una Guzzi 850 Le Mans. Fue en un escenario tan emblemático como el propio circuito de Montjuich, con su trazado cerrado y acotado por todas las balas de paja, preparado para las 24 Horas de aquel año. ¡Cómo olvidar aquel ronquido gutural que emergía de la admisión cuando abría a fondo en la recta del Estadio! Igual que si una criatura anfibia gestada en el mismo lago Como se hubiera refugiado en aquel motor, para que los ingenieros de Mandelo del Lario, a orillas de las aguas alpinas, le hubieran dado cuerpo de Moto Guzzi.
Hoy día, al enroscar el acelerador electrónico de esta V85TT, siento en los oídos las mismas notas y el mismo tono que interpretaba aquella Le Mans 850, si bien es verdad que actualmente suena en una escala diferente, marcada por la rigurosidad de la Euro4.
Pero al margen de eso, no solo es la escala distinta, claro está, sino que el matiz general de la moto da como resultado una sensación muy distante, con una conducción llamativamente placentera en esta V 85 TT e infinitamente más suave, no solo por hablar de una deportiva antigua y de una trail de hoy. Nada como recordar, si no, la reacción de aquel cardan cuando pretendí reducir con energía al encarar la frenada del ángulo de Miramar. Mi trasero saltó literalmente de la Le Mans, y no sé si fue más por el trallazo que sacudió la rueda posterior o por el susto que me dio el grito del neumático.
Ahora y para empezar, el cardan de la V 85 TT pasa tan inadvertido en la conducción que tienes que mirar al lado derecho, abajo, para comprobar que está ahí en lugar de una cadena. Pero además del abismo que la separa de aquella Le Mans, esta nueva Guzzi tiene una marcada personalidad que aporta una nueva nota a la categoría media de las trail. Vayamos a darle un repaso en este reportaje.
Posición
Al sentarnos sobre esta V85 TT, la sentimos más bien baja (830 mm) para tratarse de una trail, un atributo que sin duda apreciará un buen cupo de motoristas que tradicionalmente se quejan de la altura a la que se eleva el asiento de este tipo de motos. Pero, además de ello, Guzzi dispone dos alturas de su asiento.
Las manos caen sobre un manillar particularmente amplio, con su punto de elevación, y los pies se posan en el centro mismo de la V85 TT, dejando las piernas replegadas sobre un ángulo tan cómodo como natural. En cuanto a la ergonomía del asiento, resulta particularmente envolvente, con una confortable cavidad sobre la que aposentar el trasero, y una llamativa longitud que permite ir cambiando de posición durante un largo viaje.
En general, si se comenta en foros y otros mentideros que las trail resultan muy cómodas, la V85 TT llega para hacer todavía más sólida esa afirmación.
Arrancamos
Al balancearla en parado, a izquierda y derecha, esta Guzzi deja un amplio ángulo de maniobra en el que su verdadero peso (208 kilos en vacío, 229 en marcha) no se deja notar. Una virtud que brinda el bajo centro de gravedad con el que se ha construido y que no resulta más que el preámbulo de lo que transmite en marcha.
Al girar el contacto, sobre la pantalla TFT se despliega una presentación, con el emblema de Moto Guzzi, igual que la de una súper productora en el arranque de su película. Y a la primera solicitud del botón, el bicilíndrico transversal sacude la cabeza con su pistonada inicial, y la música italiana comienza a interpretar su partitura más alpina.
El tacto del embrague, mandado por cable, se siente de mantequilla bajo los dedos, y la suavidad del cambio, con la facilidad que también ofrece para encontrar el punto muerto, empieza a crear la sensación de facilidad en la conducción que después pone de relieve toda la moto.
Al mover la V 85 TT en el garaje, nos sorprenderá su recortado radio con el que da la vuelta, ofreciendo una capacidad de maniobra impropia de una 850, que nos costará creer haciendo equilibrio en los giros más cerrados, entre columnas del sótano y los coches de los vecinos, creyendo que la dirección hará tope bastante antes de que agotemos el margen que nos cede. Por otro lado, el característico cabeceo de muchos motores Guzzi al toque del gas, no comprometerá en absoluto ese equilibrio lento con la V85 TT; es más, tienes que prestar atención sobre él para percibirlo.
Motor
Las sensaciones que transmite el V2 transversal de cuatro válvulas y refrigerado por aire son, ¡cómo decirlo!, las de una verdadera moto, una moto de siempre. Su empuje se siente repleto, como el de un tractor, desde el primer milímetro que giramos el puño, para llevarnos con una aceleración suave pero efectiva hasta la velocidad de crucero.
El impulso que transmite en medios es francamente contundente (80 Nm a 5.000 rpm), y desde luego no vas a percibir ninguna flojedad cuando ataques una buena rampa de la carretera, en cualquier marcha, llevando pasajero y cargado de equipaje. Es en ese punto donde esta V 85 TT se siente sencillamente poderosa.
