La incertidumbre con respecto a la salud de Marc Márquez aún no se ha disipado del todo. Todo comenzó con la operación de hombro al final de la temporada 2019 y una recuperación que estaba lejos de llegar a ser efectiva del todo.
Luego llegó la aciaga temporada 2020 en la que el piloto de Cervera se cayó en la primera carrera disputada en el Circuito de Jerez, fracturándose el húmero, lo que le obligó a abandonar el campeonato ese año poco tiempo después.
En la temporada 2021 Márquez logró incorporarse al campeonato en abril en el GP de Portugal, dejando de competir en varias carreras anteriores. Su recuperación, lenta pero segura, le llegó a suponer hasta tres impresionantes victorias.
Las limitaciones que sufría Márquez durante la temporada y que trajo consigo el tener que adaptar su pilotaje a su estado físico y a las condiciones de la moto, le impedían desarrollar una cada vez más salvaje e indomable Honda.
Y cuando por fin estaba recuperando su fuerza incluso para empezar a entender la diabólica Honda para poder encauzarla para la próxima temporada, sufre una lesión practicando enduro que le aqueja de un episodio de diplopía.
La lesión ocular, que consiste en una parálisis del músculo oblicuo superior derecho, le supone perderse las dos últimas carreras del mundial, pero sobre todo le recuerda las mismas sensaciones de vista doble que ya sufrió en el 2011 con esa misma dolencia.
El test de Marquez en Portimão supone otro paso adelante en su recuperación
Hace unos días veíamos al octocampeón Marc Márquez, practicando Motocross a buen ritmo en el circuito de Ponts (Lleida) con buenas sensaciones y acompañado de una autorización médica que le permitía seguir avanzando.
El siguiente paso ha sido volver a un circuito de velocidad para el test privado en el Autódromo Internacional del Algarve, donde necesitaba medir sus sensaciones subido a una moto a 300 km/h de cara a la inminente nueva temporada.

Pero no solo se trataba de ponerse a esa velocidad, sino que tenía que probar dos cuestiones esenciales. Por un lado, necesitaba acumular vueltas en pista y hacer tandas muy largas para llegar a un nivel físico extremo, de gran cansancio.
Por otro lado, la posición sobre una moto de velocidad es la que favorece el efecto de visión doble dado que el cuerpo va hacia abajo, recostado sobre la moto, mientras que la miraba va hacia arriba, forzando la vista.
La moto de calle de Marc Márquez en el circuito del Algarve
Marc realizó el test a lomos de una Honda RC213V-S que es la moto de calle que usa a menudo para circuitos grandes porque es la más parecida a una moto de Gran Premio, dado que es la única que tiene Honda para vender en la calle que lleva el motor V4.
Marc, junto con su hermano Alex, con quién compartió pista, montaban la misma moto aunque cada uno llevaba los colores de su equipo. Alex Márquez, por tanto, tenía los colores del LCR Honda Castrol.
Ahora la gran incógnita es si finalmente Marc estará en el test oficial de febrero en Malasia en el Circuito Internacional de Sepang, lo cual sería muy importante para ajustar la renovada Honda antes de que se proceda a congelar los motores.
El test de Portimão se saldó con buenas sensaciones para el piloto y todo parece indicar que sí estará en dichos test pero el comunicado que ha sacado Honda recientemente aún deja entrever cierta incertidumbre: Marc Marquez apunta, que no confirma, a las pruebas de Sepang.