En la parte más alta del cuentarrevoluciones, Guzzi no quiere de ningún modo que comprometamos la mecánica de 853 cc llevándola al sobre régimen, y para ello nos muestra en la pantalla una secuencia de alertas, que aumenta con su intensidad y colorido a medida que suben las revoluciones, hasta montar una auténtica verbena justo antes de cortar el encendido, allá por las 7.750 rpm.
Por supuesto que Guzzi ofrece un kit para limitarla a 47 CV, haciéndola apta para el A-2; y en cuanto al ruido mecánico, la V85 TT resulta francamente silenciosa, algo que alabar en un motor con distribución por varillas y balancines.
Vibraciones
Se dejan sentir muy suavemente en un régimen continuo, y difícilmente pueden molestar en esas circunstancias, a menos que seamos muy exigentes en este apartado.
Ahora bien, otra cosa es abrir gas completamente cuando vamos, por ejemplo, a medio régimen. Entonces el bicilíndrico en uve vibra notablemente, hasta casi trepidar. Si eres de la vieja escuela, y desde luego un purista de la marca, es posible que hasta te resulte placentero o que lo reconozcas como otro signo ancestral de identidad; pero si eres particularmente sensible, puede ser que lo taches como una pega; pero, en cualquier caso, se trata de algo transitorio y solo una cuestión de segundos, que se equilibra en cuanto alcanzamos un régimen estable del motor.
En curvas
Finalmente en este escenario, la V 85 TT confirma su sencillez de manejo y de conducción, y lo hace desde el primer momento, ejecutando el giro para entrar en cada viraje casi como un gesto intuitivo, y no solo gracias a la generosa amplitud de su manillar, además por una geometría bien estructurada y un reparto de pesos bien dimensionado.
A continuación, en el paso por curva propiamente dicho, las suspensiones contribuyen a hacer más firme ese aplomo, logrando un término medio en el comprometido equilibrio entre estabilidad y comodidad, resultando el monoamortiguador trasero mucho más sólido de lo que cabría pensar, montado con esa geometría lateral. Además, la altura a la que se sitúan las estriberas permite alcanzar ángulos de inclinación que no resultan tan propios de una trail.
Al final de la curva, el empuje del bicilíndrico siempre pondrá la Guzzi en vertical fácilmente a cualquier régimen y el impulso que llega a continuación nos dejará un leve cosquilleo de placer por la espalda, al sentirnos fluyendo con soltura de un viraje a otro.
La cuestión es que esta Guzzi transita por la curva bien asentada sobre el asfalto, permitiendo, si se buscan, muchas más alegrías en la conducción deportiva de lo que hace presumir su apariencia y su clase de trail.
La Frenada
Se percibe sencillamente superlativa. Se puede decir que deja la moto seca a cualquier velocidad, y que además su pisada se siente tan estable como segura mientras frenamos al máximo.
El conjunto de freno, formado por un doble disco delantero de 320 mm, y uno trasero de 260, resulta de los más efectivos sobre la geometría de esta V85 TT, contando además con la retención del bicilíndrico, que sujeta la moto como una ayuda inestimable y progresiva, mientras deja escapar algún excitante petardeo por el escape: una licencia italiana, con permiso de la Euro4.
En ciudad con la V85 TT
La V 85 TT se desenvuelve entre plazas y esquinas con bastante soltura gracias al juego de cintura que le permite ese bajo centro de gravedad, y también al recortado radio de giro que ya hemos apuntado.
Además de ello, la pasmosa facilidad con la que supera cualquier bordillo, con el recorrido de su horquilla invertida (170 mm) y la llanta delantera de 19”, nos hará más sencilla la tarea de estacionarla en una acera.
L V85 TT en la autovía
La discreta pantalla paga un tributo estético para hacer juego con el doble faro redondo, de aros cromados, y con el conjunto de la moto, que se cobra parte de la protección para el motorista, aunque llega para cubrirle una buena parte del pecho, gracias a su elevada situación. En cualquier caso, Guzzi ofrece otra pantalla más generosa en extensión, y más recomendable para el viaje, especialmente en los meses menos considerados con el motorista.
Los protectores de las manos, de diseño austero y sencillo, cumplen su función, manteniendo una particular armonía con esa plasticidad neoclásica que modela esta Guzzi.
En cuanto al resto del cuerpo, los muslos e incluso las rodillas, quedan cubiertos por la voluptuosa ergonomía que perfila el depósito de 23 litros. Con todos estos atributos, el motorista queda más protegido de lo que pueda parecer, sobre todo si se acopla bien a esta V 85 TT.
Sobre la autonomía, cabe decir que pasa de los 400 kilómetros, haciendo el cálculo con el contenido consumo del V-2.
Haciendo off road con la Guzzi V85 TT
Si observamos esta V85 TT antes de subirnos a ella, sus llantas de radios y su sólido salvacárter, envolviendo además el tramo inferior de los colectores, nos resultará una clara declaración de intenciones, presentando esta Guzzi como una auténtica Todo Terreno.
El caso es que después, al empezar a conducir fuera del asfalto, encontraremos cómo esa amplitud del manillar, y sobre todo su elevación, facilitan la conducción erguida, lo mismo que la esbeltez que muestra el fuselaje de la moto en su parte media, para estrecharse a la altura de las pantorrillas, y también asentando los pies sobre unas estriberas dentadas, una vez desmontadas las gomas aptas para la carretera.
Lo cierto es que al evolucionar con esta Guzzi sobre las irregularidades, transmite una sensación de control bastante fiable, que infunde una buena dosis de confianza fuera del asfalto. Tuvimos la oportunidad de comprobarlo al rodar con la V 85 TT sobre hierba mojada, viendo cómo la flotabilidad que provoca una superficie tan resbaladiza con los Metzeler Next Endurance se controlaba con suficiente seguridad.
Por otra parte, estos neumáticos, como la mayoría de los integrados en la categoría mixta, no pueden ofrecer, lógicamente, un agarre llamativo fuera del asfalto; sin embargo nos permiten navegar sobre la tierra dura sin perder la dirección, garantizando, eso sí y a diferencia con cualquier goma de carretera pura, una resistencia extra frente a los cortes que puedan ocasionar en la cubierta los guijarros y otros filos incrustados en el terreno.
Por último, el asiento alargado hasta subirse sobre el depósito le da un aire enduro a la perspectiva superior de esta Guzzi; un detalle que pudiera animar a más de uno a subirse sobre el para atacar la salida de un viraje con la pierna interior completamente extendida, y elevada, mientras enrosca el puño a fondo. Evidentemente, la V85 TT no es una moto para esas alegrías, no porque no permita la floritura en sí, sino porque la aceleración que la que saldremos catapultados nos va a embocar en cualquier obstáculo que vaya usted a saber cómo podremos superar. Esta Guzzi nos permite bastante más que llegar al chalé que preside una finca o a esa ermita románica que siempre mencionamos, pero siempre a un ritmo pausado, que tiene como único objetivo completar esa travesía off road.
Electrónica de esta Guzzi
La V85 TT ofrece tres modos de conducción, siendo el llamado “Strada” el más corriente y habitual, mientras que el “Pioggia” se ofrece para el suelo mojado, con una entrega más progresiva de la potencia, una desmultiplicación más alargada del acelerador electrónico y una intrusión mayor del ABS.
Por último, el modo “Off Road” mantiene esos parámetros y además desconecta el ABS trasero, avisándolo con letras rojas en la pantalla. En cualquier caso, la forma en la que este motor desarrolla sus 80 CV difícilmente puede poner en un aprieto a cualquier motorista con un mínimo de experiencia.
El control de crucero, por su parte, hace a esta Guzzi más viajera incluso que su protección, y la conexión para nuestro Smartphone, mediante bluethoot, la presenta como un modelo mucho más moderno que su aspecto de los ochenta metido en un raid africano. Para esta conexión, podemos descargar una app en nuestro móvil que reproducirá un símil de la pantalla que preside el puesto de mando de esta Guzzi.
Además de todo esto, con un botón situado en la piña derecha, se tiene acceso a una variada información de medidas del trayecto tomadas durante el viaje, así como de la propia moto.
Cómo va el Pasajero en la V85 TT
Cuenta con un espacio mullido y suficiente en el asiento, aunque nada que ver con el que dispone el conductor. Las asas que bordean su plaza para soportar la parrilla posterior sí que resultan generosas, con una solidez que asegura un buen asidero para nuestro acompañante.
En cuanto a las estriberas, llevan acoplada una buena goma para aislar igualmente al pasajero de las vibraciones y de las trepidaciones que puedan crear tanto el motor como la propia marcha.
Algo mejorable en la V85 TT
Realmente cuesta trabajo girar la llave hasta sentir en ella el clic que cierra el bloqueo de la dirección.
Por otro lado, una moto de estas características, en la antesala de las maxi trail y propuesta para el viaje, se ve en cierto modo obligada a montar un caballete central del que carece.
Precios
10.990 Euros en la versión Blue que empleamos para nuestro reportaje. Mientras que la V85 TT bicolor cuesta 11.190.
Opinión sobre la Guzzi V85 TT
La V85 TT llega al mercado para introducir una nueva línea a la que los propios italianos han llamado enduro clásico, ofreciendo un modelo con unas interesantes virtudes fuera del asfalto y una robustez que justica esa voluptuosidad de sus líneas dakarianas.
Para los entusiastas del marca, esta trail ofrece gran parte de las prestaciones que brinda su hermana mayor, la Stelvio, y lo hace con 50 kilos menos y ahorrándote cinco mil y pico euros. Sólo será en la gran travesía, realizando un largo viaje cargado, y más aún en invierno, donde la maxitrail justificará sus kilos y su precio extra.
La V85 TT es una trail que se siente ligera, manejable y tan fácil de conducir que la hace apta para todos los públicos, permitiendo además divertirse disfrutando de una conducción fluida por las carreteras más retorcidas.